El ascenso de Paysandú: de las obras al DT que trajo al hijo, al hermano de Maxi Gómez y un recolector de basura

En 2021 se despertó de una siesta de 15 años: Paysandú Fútbol Club, que jugó en Primera en 2005, volvió a competir en la AUF. “Desde ahí es que estamos con el sueño de ser profesionales”, le confesó a Ovación Uriel Pesce, gerente deportivo del club.

Roma no se hizo de la noche a la mañana y bajo ese slogan el sanducero dio algunos pasos firmes. El primero se concretó a fines de 2022 al convertirse en una Sociedad Anónima Deportiva (SAD).

El presidente del club, Nicolás López, quiso dar un golpe de efecto: contrató a Sebastián Abreu, quien venía de su tercera experiencia como técnico en Always Ready en Bolivia. “Es amigo y aceptó la propuesta, pero sabía que teníamos pocas chances porque no tuvimos tiempo”, dijo López.

“El Loco es buena persona; sabía que no venía a un cuadro para subir, pero recién empezaba como entrenador, quiso arrancar desde abajo y nos dio una mano muy importante”, puntualizó Pesce.

Con la SAD se gestó otro paso: la creación de las formativas. “En 2023 empezamos a competir en la B de formativas de AUF, las cinco categorías con chicos de Paysandú. Ese año subimos a la A, en 2024 nos mantuvimos y ahora estamos en mitad de la tabla”, reconoció López.

Quedaba cristalizar un ítem que entusiasmaba al club y al departamento: la ciudad deportiva. Se arrancó en 2023 y en diciembre de 2024 fue inaugurada con la presencia del presidente de la República, que era Luis Lacalle Pou.

“Compramos ocho hectáreas”, afirmó el presidente del club. “La ciudad deportiva tiene dos canchas de 11 de césped sintético, una de baby fútbol de sintético -las tres están iluminadas- y cuatro canchas de pasto natural. Luego la parte de vestuarios, gimnasio, sala de técnicos; todo lo que necesita un plantel de un equipo de Primera División”, añadió.

Con esos objetivos, Paysandú FC bajó a tierra el gran anhelo: armar un equipo que fuera por el ascenso a la Segunda División.

En 2022, con Abreu al mando, no se diagramó para subir, aunque recaló un futbolista que llamó la atención: Ricardo Noir. El argentino, que supo jugar en Boca Juniors y Racing de Avellaneda, arribó al club tras haber anunciado su retiro.

“Fue cuando vino Abreu, que trajimos a Martín Góngora —un golero de Paysandú que jugó en el profesionalismo—. Además, vino Torres que había jugado en Tigre y conocía a Noir. Lo invitaron y vino, ya que vive en Villa Elisa, Entre Ríos, y es cerca”, contó Pesce.

Para 2024 el club asumió la necesidad de subir para refrendar lo conseguido en formativas e infraestructura. Fue por un experto en el fútbol sanducero: Ramón Silvera.

Había dirigido dos veces a Paysandú: 2006 en la B y la última en 2021. “No teníamos nada; alquilábamos una cancha para entrenar”, recordó el DT. En 2022 no siguió por tener “otros compromisos”.

“Creo que es el técnico más ganador del fútbol de Paysandú”, apuntó López sobre Silvera al que buscaron en más de una oportunidad. Y en enero de este año llegaron a un acuerdo para su regreso.

Foto: @idpdeportes.

La historia tuvo un final feliz: Paysandú FC selló su ascenso a la B tras ser el mejor equipo de la temporada 2025 de la Divisional C.

En el plantel hubo jugadores con pasado en el profesionalismo: Maximiliano Cantera, Gabriel Leyes y Michael Acosta. Los tres fueron elogiados por el DT, porque “le dieron un salto de calidad al equipo”.

No obstante, existió otra pata fundamental para el engranaje de la máquina y fueron “los cuatro o cinco jugadores de confianza de Ramón (Silvera) del fútbol de Paysandú”, aseveró López.

El DT los mencionó: “Brandon Logiuratto, Diego Gómez (hermano de Maximiliano, que juega en Nacional), Nicolás Morales y Juan ‘Toto’ Silvera, que son reconocidos a nivel local”. Sí, el último es su hijo.

Silvera sentenció que es “muy fácil” dirigir a Toto. “Tiene una virtud y es que de la cancha lo tenés que sacar muerto porque sino no lo sacás; se brinda en cada pelota y en cada jugada. Por eso, más allá de los errores y los aciertos que pueda tener, es un poco el sentido de pertenencia del Paysandú FC”, manifestó.

Toto tiene otro trabajo, ya que lleva adelante una panadería con su esposa. “Se levanta a las 4:00 de la mañana a cocinar el pan para luego repartir. Tiene sus clientes: los liceos y los almaceneros. Luego del reparto, se va para el entrenamiento”, comentó Silvera sobre cómo es el día a día de su hijo para combinar el fútbol y la actividad laboral.

Está el caso del zaguero Morales, que trabaja 12 horas en un camión de recolector de basura en la Intendencia de Paysandú. Tan grande es su compromiso con el club, que por motivos laborales los martes y jueves no podía ir a los entrenamientos del equipo, a la hora 10:00 de la mañana. Sin embargo, arregló con Silvera para ir a la ciudad deportiva esos días tras el trabajo y entrenar a las 18:00. “Lo hacía con la Sub 15 y muchas veces entrené solo”, indicó Morales.

“Se armó una familia y ayudó”, explicó Morales a la espera de la final de hoy del Clausura ante Huracán de Paso de la Arena, a la hora 15:00, en el Estadio Artigas de Paysandú.

Foto: gentileza.

La meta se cumplió: Paysandú Fútbol Club subió a la Segunda División Profesional. Ahora está la otra y tiene que ver con el modelo para sustentar las obras que se hicieron en el litoral y es con la venta de juveniles.

“El objetivo es posicionar a Paysandú en fútbol profesional, formar y darle la posibilidad a los chicos del litoral a que no tengan que irse a Montevideo, desarraigarse de su familia, de sus amigos, de sus afectos, y que tengan la posibilidad de desarrollarse deportiva y humanamente”, mencionó Nicolás López, presidente de Paysandú FC.

“El crecimiento profesional es con la competencia de primer nivel, que es la Primera División de juveniles de AUF. Ese fue el primer objetivo en sí del proyecto y, obviamente, luego que empezás a formar se van a dar las ventas por lo que lleva a que el proyecto se pueda seguir sustentando”, remarcó.

En tal sentido, Paysandú FC ya tiene un exponente en la selección uruguaya Sub 15: Vicente Pesce, hijo del gerente deportivo del club.

Para enfatizar la “fuerte plaza” que es Paysandú, López lo comparó con los clubes de Montevideo. “Es importante en la parte deportiva y en la gente que va a la cancha, que es una variable que en Montevideo es complicada. Fui dueño de Rentista y a los partidos iban, como mucho, cincuenta personas. Paysandú, en la C, acudían cuatro mil o cinco mil personas por partido. Ese es un ingreso que para el fútbol uruguayo, sin ser Nacional y Peñarol, no lo tiene nadie”, destacó el presidente del club.

“En el interior nosotros podemos hacer que el público se sienta identificado con el club, que nos acompañe a la cancha y eso se vio en este campeonato: si hay resultados deportivos la gente acompaña”, alabó López.

Finalizada la temporada de forma oficial, inicia otra etapa: la conformación del plantel que jugará la B en 2026. Que tendrá un gran objetivo y es poder ascender a la Liga AUF Uruguaya 2027.

“Con los informes de los técnicos y la gerencia deportiva vamos a delinear el plantel para el 2026. Vamos a traer jugadores, aunque este plantel competía en la última edición de la B. Pero queremos darle un salto de calidad al proyecto y ver si podemos mejorar y ser competitivos el próximo año”, cerró López.