Luis Aguiar: el fútbol "rústico" del interior y cuando vio llorar a Morena en la Libertadores 2011 con Peñarol

Luego de su retiro profesional, siguió jugando al fútbol en OFI, acompaña a su hermano en Atenas de San Carlos y retomó el ciclo básico; con Ovación, habló de eso y del 2011 junto a Diego Aguirre.

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Luis Aguiar en el cuerpo técnico de Atenas de San Carlos (2024)
Luis Aguiar en el cuerpo técnico de Atenas de San Carlos (2024).
Foto: @fotografialulu

Nació y se crió en Soriano, pero con 11 años se radicó en Montevideo, como tantos jóvenes del interior que sueñan con ser futbolistas. Se formó en Liverpool, jugó un año en Chile y lo compró el Porto por un millón de dólares en 2007, cuando tenía 21 años. En sus dos décadas de carrera pasó por clubes de Argentina, Brasil, Perú, por el Dynamo de Moscú ruso y la rompió en Portugal.

Luis Aguiar jugó en los dos grandes de Uruguay, por otros tantos clubes del medio local y ahora, retirado del profesionalismo, también por el fútbol del interior. Se destacó por su despliegue, su pase-gol, su pegada, pero también por su sacrificio y su carácter fuerte, tanto adentro de la cancha como afuera. Porque como siempre dijo e incluso remarcó durante esta entrevista para Ovación, no repite “lo que dice la gente”.

Alejado del ruido y de lo mediático, mates por medio desde su casa en el campo, relató su grata experiencia en el “fútbol rústico” de OFI, su flamante aventura como ayudante técnico de su hermano “Poro” en Atenas de San Carlos —que lo motivó a retomar los estudios y proyectar un futuro vinculado al deporte que tanto le dio—, se refirió al “golpe” que generó la muerte de Juan Izquierdo en todo el ambiente, y recordó pasajes de aquella Copa Libertadores 2011, cuando junto a aquel plantel liderado por Diego Aguirre hicieron soñar en grande a los hinchas de Peñarol luego de muchos años, algo similar a lo que está pasando ahora.

¿Qué reflexión te deja la muerte de Juan Izquierdo y todo lo que generó?

—Más que nada tristeza. Era un jugador muy querido en los planteles que estuvo. Si bien no tuve amistad con él, conversando con varios amigos del fútbol noté que están todos afectados. Nosotros en Atenas también le dimos un minuto de silencio antes del entrenamiento, por respeto a su familia y un último adiós, porque nos toca de cerca.

Este año jugaste la Copa de Selecciones OFI con Rocha: ¿Por qué ahí?

—Tenía varias invitaciones. La selección de Rocha me ofreció una cabaña para estar los días que quisiera, llevar a mis hijos, me dieron todas las comodidades y el verano lo pasé ahí. Ligué mal porque arranqué jugando bien y me lesioné enseguida. Sufrí el cambio porque se entrena diferente, y cuando pude volver quedamos afuera por penales.

Contra la selección de Lavalleja del Loco Abreu...

—Sí, perdimos por penales. Entré desgarrado a ese partido, quería jugar igual y quería patear penales, y todavía lo terminé errando por no poder apoyarme. No es excusa, lo pateé y lo erré. Erramos tres penales y marchamos.

Y después jugaste la Copa de Clubes con Lavalleja...

—Sigo siendo jugador de Lavalleja de Minas. En realidad ahora dejé de ir hace unas dos semanas porque empecé a trabajar en Atenas, también a estudiar porque mi hermano me embaló, pero bueno ya podré volver a ir a por lo menos a compartir con los compañeros. Tienen un grupo espectacular, donde me han ayudado en momentos difíciles también y quiero seguir en contacto con todos ellos. También con el DT, Gerardo Cano, que fue el que me llevó y es un personaje muy querido.

Luis Aguiar celebra su gol con Lavalleja.
Luis Aguiar celebra su gol con Lavalleja.
Foto: Lavalleja Fútbol Club.

”Si vas de franela la pasás mal”, dijiste hace poco sobre el fútbol del interior. ¿Cómo fue la experiencia?

—Tal cual, tenés que ir a competir. Obviamente que, si estás bien físicamente, se hace la diferencia. Pero si vas medio de sobrador o “franela” la pasás mal porque los jugadores están acostumbrados a ese roce del interior. El campeonato no es fácil, las canchas no son las mismas, es mucho más rústico y el que está acostumbrado a todo eso te saca una ventaja.

Respecto a ese roce del que hablás: ¿Te pasaron factura por tu pasado en el fútbol profesional?

—La verdad que no, al contrario. Tanto mis compañeros como los rivales me trataron siempre bien de bien. Contentos de que uno esté jugando con o contra ellos. Casi todos los equipos que enfrenté, siempre me saludaron con mucho respeto, alguno me pidió alguna foto. Para mí fue una experiencia muy linda en general.

¿Eso porque es un ambiente más amigable y distendido que el profesional?

—No tanto por lo distendido porque me tocó jugar en la selección Rocha, que por lo general siempre es candidata a pelear el Campeonato del Este. Este año estuvimos ahí, perdimos por penales, pero teníamos un cuadrazo. Y en Lavalleja también, siempre están ahí peleando las copas. En cuanto a la exigencia es bastante fuerte, más allá de que sea el interior. Como todo, hay equipos pelean títulos y otros que no.

En cuanto al nivel de futbolistas, ¿te sorprendió?

—Hay jugadores que sobresalen, que son muy buenos, pero que en el interior tienen poca vidriera. Más allá que hoy se televisan varios partidos, no tienen las mismas oportunidades. Claro que no es lo mismo que jugar en Montevideo, y no en cuanto a carencias porque hay equipos de OFI que tienen mejores instalaciones que equipos de la B o la C. La gran diferencia es que en el interior los muchachos casi todos trabajan, es fútbol amateur y los jugadores le ponen garra porque tienen responsabilidades más allá del deporte.

Carlos "Poro" y Luis Aguiar en el cuerpo técnico de Atenas de San Carlos (2024)
Carlos "Poro" y Luis Aguiar en el cuerpo técnico de Atenas de San Carlos (2024).
Foto: cortesía

Comentaste que tu hermano te embaló a estudiar: ¿El curso de DT? ¿Te proyectás como entrenador?

—Sí y también terminando el ciclo básico, voy haciendo las dos cosas a la par. Y mirá, para ser sincero, no lo tenía pensado y fue mi hermano que me empezó a embalar y casi que me obligó a ir a trabajar con él a Atenas. Me empezó a dar manija y me está gustando. Del cuerpo técnico soy como el más cercano al plantel y me siento muy cómodo en mi rol. Obviamente después, cuando sos entrenador número uno, sos cabeza de equipo, llega la hora de tomar decisiones y ahí habrá que ver, pero estoy aprendiendo mucho más fácil estando adentro. Además, como dice el Poro (su hermano), quieras o no tengo un nombre acá en lo local por lo que ha sido mi carrera y tengo que aprovecharlo. Al menos tener el curso de técnico hecho y después ver.

Agarraron a Atenas último en la Anual: ¿Cómo encontraron al equipo?

—Lo agarramos sin dudar porque obviamente confiamos en los jugadores que están y en algunos que hemos traído. Recién vamos jugando dos partidos y, si bien perdimos y empatamos, quedamos muy conformes con varias cosas que se hicieron con apenas nueve días de trabajo. La verdad es que los jugadores le agarraron la onda. Todavía falta, pero hay equipo, si los ves entrenar te darías cuenta de que pueden revertir esto.

Otra vez liderado por Diego Aguirre, Peñarol vuelve a soñar en la Libertadores y me traslada a aquel 2011, donde fuiste uno de los pilares del cuadro que llegó a la final. ¿También te recuerda a aquella campaña?

—Comparar es muy difícil porque son momentos diferentes y planteles diferentes. Pero bueno, Diego debe estar haciendo lo mismo que hizo en aquel entonces, que es transmitir ese sentimiento por el club que le sale muy bien. Lo que están viviendo los jugadores de Peñarol hoy debe ser más que motivante, porque la gente en el día a día te lo hace sentir.

Alejandro Martinuccio y Luis Aguiar en la Copa Libertadores 2011 con Peñarol
Alejandro Martinuccio y Luis Aguiar en la Copa Libertadores 2011 con Peñarol.
Foto: Archivo/El País

¿Podés explicar eso que le sale tan bien a Aguirre?

—Lo de hacerte creer que podés contra todo cuando estás con la camiseta de Peñarol. Creo que va más por el sentimiento que lleva él por dentro, que te lo trasmite. Es algo bastante especial y ha quedado demostrado, porque siempre que viene a Peñarol, da de qué hablar.

—¿Llegaste a Peñarol (enero de 2011) a pedido suyo?

—Sí, de casualidad. Estaba jugando en Rusia y vine a Uruguay por una semana de vacaciones. Justo me llamaron porque Diego me quería, y enseguida arreglé.

En 2011 a ustedes les tocó contra el Inter de Porto Alegre en octavos: brasileño, candidato y que venía de ser campeón. ¿Qué te acordás de aquella llave?

—Bueno, en general la gente se queda con la semifinal o la final, pero para mí ese partido en Brasil fue el que mejor jugamos, fue especial. Yo siempre le cuento a mis amigos que ese día lo vi llorar a Morena al lado mío. Que llore Morena por algo que habías hecho vos, con lo que significa Fernando en el club, es bastante fuerte. Fue el partido clave, en lo personal me acuerdo de los últimos 20, 25 minutos. Los brasileros nos atacaban por todos lados, más allá de que nosotros pudimos hacerle más goles porque yo me acuerdo que erré uno que pasó por arriba del travesaño. Pero después fue aguantar como camión, con nuestra defensa que era espectacular, una de las mejores de la Copa, y con el Seba Sosa que se atajó todo.

Diego Aguirre en el Campeón del Siglo
Diego Aguirre en el Campeón del Siglo.
Foto: Estefanía Leal

Ahora a Peñarol le tocó contra otro grande de Brasil: Flamengo con su plantel millonario. ¿Es posible ganarle con esa mística?

—Yo no repito lo que dice la gente. Para mí no se gana con la historia ni la mística, se gana haciendo un gran partido, sabiendo que Flamengo tiene un gran plantel y que no podés descuidarte. Si Peñarol quiere pasar, que puede, tiene que hacer lo que viene haciendo, nada más y nada menos, porque así está fuerte, se siente seguro y sólido. Obviamente es complicado, juega contra un rival enorme, pero bueno, es tener una de esas noches especiales y después pelearla. Porque también tiene la revancha de local, donde la gente va a empujar porque está entusiasmada y eso es importante porque al jugador lo agranda y lo motiva.

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