Venancio Ramos: por qué decidió ir a Nacional, el recuerdo del clásico con 20 expulsados y cómo ve a Peñarol

Por Alberto Sobrero
Venancio Ramos (63) llegó a Peñarolen 1977 tras consagrarse campeón del sudamericano Sub 20 en Venezuela. El joven extremo llamó la atención de los directivos mirasoles, que lo compraron junto a Rubén Paz y Mario Saralegui del Peñarol de Artigas. Logró ganar cuatro campeonatos Uruguayos, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental de 1982. Tras una etapa en el fútbol extranjero, volvió al carbonero en 1988, pasó a Racing y en 1990 le llegó una posibilidad que él jamás imaginó: la de Nacional.

El Chicharra no la desechó. “Quería demostrar que Peñarol se había equivocado conmigo y que Nacional había acertado con mi contratación”, le contó a Ovación.

Después de ascender a la Primera División del Campeonato Uruguayo con Racing, Ramos se fue de vacaciones para pensar sobre su futuro. Sabía que su vuelta a Peñarol no se iba a dar. El exjugador de la selección uruguaya explicó que tenía, prácticamente, las puertas cerradas de ese club debido a una pelea con José Pedro Damiani, presidente del mirasol en ese entonces.

“Podría haber vuelto a Peñarol tras jugar en Racing, pero no se dio porque cuando me fui del club (en 1989) tuve un inconveniente con José Pedro Damiani. Entonces surgió la posibilidad de Nacional y opté por eso”, aseveró con entusiasmo.

El artiguense indicó que la resolución de pasar a Nacional “fue rápida”, ya que tenía decidido continuar en el país por cómo estaba constituida su familia en ese momento. “Se trataba de un equipo importante que siempre jugaba Copa Libertadores y estaba en la pelea por todos los campeonatos”, valoró.

“En 1990 se juntaron un par de cosas para que se diera mi llegada: Nacional quedó eliminado de la Copa Libertadores tras la llegada de Héctor Núñez (entrenador que sería campeón de América con la selección uruguaya en 1995) y que los dirigentes buscaron generar un golpe político”, sostuvo el exfutbolista.

Ramos disputó un total de 92 partidos con la camiseta de Nacional y marcó 13 goles. Ganó la Liguilla de 1990 y llegó a disputar la final de la Supercopa Sudamericana ante Olimpia de Paraguay en ese mismo año.

Chicharra siempre supo que iba tener mucha presión al llegar al tricolor ya que él era un futbolista que estaba muy identificado con el mirasol. Tan es así que ese desafío fue otras de las razones que lo llevó a aceptar esa propuesta.

“Tenía un pasado muy importante en Peñarol y eso llevó a que me entrenara y estuviera de la mejor forma porque si no la crítica iba a ser feroz. Debía responderles a esos dirigentes de Nacional que me contrataron a pesar de mis antecedentes y demostrarles a todos de que era un buen profesional”, agregó.

Foto: Archivo El País.

El 19 de abril de 1990, Venancio Ramos enfrentó por primera vez a Peñarol con la camiseta de Nacional en el Estadio Centenario por la última fecha del Torneo Competencia. Ese encuentro tuvo una particularidad: el árbitro Eduardo Dluzniewsky expulsó a 20 de los 22 futbolistas que estaban en el campo de juego tras una pelea generalizada. Los únicos dos jugadores que no vieron la tarjeta roja fueron el Chicharra y el arquero tricolor Jorge Seré.

Obdulio Trasante y José Peña -referentes de Peñarol y Nacional, respectivamente- “dieron mucha manija con unas declaraciones que hicieron en un programa radial y eso condicionó a los demás”, contó Ramos. Es por eso que cuando el Pelado Peña vio la roja en el Estadio Centenario todo se desvirtuó y se transformó en una gran batalla.

Ramos comentó por qué no fue expulsado: “Conocía a los jugadores de Peñarol, ya que hacía muy poco tiempo fui compañero de casi todos y entonces no podía ir a buscar una riña contra ellos”.

Foto: Archivo El País.

Después de consagrase campeón con la selección uruguaya Sub 20 en el Sudamericano de la categoría en Caracas, Venancio Ramos dejó su Artigas natal para tener su primera gran oportunidad en el fútbol profesional en Peñarol.

El delantero no hizo inferiores y tras tener unos entrenamientos con el equipo no se demoró su estreno en la máxima categoría del fútbol uruguayo. “Debuté en Primera División en 1977 y fue contra River Plate. Ese día hice un gol y le di una asistencia a Rubén (Paz), que jugaba de delantero”, recordó.

Durante sus primeros siete años en el mirasol, Chicharra logró ganar cuatro campeonatos Uruguayos, la Copa Libertadores y la Intercontinental en 1982. “Esa consagración fue un hecho histórico porque Peñarol se convirtió en el primer tricampeón intercontinental”, rememoró el oriundo de Artigas.

La dupla de ataque compuesta por Venancio Ramos y Fernando Morena les dio muchas alegrías a los hinchas de Peñarol. La más importante: el gol en la final de la Libertadores ante Cobreloa. Ramos desbordó y le metió un estupendo centro a Morena, quien definió de gran forma para establecer el 1-0 final a los 89’ del encuentro y otorgarle la cuarta Copa Libertadores de la historia al conjunto mirasol.

Este sábado a partir de las 16:00 horas se llevará el clásico entre Peñarol y Nacional en el Estadio Campeón del Siglo por la novena fecha del Torneo Apertura. El carbonero es el líder del certamen, pero si el tricolor lo derrota podrá pasarlo ya que se encuentra a tan solo dos unidades.

Ramos afirmó que la llegada del director técnico Álvaro Gutiérrez a Nacional le dio “solidez defensiva” y eso era “algo que estaba necesitando” el equipo. “Si un cuadro grande defiende bien, siempre va contar con más posibilidades”, añadió.

El Chicharra indicó que el equipo de Alfredo Arias “llega en un momento de inestabilidad psicológica y eso se comenzó a apreciar desde el empate 2-2 ante Montevideo City Torque”.

El exfutbolista argumentó que en la derrota 1-0 ante Liverpool se vio a un Peñarol “muy partido, perdido en el campo de juego y sin las pequeñas sociedades que había mostrado en los encuentros anteriores”.

Actualmente, Ramos disfruta del día a día en Artigas junto a su mujer. Asimismo, puede hacer lo que tanto le gusta: ver fútbol, ese deporte que siempre lo hizo feliz estando dentro de un campo de juego como también le dio mucha felicidad a todos los que lo fueron a ver.