Ni muy muy; ni tan tan. No todo es malo en el ciclo de Pablo Peirano en Nacional, cuando hoy van más de cuatro meses desde su asunción como entrenador principal del club. Hay sombras que dejaron huella y opacan algunas luces del camino, sí, pero las conclusiones profundas quedarán en manos de los lectores.
Tras el proceso de autocrítica postclásico, en una de las notas que dio, el vicepresidente Flavio Perchman se refirió a uno de los “puntos débiles” -así le llamaron desde medios partidarios- que le achacaron a Peirano en los últimos días. Es el hecho de que supuestamente “no gana” en partidos importantes.
“No se ha dado la talla en algún partido decisivo, pero también fue decisivo Bahía -que si no ganábamos estábamos afuera de todo y lo hicimos- y en el Beira-Rio, donde hicimos un partidazo, aunque hubo algunos errores. Entonces, no es que siempre hubo partidos importantes en los que no se estuvo a la altura. No creo que haya sido así”, afirmó el vice.
¿Qué hay de cierto en la frase? A juzgar por los números globales, Peirano tiene en su ciclo -hasta ahora- 22 partidos dirigidos (contando amistosos), que se reparten en 17 victorias, dos empates y tres derrotas. Nada mal si se considera su efectividad (80,3%) y mucho menos si se lo compara con sus dos antecesores, que a esta misma altura tenían 75,7% (Lasarte) y 56% (Recoba).
¿Qué ocurre? Para cualquier hincha promedio de cuadro grande, eso no basta. Los clásicos son partidos bisagra y así quedó demostrado en Nacional en 2006, cuando la dirigencia de aquel momento decidió cortar el proceso de Martín Lasarte, por entonces bicampeón uruguayo, pero con triunfos clásicos esquivos.
Algo similar pasó años después, en 2018, con Alexander “Cacique” Medina, que aunque no fue campeón a fin de año, guió los hilos de un equipo que comenzó jugando la fase clasificatoria de la Copa Libertadores en febrero, avanzó, y se encontró con un tercer puesto que lo dejó en octavos de Copa Sudamericana mientras seguía compitiendo por el torneo local. Así se mantuvo hasta que fue eliminado por Fluminense.
Del mismo modo, sucede con Peirano ahora que todavía los antecedentes clásicos no lo respaldan, tal como el hincha querría. Hay quienes se retrotraen a su experiencia en Independiente Santa Fe del fútbol colombiano, donde si bien hay algún punto de conexión, la comparación no es del todo equitativa por el talante del equipo y Millonarios (el clásico) tiene a Atlético Nacional como principal adversario.
En Nacional, en tanto, el DT superó las primeras dos pruebas de fuego que tuvo como visitante: empató 3-3 con Internacional en el Beira-Rio y posteriormente se llevó los tres puntos del Arena Fonte Nova al vencer 3-1 a Bahía en Salvador. Sin embargo, la suerte no fue la misma en el GPC, donde al día siguiente de asumir perdió 1-0 con Bahía, luego 0-2 con Inter y cerró con un triunfo ante Atlético Nacional que lo dejó arañando la clasificación.
Por el torneo local, el Nacional de Peirano prácticamente no se despeinó, aunque eso sí: dejó una pobre imagen en la final clásica del Intermedio (la suerte no lo acompañó en los penales) y tuvo su peor tarde este último sábado en el Campeón del Siglo.
Quedará en sus manos revertir esta historia. Por lo pronto, ya sabe que para el hincha ciertos partidos valen más que cualquier otra estadística.
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