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Mauricio Larriera y el acierto con los cambios en el partido de Peñarol ante Deportivo Maldonado

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Mauricio Larriera. Foto: Francisco Flores.

AURINEGROS

El entrenador mirasol dio en la tecla con las variantes y esta vez los jugadores le respondieron con goles importantes.

Después de haber sido bastante criticado por cómo estaba gestionando al plantel de Peñarol, Mauricio Larriera dio en la tecla y el carbonero volvió a la victoria tras vencer ayer a Deportivo Maldonado por 3 a 1 en el Campus Municipal fernandino en la segunda fecha de la Serie A del Intermedio.

Y fue una justificada y merecida victoria porque salvo un error en defensa que le permitió al local descontar, el aurinegro no pasó zozobras de ningún tipo, aunque ahora deberá preparar su próximo encuentro frente a Liverpool con las ausencias de Edgar Elizalde, expulsado en Maldonado, y Hernán Menosse, quien llegó a la quinta amarilla.

Lo cierto es que desde el punto de vista ofensivo, Peñarol mostró una leve mejora en su rendimiento y como siempre, hay trabajo del entrenador, pero también respuestas de sus jugadores.

Larriera apeló ayer a un cambio de sistema y el equipo mirasol arrancó jugando con un 1-3-4-3 con Brian Mansilla, Ruben Bentancourt y Nicolás Rossi como delanteros.

En la primera parte Rossi fue el más inquieto con un par de acciones que llevaron peligro sobre el arco de Guillermo Reyes y Bentancourt (1,85 metros) perdió todos los duelos aéreos con Ángel Rodríguez (1,74 metros), pero aún no había tenido ninguna chance por abajo hasta que todo cambió en el complemento para el conjunto aurinegro.

El ingreso de Ignacio Laquintana y de Pablo Ceppelini le cambiaron la cara al ataque carbonero, pero sobre todo, el vértigo y la velocidad que le puso a sus incursiones ofensivas el atacante de 23 años.

Laquintana asistió a los 59’ a Bentancourt, que en la primera pelota que le pusieron en el área la mandó a guardar luego de haber perdido y mucho en el juego por elevación.

A los 74’, Nacho encaró en velocidad y de contragolpe coronó una gran jugada con un gol que fue el cuarto con la camiseta de Peñarol.

Pero había más. En el cierre del encuentro generó un penal luego de intentar una media vuelta en el área de Deportivo Maldonado y cerró una noche que estaba esperando hace mucho tiempo.

Laquintana volvió a demostrar que ingresando desde el banco de suplentes puede ser decisivo y a él se le sumó la claridad de Pablo Ceppelini a la hora de jugar la pelota.

Pero también Mauricio Larriera tuvo su parte. El técnico acertó en los cambios y Peñarol volvió a sonreír de cara a un partido clave que se le viene: recibirá a Liverpool.

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