RECUERDO

¿Te acordás qué estabas haciendo el 2 de julio de 2010? ¿Recordás qué pensaste cuando en el último minuto del alargue Luis Suárez se sacrificó por el equipo y metió la mano para evitar el gol que era el 2-1 de Ghana recibiendo la roja? ¿Y qué hiciste o dijiste cuando Gyan mandó el disparo del penal correspondiente sobre el travesaño? Capaz que de todo eso no, pero seguro que sí te acordás de con quién te abrazaste después que el "Loco" Sebastián Abreu metió el penal decisivo para que Uruguay clasificara a las semifinales de la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.

Ya retirado de las canchas, Abreu tiene su día de recuerdo cada año, porque aquel partido no se recuerda por las atajadas de Fernando Muslera o por el golazo de tiro libre que metió Diego Forlán, sino porque el "Loco" la picó, con una sangre fría memorable para definir nada menos que el pasaje a una semifinal de la Copa del Mundo, algo que Uruguay no conseguía desde México 1970.

Todos los uruguayos que vieron esa definición al borde de la silla o comiéndose las uñas tienen la imagen grabada, como si hubiera sido ayer, de la caminata del minuano hasta el área, de cómo tomó la pelota, la acomodó y luego la picó para anotar el 4-3 definitivo. Sin embargo, ya pasaron 11 años del día en que Uruguay volvió a ser uno de los cuatro mejores del mundo.

“Fue un renacer, fue recolocar al fútbol uruguayo entre las potencias y después de 40 años volver a una semifinal del mundo", recordó Sebastián Abreu en entrevista con Ovación cuando su cumplieron 10 años de aquella épica victoria.