Cabildo Abierto se siente más escuchado que en gobierno de Lacalle y ofrece su “llave” al FA para mayorías

El partido de Guido Manini Ríos ha concentrado buena parte de sus críticas a sus exsocios y está dispuesto a encontrar puntos de sintonía con el oficialismo; diputado Perrone dice que ya habló "más veces con Oddone que en cinco años con Arbeleche"

Guido Manini Ríos y Álvaro Perrone.
Guido Manini Ríos y Álvaro Perrone.
Foto: Leonardo Maine.

Cabildo Abierto nació y en seguida fue gobierno. Dos ministros, tres senadores, once diputados, decenas de cargos en todo el estado: un tamaño mayor al que podía gestionar. Entre sus propuestas que rompían con los consensos de blancos y colorados, los sucesivos conflictos de relacionamiento con los socios y sus propios problemas de crecimiento, el partido nacido en torno al ex comandante del Ejército, Guido Manini Ríos, fue algo así como una piedra en el zapato de la coalición liderada por Luis Lacalle Pou.

Ahora reducido a una menor expresión, pero intentando mantener lo esencial, también lo es para la oposición.

Desde una vereda que definitivamente no es la de la izquierda, en estos primeros meses los palos cabildantes han apuntado bastante más a sus socios del anterior gobierno que al Frente Amplio. Con dos diputados cuyos votos alcanzan para darle al oficialismo la mayoría de la que carece en la Cámara de Representantes, el partido de Manini Ríos no tiene empacho en reconocer los posibles puntos de sintonía con el partido de gobierno —en especial con el MPP—, y ofrecer circunstancialmente su “llave” si sus reclamos son escuchados.

Y algunas señales ha habido.

Álvaro Perrone, diputado cabildante junto a Silvana Pérez Bonavita, estuvo en el centro de la polémica parlamentaria en las últimas semanas por su apoyo al Frente Amplio en instancias claves como la Rendición de Cuentas, así como por sus críticas feroces a blancos y colorados en otras discusiones, como la reciente de la Caja de Profesionales.

Lo acusaron de traidor, de Judas, de “cortarse solo” y de cerrar “acuerdos secretos” tras reunirse con el secretario de Presidencia Alejandro “Pacha” Sánchez y luego habilitar el aumento de endeudamiento requerido por el Ejecutivo. Perrone contraatacó cuestionando otras votaciones en las que blancos y colorados se unieron con el Frente y dejaron a Cabildo “por fuera” —desde la Caja de Profesionales hasta proyectos sobre agenda de género—, y reeditó las críticas de los liderados por Manini hacia el funcionamiento de la coalición.

Ahora, rumbo a la instancia crucial de la ley de Presupuesto, Cabildo insiste en tender su mano al oficialismo frenteamplista y pone sus temas arriba de la mesa.

“Por momentos hay más diálogo con este gobierno que en el anterior. En lo que va de este gobierno, yo ya hablé más veces con Oddone que en los cinco años hablé con Arbeleche”, resume Perrone entrevistado por El País.

¿Hasta dónde llegarán esos acuerdos? Nadie lo sabe todavía, pero la incómoda voz de Cabildo no se apaga tan fácil.

La agenda cabildante

Guido Manini Ríos recibe a El País en la sede partidaria en el centro de Montevideo, su oficina de trabajo político desde que dejó el Parlamento, tras el descalabro electoral de Cabildo Abierto en las últimas elecciones.

Desde allí recibe delegaciones y mantiene alguna conversación con dirigentes partidarios, aunque el trabajo parlamentario queda delegado a los diputados, con los que mantiene contacto “casi diario”. Entre las caras positivas del derrumbe electoral, dice Manini, está que Cabildo ahora es más “homogéneo”.

Guido Manini Ríos, líder y exsenador de Cabildo Abierto
Guido Manini Ríos, líder y exsenador de Cabildo Abierto
Foto: Francisco Flores

—Ahora no somos socios en un gobierno, sino que somos un partido de oposición, pero la visión de Cabildo no ha variado. Tiene mucho menos peso a partir del resultado electoral de octubre pero tampoco es un peso despreciable.

—¿Entienden que las condiciones parlamentarias los habilitan a seguir teniendo una incidencia importante?

—Nuestros dos diputados en muchas ocasiones pueden llegar a ser la mayoría para un lado o para el otro. Y más allá de lo que puedan ser votaciones en diputados, la voz de Cabildo siempre es una voz en el escenario político que se escucha y que va a seguir sonando. Estamos convencidos de que tenemos muchísimo para hacer o decir más allá de los dos votos que según las circunstancias pueden ser importantes o intrascendentes, porque todo está como se conforme la votación del tema que se trata.

“Por supuesto —dice Manini— vamos a ser muy críticos del gobierno en muchísimos temas. Nosotros no nos olvidamos que en el origen del problema de la deuda hay una ley del Frente Amplio. Que en el tema droga, el Frente Amplio es impulsor de estas políticas que están generando el daño que están generando en la sociedad. Que en el tema de la inseguridad pública, el Frente Amplio tiene ciertos conceptos en cuanto al delito, que generan situaciones que agravan la situación y no logran solucionarlo. Entonces, seremos críticos con el Frente en todo los que tengamos que ser. Ahora, no podemos ser irresponsables y poner de rehén a la gente”.

De cara a la ley de Presupuesto, el líder de Cabildo dice que el debate estará centrado en el voluminoso articulado, y que la premisa cabildante es votar según cada caso, a la vez acercando sus propias reivindicaciones. “Va a haber artículos que a nosotros nos parece bien y los vamos a acompañar, y habrá otros que a nosotros nos parece mal y no lo vamos a acompañar. Y además vamos a proponerle al Poder Ejecutivo algunos artículos que contemplen algunos temas que para Cabildo son muy importantes”, resume.

Algunos de los temas en los que Cabildo ve posibles acuerdos con el Frente Amplio son la reestructuración de las deudas de los uruguayos y los límites a la “usura” en los préstamos —una agenda por la que juntó firmas de cara a un posible plebiscito—, las limitaciones a la producción forestal, la revisión de exoneraciones fiscales y políticas sociales en vivienda y salud, entre otras.

“Ahora apareció un proyecto de ley de un representante del Frente Amplio que va en la dirección correcta en cuanto a bajar las tasas de interés por las deudas de la gente. Es insuficiente, pero la ley de presupuesto es un momento oportuno para poner algunas disposiciones que permitan recuperar a parte de esos centenares de miles de uruguayos que están irreversiblemente endeudados. Otro tema que pensamos insistir es con nuestra ley forestal del año 2020. Allí hubo mayoría con los votos del Frente Amplio y Cabildo Abierto, fue una propuesta de Cabildo que el Frente votó. Con los mismos partidos votando lo mismo nuevamente, estaría la mayoría”, ejemplifica Manini en referencia a la normativa luego vetada por Lacalle Pou.

“Si hay que hacer alguna variante a aquello que se había propuesto en el 20, bueno, lo estudiaremos”, dice.

Otros temas en la agenda de Cabildo incluyen los “estímulos a los nacimientos”, un proyecto para que el Senado tenga la última palabra ante concesiones a largo plazo, cambios a la política de drogas —en las que chocan con la línea frenteamplista—, reivindicaciones en materia de seguridad y cárceles, y hasta la insistencia en la prisión domiciliaria para mayores de 65 años.

Ese último asunto, que motivó recientemente un proyecto similar por parte del diputado blanco Rodrigo Goñi, de todas formas no aparece en el discurso de Cabildo Abierto de cara al Presupuesto. “Por supuesto que entendemos que tener presa gente de noventa y pico de años es una aberración en el Uruguay. No es un proyecto para la ley de presupuesto, no es”, dice Manini.

El diputado de la llave

A Álvaro Perrone se hace más difícil encontrarlo. Por el suspenso que le puso al voto de Cabildo en temas como la Rendición de Cuentas, y su retórica combativa en estos días contra sus exsocios de gobierno, algunos bromean que es el “diputado del momento”. El viernes, cuando finalmente recibe a El País en su despacho en el Edificio Anexo del Palacio Legislativo, no escatima en esas críticas y reivindica cada uno de los pasos dados por Cabildo en estos meses. Ya de entrada comenta que se ha sentido más escuchado por el actual ministro de Economía frenteamplista que por la de su gobierno de coalición.

—Es más: no tengo recuerdo en los cinco años pasados de haber hablado con Arbeleche en ninguna reunión para plantear temas económicos. ¿Eso es por alguna afinidad política? No, debe ser por la necesidad, por cómo quedó conformado el Parlamento.

—Bueno pero en términos matemáticos, Cabildo ya era clave para la mayoría, tanto en este como en el anterior.

—Sí, pero el integrar el Ejecutivo...

—Ya te hacía formar parte de las decisiones.

—Exactamente. Un proyecto ley que venía del ejecutivo venía con la firma de nuestros ministros también. También al tener senadores, nosotros en Diputados no teníamos tanta relevancia a veces. Yo creo que Cabildo Abierto en esta nueva legislatura puede tener mayor incidencia que en el pasado. Nosotros en el pasado, en la reestructura de deuda, por ejemplo, en la usura, nunca fuimos escuchados, nunca fuimos contemplados en lo más mínimo. Intentamos todos los acuerdos posibles hasta que no nos quedó otra que ir a la recolección de firmas. Ahora ese tema se pone arriba de la mesa otra vez, como otros.

Álvaro Perrone
Álvaro Perrone
Foto: Ignacio Sánchez

Sobre el voto cabildante en la Rendición de Cuentas —que sus exsocios le critican que mantuvo en silencio hasta el último momento—, Perrone, al igual que Manini, insiste en que fue “a conciencia” y sin ninguna negociación particular.

—Fue a responsabilidad. Nosotros entendemos que hay dolor en la oposición, y mayormente en el Partido Nacional, por perder el gobierno.Arrancó una oposición muy fuerte y muy dura con la que yo no estoy de acuerdo. Se puede ser opositor duro sin trancar todo. Ahora, ¿si hubo negociaciones? Nada, no hubo ningún tipo de negociación, a la vista está.

—¿Qué fue la reunión con Alejandro Sánchez, de la que informó El Observador?

—La reunión fue derecho a ver la situación económica. Me preguntan por qué con Pacha. Porque en el pasado nosotros no teníamos acceso el relacionamiento. Yo estaba en la comisión de Hacienda. Para hablar con la ministra tenía que esperar que viniera a la comisión, ahí podía hacerle preguntas que la mayoría de las veces no me las respondía.

—¿Pero con Álvaro Delgado no tenías? Había interlocutores...

—¡Pero mínimo! ¡Mínimo!

Cuando se le consulta a Perrone sobre posibles intercambios en esa negociación, señala que eso “se verá cuando venga el Presupuesto”y que allí “hay varios temas que a Cabildo le interesan”, esos que Manini también enumeraba.

Fue alumno de Orsi, dirigente de Bordaberry e impulsor de Novick

Con Cabildo reducido esencialmente a su presencia en Diputados, Álvaro Perrone se convirtió en una de sus caras más visibles.

Si Julio María Sanguinetti ha caracterizado alguna vez al presidente Yamandú Orsi como un típico “colorado de Canelones”, algo de eso puede caber a Perrone. Oriundo y residente de la campaña canaria, tuvo a Orsi como docente de historia en el liceo.

A fines de los noventa colgó carteles para la campaña de Jorge Batlle y años después militó en la juventud de Vamos Uruguay de Pedro Bordaberry. Compitió en la elección de jóvenes y perdió con Fernando Amado para ser representante del sector por la juventud. En 2009 fue segundo candidato a diputados por Canelones e ingresó como suplente de Graciela Matiaude.

Luego tuvo un pasaje por el movimiento político detrás de Edgardo Novick en el Partido de la Gente y en 2019 su inquietud por la inseguridad lo acercó a Manini. Lo conoció luego de la interna, sacó una lista y se convirtió en uno de sus principales diputados: “La confianza se construyó a partir de allí”.

“Diferencias esenciales”

En el discurso de los referentes cabildantes se notan todavía las heridas de una relación conflictiva dentro de la coalición, a la que ahora, insisten, no le ven demasiado sentido. La herida aparece en cada alusión, en cada referencia. Es a ellos, blancos y colorados, a los que Perrone, por ejemplo, parece dirigirse todo el tiempo, por elevación o de forma directa. “Ahora hablan de la coalición a futuro… Si me van a hablar de futuro de la coalición, primero hagamos una revisión del pasado, la autocrítica del pasado”, dice el diputado.

“Hubo al comienzo un intento de funcionamiento de la coalición en el pasado, pero el Partido Nacional logró que el Partido Colorado le dijera todo que sí. A veces digo en broma que si uno entra con una venda a la Cámara no distingue el discurso del Partido Nacional o el Partido Colorado. ¿Cómo los distinguís? Por la corbata, después no los distinguís por nada. A nosotros nos critican sobre todo en el pensamiento económico o visión del país, que por ahí tenemos alguna similitud con el MPP. Eso es verdad. Ahora, yo creo que el Partido Nacional y el Partido Colorado nunca valoraron a Cabildo Abierto”, arremete Perrone, que especula con lo que sucedería en caso de interpelación a un ministro frenteamplista.

—Yo olfateo que van a querer voltear algún ministro en Diputados y encerrar a Cabildo con eso, van a decir...

—¿Que Cabildo lo salva?

—Por ejemplo, van a querer hacer eso. Por el pensamiento destructivo que tuvieron con Cabildo durante cinco años y siguen teniendo ahora.

—¿Pero de verdad te parece que hay una intención de que no existan más? No son pocos los que dicen que son esenciales para vencer al Frente Amplio.

—Bueno, pero ellos se ve que todavía no lo saben, porque no lo reconocen. Nunca lo reconocieron.

Manini, por su parte, tampoco se queda atrás:

—Nosotros vamos a actuar con total autonomía e independencia. Cabildo Abierto, lo dicen los números y los politólogos, supo conquistar en el 19 tres a cuatro puntos que venían votando siempre al Frente Amplio —dice el líder del partido—. Fue decisivo para que Lacalle Pou fuera presidente. Luego se debilitó en los cinco años que formó parte de la coalición, seguramente fruto de errores que cometió Cabildo, y creo que también fruto de actitudes muy hostiles de todo el sistema político, incluidos nuestros socios. Es un tema que todos tenemos que tener presente.

—Está claro que no ven necesidad de una coalición ahora como oposición. ¿Pero la coalición en 2029 es algo que dan por sentado? ¿O no necesariamente?

—Es difícil prever lo que va a pasar en política de acá al 29. Se habla de formar un lema común, se hablan muchas cosas. No nos pronunciamos hasta que se vea la viabilidad de eso, que es difícil. Sea de la forma que sea, nosotros vamos a actuar con independencia de criterio. Ya hemos tenido diferencias abismales y esenciales con blancos y colorados, que no nos acompañaron en propuestas de seguridad, de drogas, de deuda, de forestación, de estímulos a los nacimientos. Es muy prematuro hablar de coalición cuando todavía mantenemos esas diferencias esenciales.

Consultado sobre si no ve necesario recomponer el vínculo con Lacalle Pou, Manini dice que “no descarta nada” pero que no es algo que esté en su agenda. “Acercamientos siempre son posibles. Pero realmente no lo tengo pensado, como una movida ya buscada, intencional”, responde a El País.

Mientras en Cabildo hacen sus interpretaciones, sus socios de la Coalición Republicana no solo se preguntan hasta dónde llegará la mano tendida hacia el Frente Amplio, sino también cómo puede resultar electoralmente esa estrategia de cara a 2029. Ahí las aguas aparecen divididas: están los que enfatizan el ya aludido rol clave que tuvo Cabildo en 2019 para la victoria de Lacalle Pou; por otro, están los que se preguntan hasta qué punto Cabildo sería capaz de capitalizar los eventuales logros políticos, y hasta qué punto no harán más que cederle esas banderas y logros al Frente Amplio.

Por ahora todo queda en el plano de la especulación. Manini y Perrone, consultados al respecto, contestan lo esperable: que no los mueve un cálculo electoral de ese tipo. “Yo creo que partiendo de la coherencia en el proceder, y sobre todo de la vigencia de las banderas de Cabildo Abierto, hay muchísima gente que va a terminar regresando a Cabildo Abierto, viendo que es un partido que mantiene la coherencia”, resume Manini.

Para Perrone, en definitiva, lo de Cabildo en 2024 es un “recontra piso” que podrán superar en la medida en que logren mostrarse con voz propia.

“¿Cuál era el eslogan de campaña de Cabildo en el 19? La llave del cambio. Cabildo Abierto tenía la llave. Y vos tenías una mansión. Para entrar a la mansión, lo primero que precisás es una llave para abrir la puerta. Bueno, destruyeron al que tenía la llave, porque no les gustaba que tuviéramos agenda legislativa propia, que tuviéramos nuestra impronta, que hiciéramos nuestros reclamos para cumplir con nuestras banderas sobre todo en instancias presupuestales”, dice Perrone.

—¿Y hoy esa llave se la alquilan al Frente Amplio? ¿Se la prestan?

—No, no, es nuestra. Seguimos teniendo una llave.

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