El anuncio de “llegó la hora del peso” —así tituló una de sus conferencias el presidente del Banco Central (BCU), Guillermo Tolosa, recientemente— mostró el nuevo énfasis que quiere darle la autoridad monetaria al objetivo de desdolarizar la economía que se había iniciado en el período anterior.
En esa disertación, Tolosa planteó que “es la hora del peso. No vengo a decir que tienen que invertir en pesos, porque no sé lo que va a pasar con el peso de acá a tres meses. Nadie lo sabe. Pero hay algo que sí sé: el ahorro en dólares va a hacer subir y bajar tu poder adquisitivo".
"Cuando invertís en Unidades Indexadas o en pesos, tu poder adquisitivo va a ser más estable. Pero cuando invertís en dólares, va a ser muy volátil. Invertir en dólares, en un contexto así, es una especie de timba donde uno puede ganar y perder en el corto plazo”, añadió en esa ocasión.
Entre las medidas que el BCU planea desarrollar por sí o que están previstas en el proyecto de ley de Presupuesto, están: mayores cargos de capital a bancos para préstamos en dólares a empresas; facilitación de cuentas en pesos automáticamente rentadas; eliminación de incentivos fiscales para inversiones en el exterior; encajes (porcentaje de los depósitos que los bancos deben inmovilizar en el Central) más conducentes al uso del peso uruguayo.
El País consultó a economistas sobre la idea de desdolarizar la economía uruguaya.
Aldo Lema, socio de Vixion Consultores, señaló que el proceso de desdolarización requiere tiempo, estabilidad y responsabilidad fiscal, en la medida en que la dependencia del dólar aún es fuerte en el país. Esto es así como resultado de décadas de inflación alta y de los impactos de las crisis de 1982 y 2002, que consolidaron la idea de que el dólar protege los ahorros.
Sin embargo, la Unidad Indexada (UI) ha tenido un buen comportamiento para el ahorrista, más que el dólar, en los últimos años. Aún así, el mecanismo de la UI no se ha extendido lo suficiente en el sistema financiero, según Lema.
El economista comparte la idea de los beneficios para el país de desdolarizar la economía, aunque apuntó que la decisión "debió empezar en los años 80”.
La mayor ventaja de desdolarizar es que la economía, más apalancada en pesos uruguayos, estará menos expuesta a los vaivenes de las crisis internacionales, además de potenciar el rol de la política monetaria.
Por su parte, Alicia Corcoll, gerente senior de Exante, afirmó que “el objetivo de avanzar en la desdolarización parece compatible con la política económica. Sin embargo, hasta ahora lo que tenemos son sólo anuncios. Falta ver, concretamente, cómo se van a instrumentar y si vendrán acompañados de medidas adicionales”.
“Con la información disponible, no es posible anticipar si habrá un impacto significativo en la desdolarización”, reafirmó.
Lo que sí ve Corcoll es que las declaraciones del BCU al respecto parecen tender a encarecer el crédito, “lo cual puede ser delicado en un momento en que lo que se necesita es dinamizar la inversión”, advirtió.
Por su parte, Deborah Eilender, economista e investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), sostuvo que la lógica del BCU es que el ahorro en dólares, que predomina en Uruguay, está atado a ciertos riesgos, como la volatilidad del tipo de cambio ya mencionada.
“El Banco Central no interviene en el mercado cambiario desde 2021, entonces, el dólar fluctúa bastante dependiendo de decisiones propias que se puedan tomar en Uruguay, pero también de efectos regionales o de Estados Unidos. En muchos casos los uruguayos ahorramos en una moneda de la cual no tenemos ningún tipo de control y que está atada a grandes volatilidades”, analizó Eilender.
En esa línea, la economista comparte la iniciativa del BCU, siempre que el peso uruguayo sea una moneda estable y que no pierda poder adquisitivo lo largo del tiempo, lo que significa mantener una inflación baja en forma consistente.
“Esta es una política que, por suerte, el Banco Central viene haciendo desde hace tiempo. No es algo de este gobierno, sino que empezó con Diego Labat en la gestión anterior y estamos viendo los resultados. Tenemos una moneda que se mantiene mucho más estable. En los últimos 15 años, nos acostumbramos a tener una inflación del 8% y hoy la estamos viendo cerca del 4%”, resumió.
A su modo de ver, ese objetivo de reducir la inflación, se ha transformado en una política de Estado. Y los pasos que siguen, seguramente, serán “dificultar —de alguna forma u otra— el accionar en dólares y facilitar las cuentas en pesos o las cuentas en pesos que estén rentadas, por ejemplo, con tasas parecidas a las de las Letras de Regulación Monetaria”, agregó en relación a una de las medidas que planea el Central.
Asociación de Bancos Privados del Uruguay
Por su parte, Bárbara Mainzer, directora ejecutiva de la Asociación de Bancos Privados (ABPU), dijo a El País que apoya la iniciativa del BCU de ir a una desdolarización de la economía.
“Los bancos privados estaríamos encantados de recibir más depósitos en pesos, ya que prestamos todos los pesos que recibimos (parte de los depósitos que recibimos deben quedar como encajes por regulación bancocentralista). Todo el resto se presta y, como no alcanza, algunos bancos usan parte de su patrimonio para prestar y otros emiten Notas”, señaló.
Mainzer coincide con Tolosa en que actualmente se están dando las condiciones para desdolarizar (esto es, inflación baja y estable, y un peso fuerte), lo que facilita una mayor confianza en la moneda local por parte de los uruguayos.
“El entorno actual es propicio para un mayor ahorro en pesos y los bancos están ofreciendo muchas opciones de inversión en moneda local. A mayor plazo fijo las tasas son interesantes en términos reales. También hay depósitos en Unidades Indexadas (UI), o bonos del gobierno uruguayo en pesos o UI. Las opciones para ahorrar en moneda nacional, están”, declaró.
La economista reconoce la resistencia cultural de los uruguayos en ahorrar en pesos, por lo que aconseja explorar la opción de no cambiar todo el dinero para ahorro a dólares como hasta ahora.
Recomendaciones para los uruguayos
La directora ejecutiva de la Asociación de Bancos Privados (ABPU), Bárbara Mainzer, destacó que, en los últimos años, ha sido mucho más rentable invertir en pesos (es decir, hacer inversiones en pesos o en UI) que en dólares.
No obstante, aclaró que la decisión sobre en qué moneda ahorrar depende de la situación de cada persona y sus objetivos. “¿En qué gastamos los uruguayos? Compras en supermercado, las consumimos en pesos. Lo mismo salud, educación y gran parte de nuestros gastos cotidianos. Para todo esto preciso, pesos. Pero si quiero comprarme una moto o un auto, que están en dólares, ahorro en dólares. Si me voy a ir de viaje o me voy a vivir a Estados Unidos acumulo ahorros en dólares”, ejemplificó.
Según recomienda, para afrontar las dos mayores erogaciones a las que los uruguayos se enfrentan en el largo plazo: jubilación y compra de una vivienda, conviene ahorrar mayormente en pesos.
“Quien planee jubilarse en Uruguay debería tener una parte significativa en inversiones en pesos, que acompañen el aumento del costo de vida. Los jubilados consumen muchos servicios (incluyendo salud, y acompañamiento en edades más avanzadas, etcétera) y éstos son bienes no transables, cuyo precio evoluciona con el aumento de precios domésticos”, afirmó Mainzer.
En cuanto a la vivienda, piensa que, por más que las propiedades están nominadas en dólares, esos precios tienen a largo plazo una correlación mucho mayor con la evolución de los salarios y la inflación. “De hecho, la variable que más se acerca a la evolución de precios de los inmuebles es el Producto Interno Bruto per cápita, porque éste agrupa la masa salarial y los ingresos promedio de los habitantes, es decir, el real poder de compra”, concluyó.