TRICOLORES

JUAN PABLO ROMERO

Goiania - Enviado

Este martes a las 19:15 se enfrentan Atlético Goianiense y Nacional por un lugar en las semifinales de la Copa Sudamericana. Para este partido los tricolores viajaron a Goiania en vuelo chárter, en un avión de la empresa Azul, llegando a las 18:30 a la capital del estado de Goiás, que cuenta con una población aproximada de un millón y medio de personas. 

Antes de disputarse el primer partido, que ganaron los brasileños 1-0 en el Gran Parque Central, e incluso antes de que se confirmara la llegada de Luis Suárez, el chárter ya estaba agotado. De hecho, hasta hubo un grupo de espera por si se liberaba algunos de los lugares. Por ello, se generó un hecho curioso para el Pistolero, que quizás no estaba acostumbrado: compartir el avión con los fanáticos de Nacional. En general, cada vez que los albos jugaron a nivel internacional en esta temporada, viajaron en chárter de visitantes y siempre compartiendo espacio con algunos hinchas. 

Suárez fue uno de los últimos en subir al avión y se sentó en la primera fila, junto a Franco Fagúndez y Nicolás Marichal. Al otro lado del pasillo se encontraba Sergio Rochet. Todos en el avión estaban esperando al salteño, que cuando subió fue recibido con el cántico "y de la mano, de Lucho Suárez, todos la vuelta vamos a dar". 

Tras despegar, y ni bien el avión se estabilizó en las alturas, un grupo de niños con las camisetas de Nacional intentaron llegar hasta el lugar donde estaba Suárez. Pero no lo lograron, ya que los encargados de seguridad tricolores establecieron normas para que el viaje transcurriera con normalidad. Uno de ellos, Wilson Miraballes, comentó a los viajeros en voz alta que evitaran pasar hacia la parte de adelante del avión, que más adelante existiría un tiempo para poder lograr las firmas que quisieran. 

Todo el plantel, así como el cuerpo técnico de Pablo Repetto, viajaron adelante en el avión, los dirigentes y allegados en la zona media, mientras que los hinchas ocuparon la parte trasera. Gran parte de los directivos viajaron en esta oportunidad, incluyendo al presidente José Fuentes y al vicepresidente Alejandro Balbi, así como también el expresidente José Decurnex. 

Precisamente el titular de los albos se paró en varias oportunidades en el pasillo del avión, saludó a muchos de los viajeros y alguno le preguntó si la camisa que llevaba puesta era la de la suerte, a lo que Fuentes respondió asintiendo con su cabeza. En tanto, Suárez viajó sentado en todo el recorrido, aunque hubo jugadores que se levantaron a conversar y matear un rato, como Emmanuel Gigliotti, Martín Rodríguez o Mathías Laborda. 

Ya en el tramo final del viaje, y tal cual lo había anticipado Miraballes, habilitaron unos minutos para que los niños, y algunos jóvenes también, se acercaran a la zona de los jugadores para conseguir sus firmas. Algunos no pudieron llegar al lugar de Suárez, pero sí consiguieron que Lucho les firmara su camiseta. "Papá, es increíble, ¡mirá la firma!", le comentaba un niño de nueve años a su padre con una cara de alegría difícil de describir. 

"Que puedan regresar a Uruguay con victoria les desea la tripulación", fue el mensaje final de los integrantes de la aerolínea Azul bajo el aplauso y los cánticos de los hinchas. Para ellos, será un viaje que quedará guardado como el día que volaron en el mismo avión que Luis Suárez.