Redacción El País
Luego de una larga batalla contra el cáncer, falleció este miércoles a los 69 años de edad Miguel Ángel Russo. El exfutbolista, surgido de Estudiantes de La Plata, era el entrenador de Boca Juniors y estaba cursando una internación domiciliaria, acompañado de su familia y seres queridos.
A Russo le diagnosticaron cáncer de próstata cuando en 2017 dirigía a Millonarios de Colombia. El equipo estaba a punto de jugar la final y el argentino esperó hasta salir campeón para dar a conocer su diagnóstico. "Esto se cura con amor", dijo, emocionándose y también a los presentes. Hizo de esa frase un estilo de vida y una buena prueba de ello es el recuerdo que dejó en el Hospital de Niños Víctor José Vilela, de Rosario, que es una referencia regional para casos de alta complejidad.
"A veces uno no sabe todo lo que pasa acá adentro, todo lo que hacen estas mujeres, el personal todo, y hay que tratar de brindarles un poquito de alegría. Un poco de felicidad porque están luchando en una edad tan corta de vida y les deseo lo mejor. Las familias están permanentemente al lado, pero hay que seguir trabajando y luchando con toda la gente del hospital que busca lo mejor para ellos", dijo Russo, que fue entrevistado por eltres TV luego de una de sus tantas visitas al centro médico al que iba a llevar juguetes y a compartir con los niños y sus familias. "Los niños necesitan sonrisas, muchas, cada uno. Sacarle una sonrisa y una alegría a un niño es lo máximo", confesó visiblemente emocionado.
Luego de conocerse la noticia del fallecimiento del exfutbolista y entrenador, que compungió al fútbol argentino y conmovió a excompañeros y dirigidos, algunas funcionarias del hospital recordaron la huella que dejó Miguel Ángel Russo allí.
“Se ponía al lado de cada cama, al lado de cada niño. Entró en cada habitación de oncología. Se ponía en el lugar de la criatura. Sin apuros, tranquilo, conversaba, les preguntaba cómo estaban. Se tomó el tiempo necesario para darles un regalo, pero además conversar. Eso no se lo olvidan nunca. Entendió lo que estaban pasando”, declaró Cecilia Formiglia, integrante del voluntariado del hospital, a Podría Ser Peor (Radio 2).
🥹 EL ETERNO RECUERDO DE MIGUELO EN EL VILELA
— Diario La Capital (@lacapital) October 8, 2025
Miguel Ángel Russo apareció una tarde en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela con su sonrisa inconfundible y una bolsa llena de juguetes. 🎁✨
Los chicos y chicas del sector de oncología lo recibieron con emoción, abrazos y miradas… pic.twitter.com/G9f5PlpYXZ
Otra de las voluintarias del Vilela, Daniela Lucca, también rememoró sus recuerdos de Russo en una entrevista con radio Mitre. “La primera vez que fue al hospital lo hizo cargado de juguetes, pero siempre le decíamos lo mismo: creemos que no hacía falta, porque la visita de él, esas veces que fue, fue un regalo para esos chicos que estaban internados y para su familia (...) Destaco su humildad, la generosidad, pero sobre todas las cosas, el tiempo que destinó a estar en el hospital las tardes que fue. Era pasar sala por sala, cama por cama, de tener que hablar con los chicos, con las familias, con palabras de aliento, con abrazos, con besos, con fotos. Fueron tardes muy emocionantes para todos", recordó Lucca que notó el deterioro en la salud de Russo la última vez que lo vio. "Se notaba que estaba un poquito mal, pero con una fuerza y una fortaleza que sólo se quebró un poco cuando entró en oncología".
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