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Así fue el partido de Suárez: entró con la serie liquidada, demoró 15' en tocar la pelota y solo tuvo una chance de gol

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Luis Suárez. Foto: AFP.

COPA SUDAMERICANA

En la derrota contra Goianiense por la Sudamericana, el Pistolero fue la cara visible de una tormenta internacional que todavía no tiene fin y persigue a Nacional.

Luis Suárez tuvo una noche para el olvido. Entró cuando el partido ya estaba cuesta arriba para Nacional y Atlético Goianiense tenía media serie liquidada (3-0 abajo en el global, después terminó 4-0) por la vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana.

Demoró más de 15 minutos en tocar su primera pelota en movimiento y en medio de esa desesperación los brasileños ya habían convertido en pesadilla lo que para el salteño era un sueño ni bien se presentó en el Gran Parque Central. “Estoy convencido de que, si hacemos las cosas bien, podemos ganar el Clausura, la Copa Uruguay, el Uruguayo y la Sudamericana”, dijo en ese momento.

El equipo no lo acompañó, pero Suárez tampoco estuvo lúcido. Una señal de frustración se dibujó en su rostro ni bien terminaba el primer tiempo. Nacional estaba dos goles abajo por errores infantiles y las chances ya eran mínimas.

Las posibilidades se esfumaron de entrada, cuando a los 53 minutos Sergio Rochet recibió el tercero. El enojo tampoco tardó en llegar:

A los 62 lo bajó de atrás Wanderson, el número tres de Goianiense, y Suárez, después de pasar unos instantes en el piso, le recriminó al árbitro.

El defensa le dio un doble patadón en los tobillos cuando intentaba recibir una pelota de Felipe Carballo sobre la mitad de la cancha. Primero fue sobre su pierna izquierda y luego le arrastró el pie derecho. El juez Darío Herrera dijo ‘siga, siga’.

Así y todo, el 9 de la selección uruguaya lo intentó. Fue a recibir de espaldas cerca de la medialuna del área para descargar por banda izquierda con Álex Castro, quien combinó con Camilo Cándido y le dejó servido un remate rastrero de zurda a Suárez que se fue derecho a las manos de Renan.

En realidad, tuvo muy pocas. Un centro en el que le ganaron la posición y una más de cabeza a los 79 que terminó desviada. Ninguna alcanzó para cortar una racha de seis partidos sin convertir goles en competencias internacionales oficiales jugadas con Nacional.

La otra espina de Suárez con la camiseta tricolor es no haber podido ganar un solo partido por Copa Libertadores o Sudamericana. Hasta el momento, entre los seis que jugó, lleva dos empates y cuatro derrotas.

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