"Tango Feroz", la historia argentina que se fue película, se convirtió en musical y se estrena en Montevideo

Los protagonistas de la obra, Fabrizio Silvera y Celina Pereyra, y el director del musical, Nicolás "Firu" Fernández hablan del musical que se presenta del 15 al 19 de octubre en el auditorio Nelly Goitiño.

Imagen promocional del musical "Tango Feroz".
Imagen promocional del musical "Tango Feroz".
Foto: Ángel Nicolás Fernández Gimet

La historia del cantante José Alberto Iglesias Correa, más conocido como Tanguito se convirtió en una película, Tango feroz con Fernán Mirás y Cecilia Dopazzo que se convirtió en clásico del cine argentino. Luego, esa historia se transformó en un musical que se estrenó en calle Corrientes y que ahora, del 15 al 19 de octubre se presentará en el auditorio Nelly Goitiño del Sodre.

Sobre la creación, los personajes y las escenas complejas de realizar, los protagonistas Celina Pereyra, Fabrizio Silvera y el director Nicolás “Firu” Fernández, hablaron con Sábado Show.

En julio comentaste que ya estaban por preparar Tango Feroz, ¿cuándo empezaron a gestar este musical?
Nicolás “Firu” Fernández: En julio estábamos con las negociaciones de los derechos, y arrancamos a fines de ese mes. A Fabricio (Silvera que interpreta a Tanguito) ya lo tenía seguro. Igual habíamos hecho un llamado para ver si completábamos algo en el ensamble, y de todo llamado se reclutó a Albino (Almirón).

Imagen promocional del musical "Tango Feroz".
Imagen promocional del musical "Tango Feroz".
Foto: Ángel Nicolás Fernández Gimet

—Con Fabrizio trabajaste en Shrek. ¿Habías trabajado con él antes?
Firu: Con Shrek fue la primera vez. Había trabajado, hace como diez años cuando era un niño recién salido de Carnaval de las promesas; habíamos hecho una obra para chicos en el Ateneo de Montevideo. Él iba a estar en Madagascar, pero terminó yéndose a vivir a España, después se presentó a las audiciones de Shrek y no había dudas que era Lord Farquaad.

—Y a Celina, ¿cómo la incorporaste al proyecto?
Firu: La conocía de Carnaval y sabía el nivel que tenía. Charlando con la productora ejecutiva de la obra, me dice: “¿Sabías que tiene formación en comedia musical?” No sabía, para mí era la Celina de Asaltantes con patente. Cosa del destino, un par de días después viene Martín Angiolini y me dice que tenía a Mariana: Celina Pereyra. Le dije, sos la segunda persona que me lo dice. Le escribí y fue un sí casi automático.

—¿Y cómo sumaron a Albino?
Firu: Pasó más o menos igual. Habíamos hecho El Principito en el Metro, él era el aviador, y teníamos pendiente volver a trabajar juntos. Cuando empezamos a pensar en quién podía ser “Lobo”, con todas las exigencias del personaje -porque tiene que desdoblarse y pasa de ser el comisario al padre de Mariana- era una ruptura enorme.

Imagen promocional del musical "Tango Feroz".
Imagen promocional del musical "Tango Feroz".
Foto: Ángel Nicolás Fernández Gimet

—Fabrizio, sos conocido por el Carnaval y también has hecho comedia musical, ¿cuál sentís que es el desafío de hacer un personaje como Tanguito?
Fabrizio Silvera: Interpretar a Tanguito es uno de los mayores desafíos, hasta ahora, en mi carrera. A nivel actoral ni qué hablar, también porque hay una generación que conoce la película y uno de los mayores desafíos es justamente que Tanguito se sienta real, y no una imitación. Quisimos que la gente pueda ver a ese tipo sensible, libre, roto por momentos y no una imitación de la película.

—¿Firu, viste la película para prepararte para este musical?
Firu: Tengo la manía de no mirar nada antes, porque luego la memoria emotiva se engancha y te juega ideas de más. La miré una vez, una semana antes de empezar, haciendo los diseños de los mappings, porque necesitaba refrescar la historia. Incluso los chicos me sugerían ver la versión teatral argentina, pero ya estaba todo en el guion de Joaquín Bonet.

—¿Cómo manejaron los acentos y la estética?
Firu: Se trabajó mucho para respetar lo porteño sin caer en clichés. Por ejemplo, los “che” y “bo” se cuidaron. Se buscó que todo el material reflejara la época correcta: finales de 1969, previo a la dictadura. Todo lo visual, vestuario, mapeados, accesorios, pasadiscos, teléfonos de disco. Íbamos a las ferias americanas para buscar ropa y hasta encontramos una mesa y sillas de bar de esa época. Fue un laburo astronómico, pero divertido.

—¿Cómo resolvieron las escenas del desnudo de la película?
Firu: Sofía trabajó con prendas color piel para cuidar la integridad de los actores. Y el efecto visual es el mismo; el primer día probamos las mallas, que vendrían a ser un sutién y bombacha, y bóxer, y sumando la iluminación y el mapeado se logra el efecto del desnudo. La escena queda tremenda con la orquesta y los bailarines, generando la misma intensidad dramática de la película.

—Son pocas funciones, ¿por qué?
Firu: Sí, son seis funciones del 15 al 19 de octubre, por la disponibilidad de la sala. Pero si Tango Feroz funciona, la idea es volver a hacerla el año que viene.

—Celina, tenés un personaje fuerte, que se pelea con su padre y con el mundo. ¿Qué te interesó del musical para sumarte?
Celina Pereyra: Tango Feroz es una historia que conecta mucho con una generación en particular, porque son relatos que vivieron, pero que tiene puntos de contacto con todos nosotros por ser de acá cerquita. Es del país vecino, en una época pre dictadura, y tiene conexiones muy fuertes con nuestra propia historia. Y Mariana tiene una personalidad propia de una joven de casi 20, que se ve exacerbada por el contexto en el que vive. La rebelión a la autoridad existe en la juventud de la mayoría de nosotros, el tema es que, en este contexto de tanta represión, se transforma en una lucha pasional contra las injusticias. Y ella lo vive de cerquita, porque su papá es gran partícipe del problema, y representa todo lo que ella no tolera. Y en el medio de todo esto, el torbellino de emociones, y el amor como primera respuesta. Me pareció un desafío hermoso, y estaba con muchas ganas de actuar antes de carnaval, así que no dudé en decir que sí.

—En la obra hay que cantar, bailar y actuar. ¿Hay algún momento, alguna transición más compleja de realizar?
Fabrizio: Sí, aunque en este musical no me toca bailar mucho, sí canto. Pero lo más complejo es que Tanguito tenía una manera de cantar, como que se penetraba muchísimo con la música y con ese rock, y cantaba de una manera distinta a cuando hablaba. Ahí había como un desdoble. Y eso está bueno, es un reto lindo también mostrar ese desdoble del personaje.

—¿Y en tu caso, Celina?
Celina: Las canciones se mezclan muy bien con la historia, y cuando tiene sentido que empecemos a cantar y bailar, el quiebre entre actuar y que arranque una canción no se hace para nada raro. La complejidad en las transiciones entre escenas y canciones, la verdad, es que la tenemos sobre todo en la entrada y salida de objetos, porque todos bailamos, cantamos, actuamos y movemos cosas de escenografía y utilería. Y, en ese sentido, la verdad es que lo complejo lo vamos a conocer en el momento en el que hagamos la primera pasada en la sala, con las dimensiones reales. Por ahora, venimos bárbaro.

—¿Cómo fue salir del código de comedia infantil para abordar un musical más adulto?
Firu: Fue complicadísimo. Acá no se actúa la emoción: se naturaliza. No quiero ver actores, quiero ver a Tanguito, Mariano… Si están borrachos, no clichés; si están locos, tampoco. Se trabaja la memoria emotiva, se enlaza con la situación, se desarrolla la escena y se engancha con la canción. Las peleas verbales, los interrogatorios, todo se repite hasta que queda natural. Hay escenas de cierre de bar, discusiones entre el padre y Mariana, donde primero trabajamos la tensión sin cantar y luego se integra la música.

—El musical no es un género muy desarrollado en Uruguay, ¿qué sentís que aporta este tipo de espectáculos al público?
Fabrizio: Sí, lamentablemente el género comedia musical no es muy desarrollado en Uruguay, y siento que está bueno que el público empiece a apoyar más esta causa. Para hacerla crecer porque esto es como una cadena, si la gente apoya van a haber más espectáculos, o más ganas de gente a animarse a hacer esos espectáculos, porque sabe que hay gente. Y con este musical en especial, siento que nos aporta mucha enseñanza, ni que hablar el mensaje que conlleva la historia, y también la experiencia de hacerlo.

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