ENTREVISTA
El Vasquito habló de su vuelta a la institución y contó cómo vive el día a día en Los Aromos, un lugar emblemático en su vida.
Es un jugador de la casa. Es un futbolista que siente los colores y que está totalmente identificado con la institución. Volvió al club de sus amores y está feliz. Matías Aguirregaray cumplió el sueño de regresar a Peñarol y lo vive a full, lo disfruta y también se ilusiona.
El martes en redes sociales aparecieron fotos del ya lejano 8 de marzo de 2008, día en el que el Vasquito debutó en el primer equipo mirasol. “No me había dado cuenta, pero vi las fotos sí y me pone muy feliz recordar ese momento porque hoy me toca estar de nuevo en el club que amo. Pero hay que seguir metiendo y ojalá que sean muchos años más acá”, le contó a Ovación el lateral derecho de 31 años.
La práctica de Peñarol ya había terminado, pero con una incertidumbre: no se sabe cuándo será el próximo partido: “Me genera tristeza lo que está pasando porque estas cosas no están buenas. Nosotros los jugadores y los jueces vamos todos en una misma línea y esto que les pasa a ellos nos puede pasar perfectamente a nosotros. Es triste. Hay que buscar una solución porque si ellos piden garantías, hay que dárselas para que entre todos podamos volver a jugar al fútbol que es lo más lindo que hay”, dijo el Vasquito acerca de la situación que se generó con los árbitros agregando que “no hablé con ellos, pero desde ya te digo que los bancamos y estamos con ellos porque no dejan de ser colegas dentro del fútbol. Yo tengo familia y me pongo en ese lugar y me da mucha tristeza. También miedo. Por eso creo que la medida que tomaron está bien y hasta que no les den las garantías que piden no hay que jugar”.

Desde que regresó al fútbol uruguayo, Aguirregaray jugó seis partidos y acerca de su vuelta al aurinegro contó que “me tomó por sorpresa, pero estoy contento porque era lo que deseaba hace años. En 2021 no se pudo dar por cosas del fútbol y la verdad que estaba muy ilusionado con volver a Peñarol. Ahora se dio. Esta nueva chance la tomo igual que el día que debuté: como un sueño cumplido. Les agradezco a Pablo (Bengoechea), al Gaby (Cedrés) y a Ruglio porque me llamaron para volver. Era lo que soñaba y hoy disfruto el día a día en Los Aromos. Tengo la misma hambre, los mismos sueños y la misma ilusión que aquel 8 de marzo de 2008 y quiero seguir acá porque es el club que amo”.
Y llenar de Peñarol a Peñarol era uno de los objetivos de Ignacio Ruglio ni bien asumió como presidente. El Vasquito es de esos jugadores que saben lo que significa el club, lo lleva en la sangre y es de familia: “Me tocó la suerte de tener a mi padre —Oscar Aguirregaray— que jugó, fue campeón y tuvo un lindo pasaje por la institución dejando su huella. Yo viví mucho eso, fue una etapa muy linda y tengo los mejores recuerdos. Hoy es de mucho valor todo eso porque los jugadores que nos criamos en el club lo conocemos bien. Nos enseñan de una manera especial a vivir lo que es Peñarol. Y no es fácil jugar acá. He visto pasar muchos y muy buenos jugadores que les costó y no lograron adaptarse. Ser del club te da un plus porque conocés y sabés cómo hay que manejarse en determinadas situaciones, cuando te va mal, pero también cuando te va bien y eso al vivirlo desde chico te marca una diferencia”.
Matías Aguirregaray está identificado con Peñarol y el hincha lo cataloga como un jugador clásico. Sus números frente a Nacional así lo marcan: jugó 9, ganó tres, empató cuatro y perdió solo dos: “Yo en todos los partidos trato de salir al cien por ciento, sin subestimar a ningún rival porque estoy en Peñarol y en Peñarol siempre hay que darlo todo. Por suerte me ha tocado tener buenos rendimientos en los clásicos y eso me deja tranquilo, pero responde también a que el equipo lo hizo bien y que luchó para darle una alegría a la hinchada. Siento mucho los clásicos porque sé lo que significa ese partido para esta camiseta, pero estando en Peñarol todos los partidos se tienen que jugar de esa forma”.

Acerca del último enfrentamiento que el carbonero tuvo ante Nacional, el Vasquito remarcó que “no tengas dudas que ese era el partido más importante para nosotros por cómo veníamos. El equipo tuvo terrible carácter para jugarlo y siempre estuvo a la altura de lo que es Peñarol”.
Pero el clásico quedó atrás y ahora el mirasol se prepara para seguir su camino en el Torneo Apertura y va por más: “Tenemos el objetivo y la obligación de ir a ganar cada campeonato que jugamos porque estamos en Peñarol. A nivel internacional tenemos Copa Libertadores y estamos en deuda. Hay que ir con mucha humildad y trabajo, pero también soñando que puedan venir cosas lindas. Lo mismo en el Campeonato Uruguayo porque es un torneo muy competitivo, pero hay que jugar siempre para ser campeón”.
Matías Aguirregaray disfruta de su nuevo regreso al país y vive el día a día como en sus inicios: “Peñarol significa mucho para mí. Me siento muy feliz acá porque es el club que amo y en el que siempre soñé estar. La vida a veces te pone otros desafíos y te lleva a diferentes lugares en los que hay otras posibilidades. El fútbol es dinámico. Pero yo hubiese preferido jugar toda la vida en Peñarol. De verdad te lo digo. Este club es parte de mi vida. Me crié acá, desde chico vengo a Los Aromos, fui siempre a la cancha y esta es mi segunda casa, sin dudas”.