Carolina García: la vez que hizo cine, su extraña conexión con Susana Giménez y sus romances famosos

Redacción El País
Los padres de Carolina García se separaron cuando ella tenía tres años y, en plena adolescencia, su madre atravesó una crisis económica y personal que la llevó a mudarse a Asunción, donde vivía parte de su familia. Fue allí donde Carolina comenzó como modelo, participando en los desfiles que organizaba la reconocida tienda de ropa de su tía.

Impulsada por ella, se presentó a un casting en un canal paraguayo y dio sus primeros pasos como presentadora de noticias. Duró siete meses, hasta que decidió volver a Uruguay.

Ya instalada en Montevideo y en plena búsqueda vocacional, se inscribió en Bibliotecología. En 1990 se enteró de un llamado en Canal 4, llevó sus VHS y fue seleccionada como presentadora de Telenoche.

Más tarde pasó por Canal 5 y condujo el programa ecológico Menos es más en Canal 20 de TCC, mientras integraba el recordado Consentidas, junto a Emilia Díaz y María Gomensoro. Permaneció allí hasta 2013, cuando decidió dar un paso al costado para concentrarse en su rol en Subrayado.

Condujo la edición dominical del noticiero de Canal 10 hasta el año pasado, cuando asumió el lugar que dejó vacante Blanca Rodríguez en Subrayado Central.

La periodista de Saeta cumplió 55 años el pasado 27 de setiembre y, por eso, te contamos cinco curiosidades que quizás no conocías sobre ella.

A los 17 años, gracias al modelaje, empezó a ganar su propio dinero. Así surgió la oportunidad de participar en la película Los corruptores, una coproducción argentina, paraguaya y brasileña filmada en 1987. “Tuve una participación chiquita, pero estoy en los créditos”, contó entre risas en Sonríe (Canal 10). Compartió staff con Rodolfo Ranni y Daniel Miglioranza en una historia sobre mafias y trata de personas.

“Yo era una de las mujeres explotadas, grabé dos escenas, no sabía bien el argumento”, relató. Nunca llegó a ver la película. Pero una de las actrices paraguayas se vio en un afiche en San Pablo y entró al cine: “Ahí todos nos dimos cuenta de que era medio subida de tono y tenía escenas picantes”, dijo.

Foto: Archivo El País

Fue en los pasillos de Canal 4, donde entró a trabajar como presentadora de Telenoche, que conoció al periodista Jorge Arellano, su primer marido y padre de sus hijos mayores, Sofía y Facundo. Cuando él falleció ya estaban separados, pero ella tenía apenas 26 años y, según contó en PH, fue clave el sostén de sus padres y de su pareja de entonces, Gerardo Sotelo.

Con el hoy miembro del Partido Independiente también se conocieron trabajando, pero en Canal 10, donde compartían la edición dominical de Subrayado. Estuvieron juntos cuatro años y de ese amor nació Mateo. La última pareja famosa que se le conoció fue el político y letrista de carnaval Álvaro García, a quien contó que le hizo notas años antes de iniciar el noviazgo.

Dijo también que compartió eventos sociales con Blanca Rodríguez y Mario Bergara, cuando eran pareja. Se separaron hace poco, tras 11 años, y ahora ella está de vacaciones en Bariloche con una amiga.

Se probó en las pasarelas en la época en que vivía en Asunción. A los 15 años comenzó a modelar para la tienda de su tía, Roberta, una reconocida casa de ropa en Paraguay, bautizada así en honor a una bisabuela. “Siempre fui muy flexible, no tenía mucho prejuicio y me di cuenta de que era una forma de tener mi plata”, contó la hoy periodista a Sábado Show.

Desfilaba vestidos importados y también confeccionados por su familia. Con el tiempo, otras marcas empezaron a convocarla y compartió pasarela con figuras como Mariana Arias, Florencia Raggi y Andrea Frigerio. Incluso participó en un desfile presentado por Susana Giménez. Aquello fue su primer contacto con la exposición.

Consentidas fue un gran reto porque la sacó de su rol de presentadora de noticias y la expuso a otro nivel. Como contrapartida, le dio mucho pudor: “Me generó mucha inseguridad y tuve que trabajar la autoestima, porque me hacía sentir que estaba fuera de cuadro”, confesó a La Diaria.

La experiencia fue tan intensa como valiosa. También le permitió crecer y hacer amigas que mantiene hasta hoy: María Gomensoro y Emilia Díaz. En 2013 decidió bajarse porque, junto a Subrayado, la jornada le demandaba 10 horas por día. “A veces, para que venga lo nuevo, hay que generar un vacío”, dijo a El País sobre esa elección que marcó un cambio en su rumbo.

La racionalidad la acompañó durante años, hasta que a los 30 cedió espacio a una búsqueda más introspectiva y lo espiritual ganó terreno. Leer a Eckhart Tolle y Deepak Chopra marcó un punto de inflexión. La terapia la ayudó a interpretar los sueños y encontrar soluciones en momentos de crisis, según contó a Sábado Show. Ha explorado prácticas como el yoga y la meditación: “Somos algo más que una cabeza pensante”, afirmó.

En esa misma nota, su hija Sofía contó que su madre le pedía que no dejara las puertas de los placares abiertas por cuestiones energéticas. Una década atrás halló un refugio en el coro Somos Sonido, dirigido por un amigo, donde la experiencia colectiva y el simple hecho de cantar, aunque afine poco, se convirtieron en un alivio emocional.

Practica, además, una conciencia ecológica activa: separa residuos, elige comprar ropa de segunda mano y procura conocer el origen de lo que consume. “Es difícil, pero pensar en un modo de vida más regenerativo es un camino acorde a lo que necesitamos”, dijo a La Diaria.