Es cierto: las redes sociales nos exponen a una sobreinformación que abre el abanico informativo al instante para cualquier internauta, pero que muchas veces termina siendo pan para hoy y hambre para mañana. Lo que se dijo ayer, ya al día siguiente es pasado, y más aún cuando las afirmaciones son tierra de nadie.
Sin embargo, hay excepciones. Y en Nacional, al menos en estos primeros seis meses de gestión, el oficialismo que encabezan Ricardo Vairo y Flavio Perchman parece decidido a que sus palabras no queden en el olvido ni se las lleve el algoritmo.
Durante la campaña electoral, prometieron que presentarían un informe de transferencias con las altas y bajas, que cambiarían el estilo de comunicación, eliminarían la “mesa chica”, intentarían nutrir el 30% del plantel con juveniles, sacarían el tope salarial, bajarían el pasivo, transformarían al Gran Parque Central en una “unidad de negocios” y revisarían la matriz social, entre otras iniciativas.
Medio año después, muchas de esas ideas se cristalizaron, tienen una forma concreta y empiezan a verse en los hechos. Mientras que otras aún se están bajando a tierra y algunas directamente no prosperaron.
El informe reciente del primer ciclo de la gestión que presentó el club resalta algunas de ellas. Tal y como lo había anunciado en su momento la entonces lista 8 (ahora oficialismo), Nacional transparentó las cifras de las altas y bajas del mercado de pases de enero y así también lo hará en esta ventana de julio y agosto, confirmaron desde el club a Ovación.
Allí se pasarán en limpio nuevamente los montos destinados por cada transacción, porcentajes de fichas y plazos de contratos, y se obviarán otros datos, como los salarios o los pagos correspondientes a los agentes detrás de cada operación.
La decisión quedó atada a un cambio de paradigma en la comunicación, que, a la luz de los hechos, pegó un volantazo respecto a la línea que tenían los anteriores dirigentes. Ahora, es habitual escuchar públicamente a Vairo, Perchman u otros directivos dar sus opiniones y eso, en el acierto o en el error, se condice con una idea madre que plantearon antes de las elecciones.
“La comunicación se ha deteriorado mucho. Al hincha de Nacional le gusta recibir información, que le expliquen y nos están dando muy poco. Vamos a cambiar eso”, decían.
En el área deportiva, es un hecho, la mayoría de las decisiones pasan por los zapatos de Perchman -como se había anunciado-, aunque este también abrió el espectro y le dio participación a dirigentes de otras corrientes. El abogado Javier Gomensoro estuvo en dos reuniones de peso -una con Martín Lasarte en diciembre y la más reciente con Nicolás Lodeiro- y lo mismo Eduardo Ache al hablar sobre derechos de televisión.
Entre otras cosas, el vice prometió que mantendría a Sebastián Eguren en el cargo de mánager, que contrataría a un 9 extranjero de impacto (Eduardo Vargas) y que haría inversiones por jugadores (Julián Millán, Luciano Boggio y Lucas Villalba) para buscar ventas a futuro. También había dicho que eliminaría el tope salarial para apostar por otras fichas, y así lo hizo con tres casos en particular. Cumplió, a pesar de los reparos.
Por otra parte, se mostró contradictorio en su postura sobre el cuerpo técnico ni bien se acercaron las elecciones. Tras ganar, entró en una encrucijada por diferencias entre Nicolás López y Jorge Bava, a quien inicialmente había perfilado para ser el DT, y aceptó que Lasarte, que según él había perdido el “crédito”, continuara.
Algo similar le pasó con Nicolás Lodeiro, al que primero le dijo que “no”, porque había tenido “tres chances de venir y no vino”, y ahora decidió abrirle las puertas con el salario más bajo del plantel principal: “No me gusta la cadena perpetua”.
Perchman mantuvo a la columna vertebral del equipo, con Luis Mejía, Sebastián Coates, Christian Oliva y Nicolás López, y hay opiniones divididas sobre si respeta o no el tan anhelado 30% de los juveniles en el plantel principal, ya que esto varía por cada convocatoria.
En el caso del presidente Vairo, su mayor anhelo a futuro es la baja del pasivo, algo que está convencido de que podrá cumplir, aunque de momento le ha sido imposible (la prioridad está centrada en ganar la Liga AUF Uruguaya). De todas formas, el club ya está instrumentando una alternativa que reunirá entre 20 y 30 socios que aportarán US$ 100.000 de su bolsillo y ayudarán, dicen, a bajar la deuda con proveedores. Es otra de las promesas.
Respecto al Gran Parque Central, recién en las últimas semanas quedaron a estudio de la Comisión de Patrimonio y Obras tres proyectos para pensar al estadio como una “unidad de negocios”. Se revisarán.
Por último está la parte social, que, salvo ideas puntuales (el Boleto Libertadores o el abono para dos partidos de Copa Libertadores), no tuvo grandes modificaciones. Tampoco en su matriz.
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