Álvaro Recoba no es el que armó el plantel de Nacional para esta temporada. No es el que lo preparó. Tampoco el que quedó afuera de la Copa Libertadores, el que perdió el Apertura e Intermedio o quedó abajo de Peñarol en la Tabla Anual.
Pero sí es el entrenador que respondió afirmativamente a la consulta del presidente Alejandro Balbi para asumir hace un mes y monedas en medio de una crisis deportiva. Cuando las papas quemaban.
Es, también, el que el fallecido presidente José Fuentes pedía “cuidar” a fines del año pasado, cuando Pablo Repetto decidió abandonar el barco siendo campeón, y que proyectaba para dirigir Primera División más temprano que tarde.
Y es el que ayer llamó a una conferencia de prensa para aclarar los tantos sobre los rumores de la supuesta pelea en el vestuario de Nacional luego del empate con Fénix.
Según reconoció, él levantó la voz en el entretiempo del partido al ver a un equipo sin respuesta y fue, junto a su ayudante Nelson Abeijón, el único que habló. Sin embargo, negó que eso hubiese derivado en una pelea posterior: “Yo digo la verdad. (...) Nos demoramos en el vestuario porque tenía ganas de decirle a los jugadores lo que siento: que fuimos un desastre. Pero, ¿de ahí a decir que estoy peleado? El día que yo me pelee con un equipo de jugadores, me voy. No estoy peleado con nadie”.
Y cerró con una aclaración: “Se dijo que un jugador nuestro, que es el caso de Diego (Polenta,) tuvo una agresión con un compañero. ¿Cómo pueden inventar algo así? (...) Muchachos, busquemos no mentir”.
El estado sanitario de Franco Fagúndez y Diego Polenta

Durante su extensa alocución, el entrenador de Nacional reconoció que le “costó” encontrar el equipo y así lo han evidenciado los seis ensayos que realizó hasta ahora, donde no ha podido repetir la oncena una sola vez.
Puntualizó en los casos de Franco Fagúndez y Diego Polenta, que, tal y como había informado Ovación, fueron evaluados el último miércoles por la sanidad del club. “Hoy (por ayer) le hicimos un estudio a Diego (Polenta) y tiene un hematoma en el aductor. Franco (Fagúndez), en un entrenamiento, se abrió de piernas y le quedó una molestia. Hicimos estudios y no le salió que tenga lesión. Si está a la orden, puede estar para el partido”.
Consultado por el cambio de arquero, que se preveía que era por una razón puramente táctica, dio detalles de lo que pasó con Salvador Ichazo y dejó pistas de lo que podría suceder el próximo sábado cuando Nacional reciba en el Gran Parque Central a Wanderers. “Terminó el partido con Danubio y el Salva (Ichazo) no entrenó dos días porque no estaba bien. Estaba engripado y atajó Nacho (Suárez) porque es el arquero suplente. Posiblemente el domingo (ante Wanderers) ataje Nacho”, contestó.

En otro tramo de la conferencia, el Chino dijo que aún tiene “poco conocimiento” de sus 36 jugadores y que le ha tocado, a base de ensayo y error, equivocarse. Lo explicó de una manera muy simple: “Una cosa es lo que se ve el fin de semana y otra el día a día”.
Sobre su continuidad, fue firme y seguro al señalar que no cree que dependa de los próximos cuatro partidos. Y aunque dijo no pretender un margen de un año y medio, aclaró que si el equipo en dos meses es un “desastre”, él mismo decidirá su futuro.