Desde la salida de Brian Ocampo al fútbol de España, a Nacional se le presenta una sangría en una posición que trasciende planteles, cuerpos técnicos y directivas. Es lo que antes se conocía como wing izquierdo, con el tiempo pasó a llamarse puntero y hoy, para la camada más joven, se traduce en un extremo.
Jugar a pierna cambiada no resulta cómodo para todos y, en el caso de la punta izquierda de la cancha, donde últimamente en Uruguay no abundan los jugadores zurdos y talentosos, la ecuación es aun más difícil. Si no, recuerden lo que dijo el entrenador Martín Lasarte cuando Nicolás López llegó a Nacional e hizo el intento: “Me dijo que no siente jugar por la banda izquierda”.
Álvaro Gutiérrez, uno de sus antecesores, visualizó el problema en su día y, pese a probar con Federico Martínez, con Franco Fagúndez y también Gastón Pereiro, pidió reforzar el plantel con Gonzalo “Chory” Castro, un hombre experiente, pero que ya estaba de vuelta y después de jugar unos últimos seis meses en Nacional decidió retirarse del profesionalismo.
El asunto trasciende los casos individuales, pero los ejemplos valen para explicar, en buena parte, una carencia que hoy sigue teniendo inquietos a los dirigentes tricolores.
De las nueve contrataciones del 2025, no hay una sola que tenga la característica natural de desempeñarse como extremo izquierdo, incluido el venezolano Rómulo Otero, que en ninguno de sus 51 partidos en Santos (su último club) jugó en ese puesto. Sí se paró como extremo derecho en cuatro ocasiones -de acuerdo a la web especializada Transfermarkt- aunque la mayoría de las veces lo hizo como mediocampista interior.
Así y todo, sobre él, Lasarte opinó: “En cualquiera de las tres posiciones de media punta (derecha, medio o izquierda), él puede hacerlo”.

La falencia, sumada a la “superpoblación” de mediapuntas -como ha reconocido el propio vicepresidente Flavio Perchman- desemboca en que el cuerpo técnico se vea obligado a adaptar a determinados jugadores a posiciones que no son su principal fuerte.
En esa bolsa entran Lucas Villalba -el extremo derecho puro que cerró su llegada a mediados de enero-, Jeremía Recoba -al que quieren reconvertir en un número 8 clásico-, Nicolás López, los juveniles Exequiel Mereles, Bruno Arady y Nahuel López, y Renzo Sánchez, que pretende salir en busca de recuperar su confianza con minutos, pero todavía no está claro su futuro.
En contrapartida, el plantel está nutrido de otros futbolistas a los que puertas adentro los identifican como mediapuntas. El Diente López es uno de ellos y la lista sigue con Mauricio Pereyra, Gonzalo Petit, a quien definen como un “9 y medio”; Gonzalo Carneiro y el propio Otero.
El intento que hizo la dirigencia en este mercado
Perchman fue detrás de esa pierna zurda tan codiciada para tapar el agujero. Sin embargo, su propuesta por Juan Cruz de los Santos no convenció a Faro Sports y la chance quedó por el camino.
El vice realizó un primer intento por US$ 500.000, por la mitad de su ficha, y la respuesta fue negativa. Pretendían US$ 1,3 millones.
La opción de Joaquín Lavega, que también interesaba, quedó sin efecto, ya que el chico de 19 años terminó firmando en Fluminense.
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