Perchman: la próxima venta de Nacional, la "fantasía" de que influye a Lasarte y el día que fue comentarista

En entrevista con Ovación, el vicepresidente tricolor dijo: "Cada vez que estemos en camino a hacer un gran partido en el GPC, Peñarol va a querer suspender. La última vez ya lo intentaron".

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Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Foto: Ignacio Sánchez.

Flavio Perchman termina la entrevista con Ovación y ya tiene pactada otra a las 21:00. El día anterior había dado cuatro y, en promedio, estima que son unas 20 por semana. Aunque antes de ser vicepresidente de Nacional ya tenía un nombre conocido en el ambiente, estos primeros dos meses lo han convertido en una especie de rockstar. Tanto que al bajar por ascensor una mujer lo mira una y dos veces hasta que lo reconoce: “¿Vos sos el hermano de Marcel?”. “Es él: Flavio, el famoso”, intercede otro hombre. “Según Marcel, Daniel es el lindo y vos sos el famoso”, completa la señora.

El episodio se da minutos después de una invitación a conversar en casa de Vicky, una señora muy cálida de 88 años, que, además de ser su mamá, se declara como la fan número uno. Es casi que una rutina para ella sentarse frente a la televisión y escucharlo dar notas por celular mientras que por dentro piensa: “Siempre lo hacen repetir lo mismo... Eso es lo que yo noto”. Desde el sillón, despatarrado, Perchman atiende el teléfono y cada tanto algún bostezo se le escapa. “Cuando estábamos yendo a Punta del Este, negoció el contrato de un jugador (Eduardo Vargas) y no me habló en las dos horas del viaje”, lo delata su madre.

Eduardo Ache me dijo 'el silencio es salud'; le contesté: 'Estaré enfermo'.

Fue ella la responsable de brindarle un auxilio en 2001 cuando debía US$ 40.000 y le habían cortado la línea de teléfono. También la que lo escuchó cuando, con 22 años, dejó la carrera de Ciencias Económicas y le dijo que en 1990 iba a viajar a Italia a ver el Mundial. “Sus hermanos estudiaban y él me decía: ‘Mamá, voy a ir al Mundial’. Me pidió de mis ahorros de US$ 2.000 para juntar”.

Flavio Perchman junto a Vicky, su mamá.
Flavio Perchman junto a Vicky, su mamá.
Foto: Ignacio Sánchez.

-¿Qué le dirías hoy al Flavio Perchman que asumió hace casi dos meses?

-Que estamos cumpliendo en un 90% las cosas que dijimos que íbamos a hacer en campaña. Como me dijo hace poco una persona, por ahora, considero que somos cumplidores seriales.

-Esto de hablar tanto te genera mucha exposición. ¿Has recibido algún reproche de los jugadores?

-Uno solo. Creo que fue cuando hablé del salario de Herazo, el primer día que me presenté. Me lo dijo primero Eguren y después lo hablé con algunos de los referentes. Al hablar tanto, a veces tenés más tendencia a cometer errores. Eso es bastante real, pero es mi esencia. Hace poco Eduardo Ache me dijo “el silencio es salud”; le contesté: “Estaré enfermo”.

-Diste por cerrado el mercado de pases en cuanto a altas. ¿Cuánto aumentó el presupuesto de Nacional?

-Salarialmente, un 10%.

-¿Cómo puede ser que solo sea 10% cuando renovaste a Oliva, Carneiro, Mejía y se sumaron contratos altos como los de Rómulo Otero y Eduardo Vargas?

-Yo te hablo a nivel salarial. En el caso de Carneiro, se pagó un plus de US$ 200.000, pero es bastante fácil de entender: saqué 25 jugadores y traje a nueve. Dentro de esos 25, hay algunos que todavía Nacional está pagando... Pero son muchos. Por ejemplo, con la venta de Damiani no solo vendimos sino que el contrato que renovamos hace 10 días vamos a dejar de pagarlo. Pensá que con las bajas de Federico Santander, Gastón González, Alexis Castro, Rubén Bentancourt y alguno más de repente ya cubrimos lo de Vargas y Otero.

Nacional puede convivir sin ser SAD solamente con lo que mueve entre socios, butaquistas, palquistas, recaudaciones, ventas. Por ahora, no veo que tenga porqué ser SAD. Pero no sé si sin una inyección económica de afuera podremos volver a pelear internacionalmente.
Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Foto: Ignacio Sánchez.

-Trascendió que el costo de Vargas va a ser de US$ 2 millones y el de Otero alrededor de US$ 2,8 millones por dos años de contrato.

-Creo que ahí también hubo un poco de “maldad” porque se pusieron todos los impuestos y cosas que en general no se incluyen.

-Pero fue uno de los reproches que te hicieron en la interna de la directiva.

-Sí, fue una etapa en la que le estaban buscando siempre el pelo al huevo. Las comisiones fueron casi todas normales. En el caso de Vargas, es un sueldo importante y una comisión. No hay más nada. En el caso de Otero, fue un poco más porque el jugador así lo ameritaba. Cuando vos traés jugadores más caros, las comisiones son más caras.

-¿El jugador “así lo ameritaba”? Ya tenías a Mauricio Pereyra, al Diente López, Gonzalo Petit y hasta Jeremía Recoba o el propio Gonzalo Carneiro...

-Para mí, sí. Sigo pensando que nos va a dar una gran mano. Creo que tiene unas características que no tienen nada que ver con Carneiro o Petit. Sí es más parecido a Mauricio, pero él no venía de un buen año y yo quería que ahí tuviéramos un jugador con buena pelota quieta. Tengo la esperanza de que va a ser muy importante. Estoy re tranquilo y sé que es un buen jugador. Si no, veremos a fin de año.

-Una de las promesas aspiracionales de tu campaña electoral era bajar el pasivo a un 50% en tres años. ¿Sigue en pie?

-Yo no voy a decir a la mitad. Creo que si dentro de tres años nos fue bien en lo deportivo, vendimos bien y, aparte, bajamos algo el pasivo, estaría muy bueno. O si de repente no lo bajamos, pero cumplimos con el proyecto de dejar nueva toda la parte de los juveniles, con un gimnasio avanzado en neurociencia, dejaríamos otra cosa que es impresionante.

-¿Cómo es eso?

-Hay un desbalance muy grande entre lo que tiene la Primera, que es de primer mundo; y la parte de juveniles. Vamos a cambiar las canchas, vestuarios y a dejar un gimnasio maravilloso.

Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Foto: Ignacio Sánchez.

-¿En qué quedó la propuesta de juntar a 40 personas para que pusieran US$ 100.000 cada una y ayudaran a tener un flujo de caja?

-Se está instrumentando la parte legal para después salir a buscar a las personas que nos faltan.

-O sea que todavía no pusieron un peso para esta primera etapa.

-No. Con la venta de Lucas Sanabria nos vamos a ir revolviendo.

-Has señalado que Nacional tiene que cambiar un “mecanismo” que ya afecta a Danubio y Defensor en la captación de juveniles y que hace que cada vez compitan menos con Torque o Racing. ¿Se debe convertir en SAD?

-No. Nacional puede convivir sin ser SAD solamente con lo que mueve entre socios, butaquistas, palquistas, recaudaciones, ventas. Por ahora, no veo que tenga porqué ser SAD. Pero no sé si sin una inyección económica de afuera podremos volver a pelear internacionalmente. Tenés el ejemplo de Botafogo, un cuadro que nunca estuvo ni cerca y después de una inyección económica fue campeón de América.

-Sorprende que tienen a varias personas en el área deportiva. Están Sebastián Eguren, Martín Ligüera, Pablo Budna y se sumó Diego Bonilla. ¿Qué hacen?

-Son distintos. Martín hace una conexión con los juveniles y Pablo Budna, por ejemplo, tuvo mucho que ver en la venida de Julián Millán y me dio una mano con lo de Bruno Damiani. Son una sumatoria de cosas. Tenemos gente, sí, pero están todos haciendo algo. Estamos enfocándonos mucho en el área deportiva para tratar de crecer y errar poco.

Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Foto: Ignacio Sánchez.

-Has opinado públicamente que Jeremía Recoba debería jugar de 8, Otero atrás del 9... Con Martín Lasarte tenés una relación de 25 años y siempre intercambiaron sobre fútbol, pero ¿no hay un límite muy fino entre opinar e involucrarte en sus decisiones?

-Eso es una fantasía. Yo, por ejemplo, no hubiera arrancado con el equipo clásico que arrancó Martín. Pero acá el que termina dirigiendo es el cuerpo técnico. Toda mi vida, en todos los lugares que estuve, mantuve un intercambio fluido con los entrenadores: en Racing con Verzeri, en Rentistas con Cappuccio y Barán y en el básquetbol con todos los técnicos que tuve. Soy así.

-¿Eso es distinto a meterte en las decisiones?

-Podés considerar que me meto, pero una cosa es meterte y otra cosa es obligar. Yo puedo sugerir. Me acuerdo que en el clásico del Intermedio le sugerí a Martín que arrancara Petit de titular y no Santander porque se podía romper. Para mí, se iba a romper y se rompió. Martín pensó que no, que era mejor arrancar con Santander. Pero después le salió bien. En el clásico del Clausura, le sugerí arrancar con Recoba en vez de Galeano y lo hizo. Pero el que define es él. Yo sugerencias siempre doy.

-¿Considerás que fue una buena venta la de Damiani?

-Excelente. Tenía muy pocos partidos en Nacional, que era donde se podía cotizar mejor, y dos goles. Thiago Vecino, por ejemplo, creo que jugó más veces. Entonces, por la cifra de la que estamos hablando, más los bonus, más una plusvalía, me pareció una excelente venta.

-¿Y la de Lucas Sanabria?

-Excelente. Fue mala la de Lozano, pero no fue una venta querida por nosotros. Ya estaba planteada así y tuvimos que aceptarlo. Después, estamos contentos tanto con la de Ramiro Brazionis como la de Mateo Rivero.

-¿A la salida de la primera reunión formal de directiva me dijiste que Lozano se iba a quedar. ¿Se te escapó?

-No. Simplemente, yo estaba convencido de que se quedaba y hablé con él, le hice una oferta muy buena, pero evidentemente se quería ir. A veces, para el jugador no es tan fácil ser claro. Incluso, cuando en Los Céspedes le hice la propuesta, me dijo: “Con esa propuesta, me quedo a vivir”. Pero de noche cambió: “Mirá, la familia quiere irse, quiero cambiar de aires”. En Nacional, se quedan los que quieren quedarse.

Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Foto: Ignacio Sánchez.

-¿Fue absurdo que Peñarol invirtiera US$ 7 millones por Leo Fernández?

-La palabra absurdo no la tomo. A mí me parece una inversión desmedida para el medio uruguayo y el jugador. Pero me parece bien que Peñarol intente, como intentamos nosotros con nuestras inversiones, buscar algo diferente. Desde ese punto de vista, me parece que está bueno. Desde el punto de vista lógico, yo prefiero invertir menos plata en más jugadores.

-Ustedes insisten en que jueguen los jugadores con al menos un año y medio de contrato. ¿Cómo se va a aplicar?

-Creo que el único caso excepcional es Jeremía Recoba, que, por toda la connotación que tiene, vence a fin de año, pero no se va a ir escapado del club. En el proceso que voy a estar yo, todos van a firmar por un año y medio mínimo. Por ejemplo, nosotros llegamos y Paolo Calione, Nicolás Ramos, el lateral Juan Pedro Echeverría y Pavel Núñez estaban libres y los renovamos.

-¿Quién puede ser el nuevo Damiani o Sanabria para Nacional?

-Creo que la próxima venta nuestra va a ser Recoba. Teníamos expectativas con la Sub 20, pero no ha sido tan auspicioso en general. Petit viene demostrando cosas, pero creo que el entorno de la selección no ha ayudado a que haya jugadores que se destaquen mucho.

-¿Es comparable al potencial que le veías a Ronald Araujo?

-Generalmente, me pasa que cuando veo a un jugador diferente le pongo una energía distinta. A Gonzalo fui a verlo y sentí eso. Me pasó con el Huevo Lozano, que enseguida me di cuenta de que era un jugador de otro nivel, extraordinario, al que después las lesiones lo mataron. Gonzalo cumplió recién 18 años. A veces perdemos un poco la perspectiva. Creo que va a ser un jugador importante y una muy buena venta de Nacional. Pero nunca vi a nadie como Ronald.

Julio Ríos me dijo: 'Estoy sin comentarista'. Creo que él me preguntó si me animaba y yo le dije que sí.
Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional.
Foto: Ignacio Sánchez.

-¿Por qué decidieron cesar a Daniel Rodríguez?

-Es una pregunta más para Ricardo (Vairo) que para mí. Si bien estoy en Comunicación, yo no intervine.

-¿Mueve la aguja respecto a aquella idea de campaña de bajar el número de funcionarios?

-No fue solo Daniel; hubo más movimientos. Se cesó a gente de Los Céspedes y otras áreas. Nosotros detectamos cosas y actuamos. Ahora renunció (Salvador) Invernizzi, muy caballerosamente, que no sé cuánto tiene que ver con qué las canchas de Los Céspedes y el Parque estén mal...

-¿Por qué no le preguntaron a la directiva anterior eso del césped?

-Pero ellos tenían que decirnos a nosotros. ¿Cómo nosotros a ellos? Ellos ya sabían lo que había que hacer. Invernizzi se los dijo a mitad de año y había un plan para hacerlo. La vóragine electoral probablemente haya sacado de foco el tema. Cuando asumimos era imposible porque, aparte del costo económico, ya no daba para llegar en tiempo y forma. Teníamos la caja en cero y no había plata para hacerlo. Era un trabajo que tenía que haber empezado la directiva anterior, aunque nos cayera a nosotros. Porque, si ya estaba empezado, nosotros teníamos que terminarlo de alguna manera. También es real que en los partidos con San Lorenzo y Olimpia el Parque no lució como el otro día (del clásico). Eso también fue como un engañapichanga. Ahora la realidad es otra y tenemos que ocuparnos.

-La hinchada de Peñarol te dice “llevame al Parque, no seas cagón”. ¿Qué le respondés?

-Que a mí me gusta jugar los clásicos con las dos hinchadas, pero el Parque no tiene la infraestructura para albergar una hinchada visitante como la de Peñarol. Aparte, cada vez que estemos en camino a hacer un gran partido Peñarol lo va a querer suspender. La última vez que vinieron ya lo intentaron. No supieron adecuarse a jugar de visitante. ¿Para qué? No tiene sentido.

-Comentaste un clásico con Julio Ríos. ¿Cómo fue esa historia?

-Yo estaba en La Coruña. Martín (Lasarte) era el entrenador y yo el representante. Nacional fue a jugar la Teresa Herrera y junté trabajo y placer de vacaciones. Estaba con mi mujer, hicimos una recorrida por España y la hicimos coincidir. No me acuerdo si me vi en el hotel con Julio, pero me dijo: “Estoy sin comentarista”. Creo que él me preguntó si me animaba y yo le dije que sí. Ahí hice de comentarista, Nacional ganó 3-1 el clásico y fue una de esas lindas anécdotas que me quedaron.

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