Redacción El País
Luis Suárez, a poco más de un mes de cumplir 37 años, jugó su último partido con Gremio en Porto Alegre. Lo hizo marcando el gol del triunfo (1-0) ante Vasco da Gama que lo dejó en zona de clasificación a la próxima Copa Libertadores.

El próximo miércoles jugará su último partido con el conjunto tricolor, contra Fluminense en Río de Janeiro (21:30 por Star+), y a partir de ahí quedará en libertad de acción. Como ya informó Ovación días atrás, tiene todo encaminado para desembarcar en el Inter Miami de la Major League Soccer junto a su amigo Lionel Messi.

El Pistolero, muy emocionado, habló tras el triunfo contra Vasco y comenzó a despedirse de los hinchas. "Me llevo el cariño de toda la gente. Me hicieron sentir como en casa a mí y a mi familia. La gente piensa que es fácil tomar una decisión así, pero no es nada fácil. No es fácil para uno volver a cambiar. Mucho menos para mi mujer y mis hijos, porque le tomaron cariño a la gente de aquí que nos trató espectacular. Pero también uno es un ser humano que debe pensar en sí mismo", indicó en conferencia de prensa.

El salteño valoró a Gremio como institución por haber confiado en él porque "no es fácil apostar por un jugador de 36 o 37 años". "Apostaron mucho por un jugador del cuál no sabían cómo iba a estar y eso se los voy a agradecer siempre. Esos son los desafíos lindos que me puso la carrera. Era un desafío muy grande, muy difícil, en el que muchos dudaban por la edad, por la rodilla, porque estaba gordo, porque el fútbol brasileño es muy intenso y esto fue una demostración de que Luis Suárez ama esta profesión, ama este trabajo".

El goleador remarcó que su compromiso con el club "fue máximo". "La despedida de hoy quedará en mis recuerdos, en los de mis hijos y en los de mi mujer", indicó.

Foto: AFP.

"Debemos sentirnos orgullos por el trabajo que hicimos durante todo el año, con un equipo que viene de la Serie B e hicimos un trabajo excepcional. El hincha debe pensar que el año que viene Gremio vuelve a la Libertadores y debe disfrutar lo que venga de acá para adelante para Gremio (...) Me hubiese gustado jugar la Libertadores, pero el que habla es mi cuerpo y el dolor. Tengo una carrera muy larga y me he ganado el derecho a decidir y decir basta e ir a donde me toque jugar. Quiero disfrutar con mis hijos y mi mujer. Después miraré a Gremio y donde esté seré un gremista más", agregó.

Sobre su futuro, Lucho prefirió no adelantar nada: "Ahora necesito disfrutar de mi familia porque hoy hace 11 meses llegué acá. Después del partido del miércoles necesito vacaciones. Mis hijos tuvieron sus vacaciones y se pasaron un mes y medio conmigo acá. Ahora necesito descansar y disfrutar de ellos. El destino después dirá dónde me tocará. No tengo ninguna prisa. Veremos después qué pasa”.

Respecto a las molestias físicas, que lo llevaron a querer interrumpir un año antes su contrato con Gremio, comentó: "Los únicos que saben la realidad de mis dolores son los tres médicos y fisioterapeutas que están conmigo en el día a día, que necesito pastillas y pincharme, porque me comprometí con Gremio. Ellos saben el esfuerzo que hice para que Gremio volviera a la Libertadores".

Finalmente, Lucho hizo hincapié en que necesita "pensar" porque "no es fácil decir basta". "El jugador de fútbol no está preparado para el retiro. Terminó el Mundial el año pasado y pensé que había terminado mi etapa en la selección, pero por cabeza dura volví a la selección. Luis Suárez es cabeza dura. Me tengo que sentir orgulloso por ser cabeza dura", sostuvo.

"Ahora pienso descansar, disfrutar en estos días y estar mentalizado que el miércoles tenemos otros partido y luego disfrutaré unas vacaciones con mis hijos y mi mujer. Luego se verá", culminó.

Suárez llegó a Gremio a comienzos de año. Fue campeón de la Recopa Gaúcha, del Campeonato Gaúcho y clasificó a Gremio a la próxima Copa Libertadores. Marcó 27 goles y dio 19 asistencias.