Redacción El País
En la previa del encuentro entre Rosario Central y Peñarol por la primera fecha del grupo G de la Copa Libertadores había una situación que despertaba mucho interés: el reencuentro de Abel Hernández con el mirasol, su exequipo. Al final no se dio porque sufrió una molestia que al principio pensó que "era algo leve" y no fue así.

"El día antes del partido contra Peñarol me quedé unos minutos más haciendo remates y sentí un pequeño pinchazo. Le dije al doctor y acordamos de probarme al otro día", relató la Joya en dialogo con 100% deportes en la Sport890.

"Hice unos cambios de direcciones, sentí que me pinchaba mucho y decidí contarle al doctor y comunicarle también a Miguel Russo (entrenador de Rosario Central) que no podía jugar", agregó.

En la cabeza de Hernández nunca estuvo la posibilidad de que fuera una lesión grave, aunque los resultados de la resonancia lo dejaron anonadado. "Se me rompió el tendón del bíceps femoral, quiere decir que el tendón se me salió del hueso. Me van a operar y quizás me lleve entre cuatro y seis meses de recuperación", explicó el delantero de 33 años.

Hernández disputó cinco encuentro con el Canalla y en los dos últimos jugó los 90 minutos. "Esto fue sorpresivo porque me sentía bien, teniendo minutos, jugando los 90 en los últimos dos partidos y no sentía ningún tipo de molestia", manifestó.

Al momento de consultarle cómo se generó la lesión, Hernández evidenció que los médicos no se lo confirmaron pero él cree que se debió al "trajín de lesiones y recaídas" que vivió en el 2023 con la camiseta de Peñarol.

Otro punto que destacó fue las veces que adelantó su vuelta de una lesión para estar a la orden del elenco mirasol. "Me apuré un par de veces, sobre todo en el partido contra Defensor Sporting en el que no estaba para jugar. Pero me metí igual por ser hincha del club, por tener ganas de vestir la camiseta y por ayudar a mis compañeros. Eso me llevó a tomar malas decisiones que quizás en estos momentos todavía las sigo pagando", expuso.

Rosario Central venció 1-0 a Peñarol en el Estadio Gigante de Arroyito y el final del partido estuvo marcado por la pedrada que recibió Maximiliano Olivera por parte de un hincha del elenco argentino. "Al finalizar el partido me crucé al vestuario de Peñarol porque fui a saludar ya que tengo varios amigos".

Foto: AFP.

Por último, se refirió a la posible sanción que puede recibir el Canalla por la agresión a Olivera. "Hay un poco de temor de que nos cierren la cancha porque nosotros somos muy fuertes de local y nuestro hinchada nos empuja muchísimo", afirmó Hernández.