Se postergó la firma del acuerdo entre el Mercosur y la UE, qué puede pasar, sus impactos y "la última bala"

Francia logró el apoyo de Italia para aplazar la ratificación de este acuerdo que se iba a sellar mañana. Analistas consultados por El País hablan sobre las consecuencias.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hace un gesto mientras participa en la Conferencia Nacional de Derechos Humanos, en Brasilia.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Foto: AFP

Todo parece indicar que el acuerdo Mercosur-UE cae por un barranco ya que, al no firmarse su ratificación mañana en la cumbre de presidentes en Brasil como estaba previstopor ambas partes, corre el riesgo de que se caiga totalmente, según analistas consultados.

La presión de Francia en contra de este acuerdo fue muy fuerte en las últimas horas a lo que se sumó la solicitud de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, de postergar la firma en Foz de Iguazú, lo que tuvo que ser escuchado por la Comisión Europea (CE).

De hecho, tras intensas horas de discusiones e incertidumbre, la presidenta de la CE — gran impulsora de este acuerdo—, Úrsula von der Leyen, con su pasaje a Brasil ya comprado, dio la noticia de la postergación a los 27 líderes de la UE, según informaron las agencias de noticias AFP y EFE.

Poco antes, el presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva, había informado en rueda de prensa que Meloni lo contactó para pedirle “paciencia” por unos días o un mes para ratificar el acuerdo, y que él respondió que pondría su planteo a consideración del Mercosur. Sin embargo, después trascendió que el líder brasileño ya aceptó la propuesta, al tiempo que lo tuvo que hacer von der Leyen.

El problema está en que la postergación pone seriamente en riesgo el acuerdo, probablemente más que en oportunidades anteriores. El propio Lula llegó a plantear que el pacto tenía que ser “ahora”; de lo contrario, el Mercosur miraría a otros mercados, como Japón u otros países asiáticos.

Emmanuel Macron y Lula da Silva
Emmanuel Macron y Lula da Silva.
Foto: AFP.

Bien es sabido que, quien hizo más fuerza en contra de la ratificación fue el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que sufre una gran presión del sector agrícola galo que ve en los productos sudamericanos una potencial competencia en su mercado interno.

Por lo pronto, Von der Leyen no ha cancelado su viaje a Brasil y continuará con sus intentos por reflotar de alguna manera lo que ahora está bloqueado.

En Uruguay, el presidente Yamandú Orsi afirmó que, efectivamente, el acuerdo “se había complicado” —esas fueron sus palabras—, mientras que el canciller Mario Lubetkin, desde Foz de Iguazú, declaró sobre la importancia de este acuerdo para Uruguay y, en ese momento (a mitad de la tarde de ayer), también aclaró que no habían sido formalmente informados sobre el aplazamiento.

El País consultó a Nicolás Albertoni, exvicecanciller de Uruguay, quien señaló: “Hay que mantener la esperanza hasta el día mismo de la cumbre en Brasil el próximo sábado, porque la CE va a extremar esfuerzos para que el acuerdo se dé este año. Si no es así, el clima de esta región en 2026 estará liderado por las elecciones en Brasil y se generarán distorsiones en el debate público sobre este acuerdo. Esta es la última bala”.

El exvicecanciller lamentó que lo sucedido pueda verse como una confirmación política de que dos bloques occidentales hicieron lo máximo para acordar y no lo lograron, justamente en un momento en el que la regla del mundo pasa a ser el proteccionismo. “Esa es una mala señal política de Occidente”, reafirmó.

Albertoni señaló también que, si bien el Mercosur “no tiene la culpa”, lo sucedido (la postergación de la firma) es una demostración más de que el bloque es una plataforma compleja para la inserción internacional. “Lo que digo no es en contra del Mercosur, sino que la evidencia así lo indica”, aclaró.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Foto: AFP

A su entender, lo más complejo será “el día después del no acuerdo”, ya que la ratificación del pacto con la UE le daba “oxígeno” al Mercosur, pero ya no más.

Ignacio Bartesaghi, director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica (UCU), fue por la misma línea, en diálogo con El País, al afirmar que ”esto será un nuevo golpe para el Mercosur, para la confianza en el bloque europeo y una incomodidad muy grande para Lula en cuanto a su liderazgo regional”.

“Se está fracasando nuevamente, esa es la realidad. El Mercosur tuvo que aceptar una salvaguardia agrícola súper restrictiva en su contra, de la cual prácticamente no pudo opinar, y ahora esta postergación”, agregó.

Bartesaghi consideró que la resistencia de Francia y de algunos otros países europeos tiene que ver con otros temas vinculados a la agenda interna del bloque (la guerra en Ucrania, falta de apoyo de EE.UU., etc.) que van más allá del Mercosur, pero que han tensado esta agenda.

Además, existe una batalla de liderazgos institucionales internos en la UE que se suman a las tensiones externas. “La Comisión Europea, con Úrsula von der Leyen, se enfrenta de alguna manera a Estados miembros que no quieren profundizar tanto su supranacionalidad, que no quieren llegar a ese nivel normativo que pretende la Comisión”, agregó el analista, mostrando otros asuntos que se han mezclado con el acuerdo con el Mercosur.

Por su parte, Nicolás Pose, magíster en Economía Política internacional y profesor de la Universidad de la República (UdelaR), consideró que, incluso si se hubiera firmado la ratificación el próximo 20 de diciembre, el panorama no estaría despejado.

“Hay un conjunto de parlamentarios europeos que están planteando la posibilidad de remitir el eventual acuerdo con el Mercosur a la Corte Europea de Justicia, para ver si éste es realmente compatible con la legislación europea”, afirmó a El País.

Sobre las proyecciones, Pose consideró un escenario en el que Italia podría llegar a conseguir alguna compensación adicional en Europa, a cambio de una posición pro-acuerdo. Y el otro escenario es que las “cláusulas espejo” vuelvan a ser invocadas por algunos países de la UE, pero ya no habría espacios políticos para reabrir el acuerdo para ello, por lo que se generaría una situación de paralización más prolongada, o, en el peor de los casos, que el asunto se termine de descarrilar definitivamente.

En Bruselas y Uruguay

A dos días del acuerdo, Francia, Italia, Polonia y Hungría y las protestas de miles de agricultores hicieron postergar el acuerdo.

La UE necesita el aval de una mayoría cualificada de sus Estados miembros para avanzar, pero además del juego diplomático, muchos agricultores han llegado acusado a la presidenta de la Comisión Europea de intentar "imponer el acuerdo por la fuerza".

La oposición de Francia al acuerdo viene de varios años atrás, sin embargo la UE confiaba en que podría manejar la situación.

En entrevista con El País en 2023, el entonces embajador de la UE en Uruguay, Paolo Berizzi, declaró incluso que, considerando los procedimientos para este acuerdo, “Francia se puede oponer, pero Francia no decide”.

Los países que más apoyan el acuerdo son España, Alemania y las naciones nórdicas, que interpretan que la política de la administración Trump los perjudica y que necesitan nuevos aliados.

Uruguay, como país pequeño y volcado a los ingresos que vienen del exterior, está totalmente a favor del acuerdo con el bloque europeo, lo que le garantizaría más exportaciones y la oportunidad de nivelarse a los estándares del viejo continente.

Cabe mencionar que el canciller Mario Lubetikin y otras autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay continuarán en Foz de Iguazú durante el fin de semana.

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