Nacho Pais: de formarse en Avellaneda y ser sparring de Messi a dejar Bulgaria por Danubio, un "gigante dormido"

Nacho País (25) no pasa desapercibido en el mediocampo de Danubio, al que define como un “grande dormido”. Un club en el que volvieron las plenas y las rondas de mates que tanto le hacían falta en Bulgaria.

Aquel niño de las inferiores de Racing (que en esos 10 años compartió reserva con su actual compañero Evelio Cardozo) vivía en Avellaneda hasta que dejó la Argentina para embarcarse, junto a su familia, en una nueva vida europea. Pero antes había disfrutado de vestir la camiseta de su selección argentina con una Sub 17 que le dio la chance de ser el sparring de Lionel Messi, Ángel Di María y Javier Mascherano.

“Soy privilegiado. Porque por más años que tenga la foto, la sigo viendo y no deja de sorprenderme. Me acuerdo de que era un sábado, estaba en casa tomando mates y esa tarde, como era capitán de Racing, tenía la despedida de Milito. Me llama el delegado de la selección si podía ir al predio de Ezeiza, que tres de la 17 íbamos a entrenar con la mayor de sparring. Enseguida llamé a Racing y dije que no podía ir”, recuerda y destaca el gesto de Messi, que pese a que no era un gran momento de la albiceleste, se tomó el tiempo de sacarse fotos con cada uno. “Capaz otro no lo hace”.

Dejó Argentina pero no el fútbol y, cual escalera, fue subiendo de categoría hasta debutar en la Segunda, con el primer equipo de Cartagena de España. Estuvo un año en el filial, una temporada en Antequera y Cartagena otra vez. “Jugué solo un partido con el primer equipo, pero ese año fue de estar en esa dinámica. El nivel es muy alto, me sirvió mucho, crecí mucho, son planteles que te pueden jugar en la Primera de cualquier otro país”, comenta Pais.

Foto: Ignacio Sánchez.

Un segundo paso por Antequera derivó en una salida a Europa del este. “Y así es el mercado”, empieza a explicar sobre su inesperada salida de España al Cherno More Varna de Bulgaria.

“Mi idea era seguir en el medio, pero era un equipo que jugaba Conference League, venía de salir segundo y pelear el torneo, así que me pareció un buen momento para dar el salto. El ambiente de los partidos era otro, el de competiciones europeas”, explica el nacido en Quilmes. Y añade: “Me fui solo y me costó mucho la adaptación a la cultura, son bastante fríos, entrabas al vestuario y hablaban en búlgaro, no te enterás de nada. Era un grupo sano, pero era difícil meterse en un grupo así. Futbolísticamente no fue el año que esperaba, el técnico (Ilian Iliev) que me llevó luego no me tomó en cuenta, además era el mismo que el de la selección de Bulgaria, entonces si había fecha FIFA se iba 10 días”.

Pais tenía contrato a dos años en Bulgaria, pero el llamado de Gustavo Matosas era lo que necesitaba para tomar la decisión de volver a Sudamérica, pese a que sus padres y sus dos hermanos están radicados en el Viejo Continente.

“Al principio me costó un poco tomar la decisión porque no estaba en mis planes volver, pero cuando me puse a investigar a fondo lo que es Danubio sentí que era el momento a nivel personal y deportivo. Me adapté muy bien, es un plantel muy sano, con equilibrio justo de jóvenes y experientes a un nivel espectacular. El primer día, que fue un lunes, llegué a un vestuario con música y mates dando vueltas, y que no lo había vivido ni en la Primera de Argentina”, explica quien nunca había venido a Montevideo y llegó gracias a la conexión de su empresa, ARJ, con Mauro Boselli, que tras colgar los botines representa futbolistas, incluyendo otros del medio local.

“Me di cuenta de que es un grande dormido. Me dijeron esa frase y me quedó. Por su historia, la gente que hay detrás, hoy, dos meses después, lo terminé de confirmar. Matosas me brindó esa confianza que necesitaba, Juan (Olivera) también. Quiero ayudar a Danubio a volver al lugar donde tiene que estar, peleando siempre arriba. Me siento importante en el equipo, afianzado en el fútbol uruguayo”, concluye.

Foto: Prensa Danubio.