Se apuró en volver de una rotura de ligamentos cruzados, la ansiedad le jugó una mala pasada, y cuando quiso acordar, ya era tarde. Estaba nuevamente en rehabilitación, trabajando con los médicos y con fecha incierta de regreso. Hoy ya pasó un año desde el último partido, quedó libre, pero Manuel Castro está fuerte de cabeza, animado por el nacimiento de su segunda hija y con ganas de volver a mostrar todo lo bueno que se le vio en sus comienzos en Wanderers y en su etapa en Estudiantes de La Plata, donde la rompió.

“Desde que llegué a Juárez me tocó tener dos lesiones de rodilla. Fueron las primeras lesiones de mi carrera. Me apuré en hacer el proceso de rehabilitación, no la hice de la mejor manera. Llegué en diciembre de 2022 a México y a la semana me rompí el ligamento”, recuerda el duraznense de 29 años, que igualmente llegó a jugar un torneo en el país azteca: “Pude meter unos goles y unas asistencias, me estaba sintiendo bien y en la primera fecha del torneo pasado tuve una recaída de la misma lesión. No se rompió del todo, pero tuve un desplazamiento por el cual tuve que hacer otra vez la cirugía. Ahora sí hice una recuperación en los plazos establecidos y estoy muy bien”.

Castro no tuvo minutos en 2023, jugó 16 partidos en 2024 hasta que se lesionó de nuevo y es por esa razón que no sumó encuentros en este 2025, más allá de que el alta la tiene ya hace un par de meses, pero por una cuestión de cupos de extranjeros del equipo no pudo volver a la cancha. Esa segunda lesión fue a los 92 minutos del primer partido de la temporada, contra Atlas.

“Ha sido un tiempo difícil, pero por suerte acá está la familia acompañándome, también a veces viene la familia de Uruguay a visitarme cada tanto y eso lo hizo todo más llevadero. También venía mi fisio personal de Uruguay a recuperarme, así que siempre estuve acompañado y agradezco mucho por eso”, explica quien vive con su pareja Lucía Pereda, que también es de Durazno, y sus dos hijos pequeños.

Foto: gentileza.

Por las lesiones en el último tiempo no pudo viajar a Uruguay, ya que cada vez que el plantel tenía vacaciones él se quedaba en el club trabajando en su recuperación. Hace cerca de dos años que no podía viajar, pero en esta semana sí lo pudo hacer, a la espera de que se pueda concretar una de las posibilidades que están latentes.

Es que Manuel puede jugar de extremo por derecha, de interior por ese lado, de cuarto volante o hasta de carrilero, posiciones muy buscadas en los tiempos actuales, que se apela mucho al 4-3-3 o al 3-5-2. “En estos días voy a hablar con Javier (Modernell), mi representante, ya que hay algunos sondeos aunque nada oficial. Sea donde sea quiero disfrutar, quiero estar bien, quiero volver a jugar y volver a sentirme feliz donde verdaderamente el jugador es feliz, adentro de una cancha. Estoy con mucha ansiedad de que llegue ese momento y sobre todo de disfrutar”.

Equipos de Colombia (Atlético Nacional e Independiente Santa Fe), Argentina, Brasil y Uruguay se han interesado por Castro, a quien el Liverpool de Joaquín Papa lo buscó, pero su corazón sigue siendo Bohemio como en sus épocas de juvenil.

Wanderers, Estudiantes, Atlanta United y Juárez marcan la carrera de Castro, que no descarta la posibilidad de regresar al fútbol uruguayo, para que le sirva de trampolín para poder volver con continuidad a otro mercado del continente. “No lo veo con malos ojos volver a jugar a Uruguay, sobre todo por el tiempo inactivo que llevo, para volver a hacer fútbol. Obviamente que si hay algo interesante del exterior, me gustaría seguir afuera”, reconoce el futbolista en el transcurso de una charla distendida con Ovación.

Foto: Francisco Flores/Archivo El Pais

Manuel está con confianza, y lejos quedó la incertidumbre sobre cómo volvería. “Estaba entrenando, hacía fútbol -por suerte estaba Martín Varini y me integró notable al grupo- y la rodilla respondió en gran forma. Estoy bien, solo me falta volver a jugar”, concluye.