La aprobación en el Senado del proyecto de ley sobre personas trans, alcanzada solo con los votos del oficialismo y del senador independiente Pablo Mieres (con objeciones), volvió a dividir al medio al Parlamento.
Más allá del tema de fondo, su justicia o pertinencia, todo el debate en torno a esta norma muestra lo que funciona mal de nuestro sistema político. Y que puede tener consecuencias nefastas a futuro.