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La medida clave que tomó el Banco Central tras ver “una recuperación importante” de la economía

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Conferencia de prensa de Diego Labat, presidente del Banco Central del Uruguay. Foto: Marcelo Bonjour
MARCELO BONJOUR

DECISIÓN

La autoridad monetaria resolvió elevar la tasa de política monetaria de 4,5% a 5%, una medida que ya han aplicado otros bancos centrales de la región.

Se terminó la “etapa fácil” en materia de precios -al decir del economista Aldo Lema- y consciente de ello, el Banco Central (BCU) resolvió ajustar ayer la política monetaria,tal como había adelantado El País hace una semana.

Tras la reunión del Comité de Política Monetaria (Copom, que integran técnicos y el directorio del Central) la autoridad monetaria resolvió elevar la tasa de política monetaria de 4,5% a 5%, una medida que ya han aplicado otros bancos centrales de la región. Es el primer ajuste de la tasa que resuelve el BCU tras haber vuelto a utilizarla como instrumento de política monetaria desde septiembre pasado.

La tasa de interés de referencia es el “precio del dinero”: señaliza el costo del crédito bancario en pesos, ya que no es otra cosa que lo que le “cuesta” a los bancos obtener liquidez a un día de plazo (de parte de otros bancos o del propio Central).

¿Por qué resolvió esto el BCU? Por un lado, “la situación sanitaria ha mejorado de manera sustancial y junto con ello la actividad económica ha comenzado a mostrar signos de recuperación, donde los indicadores de avance exhiben fortalezas en varios sectores”, evaluó el Copom, según un comunicado posterior a la reunión.

En conferencia de prensa el presidente del BCU, Diego Labat profundizó al respecto: “Los indicadores de avance (de la actividad) van mostrando signos de recuperación, estos signos ya se han consolidado. Eso nos da la pauta que la recuperación económica está bien encaminada”.

Incluso destacó que “la apertura de fronteras (prevista) es un paso importante” y permite “afirmar que, ahora sí” la “recuperación” de la economía es “importante”.

Hasta ahora, la política monetaria tenía como único objetivo apuntalar la economía y dotarla de liquidez -para que no hubiera cortes en la cadena de pagos- ante el golpe que generó el COVID-19 y las medidas para contenerla.

El otro objetivo de esa política monetaria es contener la inflación, es decir el alza sostenida de los precios del consumo.

En el año móvil cerrado a julio de 2021 la inflación fue de 7,3%, aún por encima del techo de la meta que tiene el gobierno (que es de entre 3% y 7%), y las expectativas (de los analistas) eran de 7,1% para este año y de 6,7% para 2022 (cuando la meta del gobierno será de entre 3% y 6%). “Las expectativas están convergiendo a la meta, no obstante siguen fuera (de la misma) y esa es nuestra preocupación central”, afirmó Labat.

Pesos uruguayos. Foto: archivo El País
Hombre contando billetes de $ 1.000. Foto: archivo El País

Entonces, por un lado la actividad se recupera con más firmeza y ya no necesita el apoyo de la política monetaria, mientras que por otro la inflación está fuera del objetivo del gobierno y las expectativas también por lo que se necesita que la política monetaria dé una señal para que la economía no se recaliente.

Así el BCU entendió “que era el momento para iniciar un proceso de salida de la instancia expansiva” de la política monetaria para ir en una “senda gradual más contractiva”, indicó Labat. De todas maneras, la tasa de referencia en 5% sigue siendo expansiva, agregó, es decir apuntala a la economía.

De hecho, el presidente del Central puntualizó que todavía “hay mucha liquidez” y por tanto “va a haber un rezago” entre el aumento de la tasa de referencia del BCU y el resto de las tasas que cobran los bancos por prestar dinero. Labat afirmó que actualmente el Central está retirando dinero del mercado “mucho con instrumentos de corto plazo” que van de uno a 14 días y esos instrumentos tienen un stock de $ 20.000 millones aproximadamente. “Eso esperamos que se empiece a alargar”, agregó. Es decir, que esos pesos no vuelvan al mercado a los dos o 15 días, sino que se retiren por plazos más largos con Letras de Regulación Monetaria (un título de deuda que emite el BCU con ese fin).

Efectos.

¿Qué implica entonces que la política monetaria sea expansiva? Que todavía la tasa de interés de referencia no necesariamente derivará en encarecer el costo del crédito a empresas y familias, pero que el BCU seguirá subiéndola en los próximos meses -“en la medida que no haya retrocesos en la situación sanitaria”, explicó Labat- hasta que sí haya un mayor costo del crédito y por ende se reduzcan las presiones al alza de los precios por el lado de la demanda. La suba de la tasa, un encarecimiento del “precio del dinero”, también podría derivar en una baja del dólar (ver aparte), pero Labat descartó que el Central tenga un objetivo cambiario.

Ahora, ¿cuánto más va a necesitar subir la tasa el BCU? Labat respondió que la estimación de tasa de referencia “neutra” (esto es ni expansiva ni contractiva) es de 2% en términos reales. ¿Qué significa eso? Teniendo en cuenta que las expectativas de inflación están en 6,7% a fin de 2022, una tasa “neutra” estaría en el entorno de 9%. Eso implica que hoy para que la tasa de interés sea contractiva debería estar por encima de 9%.

El BCU busca tener mejores datos sobre el sector financiero no bancarios (aseguradoras, AFAP, administradoras de crédito). Foto: Archivo El País
Vista nocturna del Banco Central del Uruguay. Foto: Archivo El País

¿Esto quiere decir que el BCU va a tener que casi duplicar el nivel actual de la tasa para que la política monetaria sea contractiva? No necesariamente, todo dependerá de cómo evolucionen las expectativas de inflación. En economía las señales son importantes, por lo que si los analistas creen que el BCU hará todo lo que esté a su alcance para contener las presiones al alza de los precios, las expectativas de inflación se seguirán moderando y el ajuste necesario para llegar a una tasa de interés contractiva será menor.

Claro, hay riesgos. El riesgo es que surjan presiones inflacionarias adicionales de corto plazo como ocurrió con las recientes subas de combustibles y de la carne. En ese sentido, consultado por El País, Labat dijo que la política monetaria “va a responder de tal manera que lleguemos al objetivo de inflación en 24 meses”.

El dólar bajó ayer

El dólar interbancario bajó ayer 0,19%, tras cotizar casi estable el martes (tuvo una mínima baja de 0,01%). La divisa estadounidense se negoció en promedio a $ 43,568, el precio más bajo en casi un mes y medio (el 29 de junio cotizó en $ 43,47).

Durante la jornada, la moneda estadounidense cotizó entre $ 43,54 y $ 43,62, para finalizar en el mínimo. El valor de cierre retrocedió 0,23% respecto al anterior. En lo que va del mes, el dólar cae 0,31% mientras que en el año sube 2,9%.

A través de las pantallas de la Bolsa Electrónica de Valores, en la víspera, se realizaron 39 transacciones por un monto de US$ 13,9 millones. Al público en las pizarras del Banco República (BROU), el dólar cayó 10 centésimos y cerró en $ 42,35 a la compra y $ 44,75 a la venta.

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