Analistas consultados por El País sobre la aceptación de la solicitud de ingreso de Uruguay al Acuerdo Transpacífico (Cptpp, por sus siglas en inglés), afirmaron que no cabe duda que será beneficioso para el país, aunque hay que ver en detalle las exigencias del mismo a las que habrá que adaptarse y cómo se van dando las negociaciones.
Para el licenciado en Negocios Internacionales e Integración Económica y exsubsecretario de Relaciones Exteriores (que negoció el ingreso de Uruguay al Cptpp), Nicolás Albertoni, el desafío está ahora en lo que hará el gobierno uruguayo para sostener lo logrado, y en “repensar el Mercosur”.
“Además, se va a ver mejor el potencial de los mercados para productos como el arroz, los lácteos y muchos otros, y Uruguay podría ser parte de la cadena de valor en los mercados asiáticos”, dijo Albertoni a El País.
“El gobierno, que tiene mucha impronta del Mercosur, va a tener que explicar cómo combina esa impronta con un acuerdo que es netamente bilateral”, apuntó.
Mencionó también que el proceso hacia el Cptpp se ha llevado adelante desde hace tres años, de los cuales ocho meses han estado bajo la órbita del actual gobierno. “Así que éste es un proceso compartido”, resumió, valorando la continuidad de las políticas.
Por su parte, Ignacio Bartesaghi, director del Departamento de Negocios Internacionales de la Universidad Católica (UCU), fue directo al hablar con El País: “Hay que festejar”, aunque matizó con un “también debemos ser cautos porque, si uno mira lo que ocurrió con el ingreso del Reino Unido o lo que está ocurriendo con Costa Rica, se evidencia que son procesos que llevan tiempo, son complejos”.
“Uruguay tiene que hacer ajustes en su normativa nacional para poder ingresar al Cptpp”, añadió.
Para Bartesaghi, el hecho de avanzar en un acuerdo bilateral genera un antecedente en la línea de flexibilizar al Mercosur, aunque también se podrían generar tensiones en el bloque.
“Hay que ver cómo reacciona Brasil”, dijo, aunque se mostró positivo al señalar que “ahora todo es muy dinámico y cambiante, entonces ciertas dificultades que se dieron antes, como restricciones de Brasil, en el nuevo contexto no tendrían necesariamente que ocurrir”.
En teoría, si no hubiera problemas con los otros países del Mercosur, este antecedente con el Cptpp —y también el de Argentina al haber firmado un acuerdo bilateral con Estados Unidos recientemente—, le abriría a Uruguay la posibilidad de intentar negociar nuevamente un tratado de libre comercio (TLC) con China; una iniciativa en la que avanzó fuertemente Luis Lacalle Pou durante su gobierno y fue frenada por el gobierno de Alberto Fernández desde Argentina (ya que China no quiere “romper” el Mercosur).
Más allá de las tensiones que eventualmente se disparen, tanto Albertoni como Bartesaghi opinaron que la iniciativa de ingresar al Cptpp “es un paso que había que dar” y que Uruguay deberá gestionar.
Otros analistas consultados por El País hicieron foco en que el Cptpp exige determinadas condiciones para las compras del Estado y de empresas públicas, por lo que probablemente Uruguay podría pedir excepciones en esa materia.
“Si se quisiera implementar una política para fomentar la industria nacional con la participación de empresas nacionales en determinadas licitaciones, tal vez no se podría hacer, porque el Cptpp exige iguales condiciones para las empresas locales o extranjeras”, dijo uno de ellos, que pidió anonimato sobre este tema. “Una empresa japonesa, por ejemplo, competiría en igual de condiciones que las nacionales”, comentó.
Hay que recordar que una excepción similar planteó el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula Da Silva en el acuerdo del Mercosur-Unión Europea, y Brasil finalmente logró que se flexibilizara una cláusula relativa a compras públicas.
Otro tema que preocupa a algunos analistas tiene que ver con la propiedad intelectual, dado que el año pasado, luego de largas discusiones y cierta oposición por parte de los laboratorios nacionales, el Parlamento uruguayo aprobó la adhesión al Tratado de Patentes de la Organización Mundial del Comercio (OMPI), pero con salvaguardias, lo que ha inquietado a la Cámara de Industrias y otras entidades.
Ahora, analistas han planteado que habría que ver la posición de los países del Cptpp sobre los “reparos” que en Uruguay se han puesto al acuerdo internacional de patentes, aunque las autoridades nacionales consideran que no será un asunto especialmente sensible, ni mucho menos.