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alejandra pintos

La toma de decisiones es uno de los aspectos más desgastantes del día a día de los ejecutivos, gerentes y directores. A veces, el volumen de resoluciones que hay que tomar es tan grande que prácticamente no hay tiempo para pensar. Para Mariana Sanguinetti, consultora en marketing y desarrollo de negocios en blockchain, es ahí es donde se vuelve crucial el «thin slicing».

El concepto, acuñado por el periodista, escritor y sociólogo canadiense Malcolm Gladwell en su libro Blink, se trata de «tomar la decisión a partir de una muestra, pero la clave está en saber qué muestra tomar», explicó Sanguinetti.

«Aprendí que eso a lo que siempre llamé intuición u ojo clínico tiene una explicación absolutamente racional: para tomar decisiones en un ‘blink’ (pestañeo) utilizamos otra parte del cerebro, no hacemos un análisis detallado de la situación sino que utilizamos el conocimiento y la experiencia que traemos con nosotros para decidir. Esa sensación que nos dice que algo está bien o mal en un instante, pero no sabemos decir exactamente por qué, es entrenable», detalló.

El texto no llegó a sus manos de casualidad: fue consecuencia de una de esas decisiones rápidas. Sanguinetti estaba en un evento donde diferentes startups pitcheaban su proyecto a inversores y mentores. En promedio, estaban unos minutos con cada emprendedor. Sin embargo, cuando llegó el turno de conversar con su equipo, uno de ellos estuvo más de una hora. «No pude evitar preguntarle por qué nos había dedicado tanto tiempo. ‘Es que me doy cuenta en un abrir y cerrar de ojos quién tiene sustento y quien no’, contestó. Y agregó las palabras claves: ‘no es intuición, eso se entrena’ y me recomendó leer Blink», recordó.

El libro de Gladwell marcó su toma de decisiones, porque entiende que no siempre puede ser meticulosa y detallada, por cuestiones de tiempo o falta de información. «Trabajo con negocios en blockchain y criptomonedas, son tecnologías muy nuevas de las cuales no abundan los datos», explicó.

Actualmente está leyendo La tiranía del mérito, de Michael Sandel. «Es un libro duro, que nos interpela e interpela los eslóganes que solemos usar en tecnología», concluyó.