Las respuestas que encontró Lasarte en el Paladino: de la confirmación del sistema a la consolidación de Boggio

Nacional goleó a Progreso 5-1 con dos goles del Diente López y uno de Herazo, Recoba y Arady; los movimientos del entrenador dieron resultados y da la sensación de que está encontrando el 11 ideal.

Luciano Boggio celebra uno de los goles de Nacional junto a Jeremía Recoba y Julián Millán.
Luciano Boggio celebra uno de los goles de Nacional junto a Jeremía Recoba y Julián Millán.
Foto: Ignacio Sánchez.

Ya desde el comienzo se percibió que el partido iba a ser complejo para Progreso. Por sus errores defensivos y porque Nacional estaba bien parado, con sus líneas adelantadas y con varios sectores de la cancha donde sus jugadores se imponían a los del Gaucho. Fue así que no extrañó que llegara el primer gol de Jeremía Recoba a los 11 minutos, ni mucho menos el tanto de Diego Herazo un par de jugadas después. Fue un 5-1 en el que el Bolso fue ampliamente superior frente a un Progreso que empezó la temporada como para descender, siendo un equipo abatido, con tres derrotas y 12 goles en contra.

Diego Herazo festeja su gol con la camiseta de Nacional.
Diego Herazo festeja su gol con la camiseta de Nacional.
Foto: Ignacio Sánchez.

Todo lo contrario a Nacional, que encontró las respuestas que buscaba en el Paladino. Porque el 4-2-3-1 le resultó, porque la dupla del mediocampo de Cristian Oliva y Luciano Boggio se complementó bien -como ya se había visto en el segundo tiempo del clásico-, porque Emiliano Ancheta jugó de forma aceptable, con orden, porque Nicolás López jugó en el puesto que más le gusta y donde más rinde -centralizado, atrás del “9”- e hizo dos goles (más allá de que ambos fueron de penal) y porque Diego Herazo se termina consolidando como centrodelantero a la espera de la puesta a punto del chileno Eduardo Vargas.

Es fácil hablar de las virtudes de un equipo en un 5-1, pero la importante es destacar qué se hizo para llegar a ese resultado. Para empezar hay que hablar de la buena circulación de la pelota que tuvo Nacional (Boggio clave en este sentido) y que fue un equipo que siempre apostó a ir hacia adelante, generando mucho en ataque, y aprovechando las falencias del local en defensa, donde tuvieron un bajísimo rendimiento el Toco Maldonado (quien le hizo el primer penal al Diente, que fue cobrado a instancias del VAR) y el colombiano Carlos Ordoñez. A su vez, la presencia de Lucas Villalba, un extremo natural, hizo que el equipo tuviera más apertura por la derecha, con un jugador que lanza muy bien los centros con el balón en movimiento.

Lucas Villalba le dio amplitud a Nacional por el sector derecho.
Lucas Villalba le dio amplitud a Nacional por el sector derecho.
Foto: Ignacio Sánchez.

Y hay que mencionar el buen momento de Herazo, que hizo un gol, estuvo cerca de otro en el final del primer período (tenía solo a Villalba por el medio) y que está generando mucho en ataque, desgastando a los defensas rivales con sus movimientos y con su corpulencia.

Además, hay que destacar el estupendo rendimiento de Julián Millán, cada partido más seguro y mejorando en el manejo de pelota. Para cerrar, entró el joven Bruno Arady y anotó, ¿qué más pedir para Nacional?

Liderados por Sebastián Coates, los futbolistas de Nacional saludan a los hinchas que fueron este domingo al Paladino.
Liderados por Sebastián Coates, los futbolistas de Nacional saludan a los hinchas que fueron este domingo al Paladino.
Foto: Ignacio Sánchez.

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