FALLECIÓ ESTE JUEVES

El fútbol trae fama y dinero a sus protagonistas, pero en muchos casos la fama se desvanece con el tiempo y el dinero se agota pronto. Y los futbolistas que alguna vez levantaron multitudes terminan en el peor de los olvidos. Nelson Marcenaro, campeón de América y del mundo con Peñaroly campeón de la Copa de Oro con la Selección, fallecido en forma repentina este jueves, fue un hombre que quiso rescatar de ese doble olvido a muchos de sus colegas.

Por eso, más allá de su extensa y positiva trayectoria, muchos lo recordaron en el momento de la ingrata noticia como el impulsor del movimiento “Nostálgicos del fútbol”, que ayudó a muchos jugadores del pasado a salir de situaciones complicadas.

Marcenaro nació en Montevideo el 4 de septiembre de 1952, en una familia de futbolistas: su padre Luis y su hermano Roland, después entrenador de prestigio. Eran de Capurro, pero al tiempo se mudaron a La Teja. Y allí Nelson comenzó jugando en la zaga de Progreso, donde se destacó tanto por su firmeza como por su buena técnica..

En 1971 se fue al Portuguesa de Venezuela, con el que logró cinco títulos de primera en aquel país e incluso lo propusieron para la selección. En 1978 Peñarol puso sus ojos en él, aunque pocos lo conocían en Uruguay. Sin embargo, pronto se convirtió en figura. Fue campeón uruguayo ese año, el siguiente y también en 1981 y 1982. E integró el plantel que obtuvo la Libertadores y la Intercontinental en el 82.

En 1979 fue titular en la Selección que participó en la Copa América. Integró además el plantel campeón de la Copa de Oro en 1981.

Pasó a Cerro en 1984 y el año siguiente se retiró en Emelec de Ecuador.
Después fue entrenador, con actuación en El Tanque, Cerro y Uruguay Montevideo.

En estos últimos años ejerció una notable labor solidaria con la Asociación Civil Nostálgicos del Fútbol, que fundó junto a otros exjugadores, técnicos y árbitros para ayudar a viejos colegas en dificultades económicas y sociales.