El regreso del hijo pródigo: el impacto de Vescovi en la Liga Uruguaya según Capalbo y entrenadores de Bohemios

Luego de ocho años en las mejores ligas de básquetbol del mundo, Santi Vescovi (de solo 23 años) debutó en Peñarol con 30 puntos en la victoria clásica sobre Nacional (87-62), de visitante en el GPC.

Santiago Vescovi y Patricio Prieto en el clásico de básquetbol, en el Polideportivo del GPC
Santiago Vescovi y Patricio Prieto en el clásico de básquetbol, en el Polideportivo del GPC.
Foto: Estefanía Leal

"El mundo Peñarol me entusiasma mucho y es un desafío que está muy bueno afrontar", había dicho Santiago Vescovi a Ovación antes de la AmeriCup, sobre la decisión de volver a Uruguay con solo 23 años y la proyección que tiene como basquetbolista.

Unas semanas después, su carta de presentación fue digna de su trayectoria en la NBA Academy, la NCAA de Estados Unidos en Tennesse, la Summer League NBA con los Golden State Warriors y la Liga ACB de España en el Básquet Manrsea: 30 puntos, 10/13 aciertos desde el campo (76%) y figura total de la paliza clásica a Nacional (87-62), de visitante en el Polideportivo del Parque Central.

"Absolutamente ninguna duda" de que a Vescovi le podía costar adaptarse a la LUB, dice entre risas Marcelo Capalbo a Ovación, su entrenador en formativas de Bohemios y la selección uruguaya juvenil. "Creo conocerlo muy bien y sé que está como gato entre la leña. La Liga es muy competitiva, pero tiene lo necesario para desarrollar todo su potencial y dejar una huella acá", afirma.

Capalbo lo conoció cuando era apenas “un pibito de barrio de 13 o 14 años”, que jugaba en categorías superiores y se metía en todos los partidos del club: “Estaba siempre corriendo con alguna pelota de básquetbol, fútbol, handball... Tenía una chispa y picardía para los deportes diferente”.

Pero por encima de sus —incuestionables— cualidades físicas y técnicas, recuerda y destaca como su mayor virtud: "Su atención a los detalles y una memoria selectiva impresionante, y no te permitía a vos como entrenador tomar un atajo". Gracias a ello, entiende que pudo desarrollar "una capacidad mental de adaptación y aprendizaje constante”.

Santiago Vescovi y Luciano Parodi en el clásico en el Polideportivo del Gran Parque Central por la Liga.
Santiago Vescovi y Luciano Parodi en el clásico en el Polideportivo del Gran Parque Central por la Liga.
Foto: Estefanía Leal.

Para el histórico base de la selección uruguaya, la vuelta de Vescovi tiene un valor que trasciende lo deportivo: “Que esté en la Liga me parece bárbaro, para el Uruguay y para Santiago. Los jugadores no son máquinas, son personas, hay momentos emocionales y personales. Por su forma de ser es capaz de inspirar a los otros jóvenes". Y con respecto a dejar una liga como la española, asegura: "Todas las decisiones que tomó en su carrera fueron para crecer”.

Desde la escuelita de Bohemios (entre seis y 11 años), Pablo Proto también vio venir el futuro que hoy se concreta: “Desde temprano se notaba que a nivel coordinativo era muy bueno, físicamente rápido y atlético, a nivel mental siempre apasionado y altamente competitivo. No me sorprendió lo lejos que llegó porque es psicológicamente fuerte y estable”.

En la misma línea, su entrenador de infantiles Diego Frugoni le destaca algo que no se entrena: “Desde chico se le veía las ganas, el fuego sagrado que tiene adentro y lo hace diferente". También recuerda que "siempre le gustó entrenar", aspecto que Capalbo se lo atribuye al entorno familiar: el abuelo materno de Vescovi es Daniel Vannet, histórico jugador del propio club Bohemios.

"La carrera de Santi recién empieza", asegura Capalbo y sostiene que, "conociéndolo a él y a su entorno familiar", el jugador habrá "valorado el proyecto de Peñarol y también proyectado lo que viene después". Y que mientras tanto, que básquetbol uruguayo disfrute de tener en casa a su mayor promesa, ya convertida en una realidad.

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