Redacción El País
La manzana no cae lejos del árbol. La frase aplica perfecto para Luis Suárez, goleador del Inter Miami, y su hijo Benjamín que juega para las juveniles del mismo equipo y parece ir tras los pasos de su padre: misma posición, dorsal, comportamiento dentro del área y ahora la misma icónica cábala que el Pistolero adoptó cuando era jugador del Liverpool de Inglaterra.
El Pistolero, goleador histórico de la selección uruguaya con 69 goles, actualmente se encuentra disputando el Mundial de Clubes con Las Garzas y en el último partido ante Palmeiras dio una asistencia para el gol de Lionel Messi y convirtió el suyo después. Fue la figura del equipo que dirige Javier Mascherano que ahora se enfrentará a PSG en octavos de final.
"Alguna bala le quedaba al Pistolero", comentó el propio Suárez a una publicación en la cuenta oficial del torneo que compartió su golazo ante el Verdao. Suárez pasó como una topadora entre dos rivales, eludió a un tercero y, aún cuando la pelota le quedó algo atrás, sacó una potente volea con su pierna menos hábil para vencer la resistencia del arquero. Como habitúa, el uruguayo se besó cuatro veces la mano que lleva vendada en referencia a su esposa Sofía Balbi y sus tres hijos. Una sello distintivo del goleador, que ahora su hijo parece haber heredado.
Alguna bala le quedaba al pistolero 😂⚽️
— Luis Suárez (@LuisSuarez9) June 24, 2025
"Tuve una lesión hace un par de años en el Liverpool. Me jodí un hueso de la mano derecha, una fisura, y me pusieron un vendaje. Después como me iba bien, me la quedé. También usaba una cinta roja en contra de la envidia y como en la Premier no te dejaban jugar con nada aproveché el vendaje para tapar la cinta roja, y ya me quedó de amuleto y tradición. Incluso juego partidos con camisetas de manga larga y me la sigo poniendo de costumbre", confesó una vez Luis Suárez a un programa de radio de la cadena española Onda Cero.
Normalmente los niños imitan a sus ídolos y para Benjamín Suárez su padre es uno de esos referentes. Más allá de jugar con el dorsal número 9 y de ser combativo en el área, el chico de 10 años también adquirió una cábala de su padre. En uno de sus últimos goles para las juveniles del Inter Miami en la Next Cup, donde primero gana de cabeza y es el primero en llegar al rebote, se puede ver como Benja se hace el mismo vendaje que su padre en la mano derecha. Lo que se hereda no se roba, ni el talento ni las mañas.
El gol de Benjamín Suárez para Inter Miami
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