Nacho Sosa, campeón del mundo Sub 20: qué sintió en la caravana, el exabrupto con Andrey y los sueños a cumplir

El jugador salió campeón del mundo con la selección Sub 20 de Uruguay y cumplió uno de sus sueños. En entrevista con Ovación reflexionó sobre lo que generó con la Celeste en la población, la experiencia del grupo y el apoyo fundamental que tuvo de su psicóloga.

- ¿Cómo fue la experiencia del Mundial?
- Muy linda, porque lo pudimos disfrutar mucho, más por cómo fue el final. Pero fue una vivencia hermosa, donde cambió el nivel en cuanto al Sudamericano, fue mucho más exigente, pero estuvimos preparados y eso fue lo mejor que tuvo el grupo.

- ¿Caíste en que sos campeón del mundo?
- Todavía no. Lo hablo mucho con la gente que tengo a mi alrededor, que nosotros no vamos a ser conscientes hasta que pase el tiempo y veamos realmente lo que logramos en realidad porque quedamos en la historia y no es para menos. Como lo vivimos de adentro y llevamos el día a día de manera muy normal y todas las cosas que pasaban muy normales, creo que no vamos a ser conscientes hasta que pase el tiempo y realmente veamos lo que logramos.

Foto: Leonardo Maine

-¿Cómo viviste la caravana de recibimiento?
- Fue muy emocionante porque nosotros sabíamos que la gente nos había apoyado durante todo el torneo y nos dimos cuenta de la alegría que le dimos al país. Me tocó ir en la caravana pensando mucho en cuando era chico, los esfuerzos que tuve que hacer y los que hicieron mis padres para que yo pudiera estar ahí. Estar viendo a todos los uruguayos alentándonos y dándonos la bienvenida después de ser campeones del mundo, fue algo muy emocionante y muy lindo.

-¿A quiénes abrazaste o se te pasaron por la cabeza cuando terminó la final?
- A los primeros que abracé fueron al Cepillo (Franco González) y Fabri (Díaz). También pensé en la familia, los amigos, mi novia y todos los que pudieron ser parte e incluso los que no pudieron ir, porque toda la familia estaba pendiente y te hacían saber el apoyo.

Foto: Leonardo Mainé

- Mostraste en redes que le regalaste una camiseta a tu psicóloga, ¿qué tan importante es ese apoyo?
- Arranqué hace poco, antes del Mundial. En realidad pasé por un momento malo y por eso arranqué. Ir a la psicóloga me ha ayudado mucho a ver el fútbol desde otro lado, que no es el de la presión, sino el del disfrute. No hacerlo por una cosa que no sea más que disfrutarlo como lo hacíamos cuando éramos niños. A mí me ayuda mucho porque preparamos los partidos, las situaciones que se pueden llegar a dar y es un apoyo muy importante que vi reflejado en el Mundial también. Me tocaba ser suplente y cuando eso pasa, quieras o no, te frustra y capaz no lo demostrás del todo en el grupo. Eso lo trabajé mucho con mi psicóloga para aprovechar los momentos que me toquen, todos los minutos y aportarle al grupo lo que yo pueda. Creo que sí me ayudó mucho y que dio resultado en el Mundial porque pude ayudar al equipo también en el momento que me necesitó. Y eso para mí fue lo más importante.

- De afuera se los vio como un grupo muy unido, ¿fue así?
- Lo principal que nos propusimos fue tener un grupo que trascienda. Creo que ese fue el punto más importante porque estábamos todos unidos, siempre tirando para el mismo lado y creo que cuando un grupo es bueno, después las cosas pueden salir bien o mal, pero seguramente vayan para al lado de que sean mejores. Entonces como siempre fuimos muy humildes, muy respetuosos y con los compañeros cuando hay esa humildad, respeto y compañerismo, creo que las cosas pueden salir muy bien y en este caso salieron más que bien.

- Tuviste un exabrupto que se viralizó en redes sociales por una dedicatoria al brasileño Andrey en un vivo, ¿cómo surgió?
- Ellos se portaron muy mal con nosotros. Yo en particular tuve una situación con Andrey, que en el Sudamericano, cuando nos hicieron el segundo gol cuando sigue el partido, se puso a bailarme en el medio de la cancha, con el partido jugándose. Se me puso a bailar y me decía ‘somos campeones’ en portugués, pero se entendía. En ese momento no reaccioné, por suerte, porque sino capaz que me hubiese perdido el Mundial. El Chelo (Marcelo Broli) me lo reconoció después en el hotel en el Sudamericano y me dijo que me felicitaba porque era difícil haberme aguantado. Con el incidente del vivo, creo que fue un poco de descarga del momento, estábamos contentos y recordando que ellos se portaron muy mal con nosotros. Fue un momento de euforia, porque si ahora me decís, me arrepiento un poco, pero bueno, ahora ya está, ya lo hice y no hay vuelta atrás. Pero el fútbol da muchas vueltas y uno no sabe qué puede pasar.

- ¿Cómo viviste el homenaje que te hicieron en Fénix?
- Muy bien. La verdad es que siempre estoy agradecido con el club, porque fue lo que me llevó a poder estar en la selección y lograr un montón de cosas que quizás no las pensaba cuando era chico. Soy un agradecido del club, que aunque tenga muchas carencias para mí es hermoso y lo disfruto.

- ¿Cuándo volvés?
- Iba a estar para el sábado que jugábamos con Plaza Colonia y no pude por una gripe. Ahora ya para el próximo (mañana) espero poder estar.

- También te hicieron un homenaje en una escuela…
- Una de las maestras de la escuela de al lado del Capurro me pidió si podía ir. Me hicieron un homenaje. La verdad que estuvo muy lindo y lo disfruté mucho porque ver a los niños disfrutar de algo que logramos nosotros es muy emocionante y a mí por lo menos me llega mucho.

- ¿Con qué soñás ahora?
- Uno de los sueños máximos, que es jugar con la selección, lo pude hacer en la Sub 20 y salimos campeones del mundo. Pero bueno, uno como jugador siempre trata de buscar más y el sueño es poder salir al exterior, hacer una buena carrera y que se vayan dando las cosas.