Aranceles de Trump: Uruguay puede aprovechar la ventaja, pero la situación de Brasil lo impactará

Los aranceles del 50% para Brasil impuestos por la administración de Donald Trumpen algunos de sus productos principales, que entrarán en vigor el 7 de agosto, es una daga a su economía e impactará también a Uruguay, pese a que Estados Unidos solo le impuso un gravamen del 10%.

La medida repercutirá en una caída de las exportaciones de la carne brasileña a EE.UU. y, por ende, Uruguay podría aprovechar ese espacio en el mercado norteamericano.

De lograr exportar más carne uruguaya a EE.UU. —al aprovechar la merma de la brasileña—, el beneficio no sería tanto si Brasil baja los precios afectando al mercado internacional, en su intento por ganar otros destinos.

Por otra parte, es muy probable que Brasil desarrolle una estrategia de colocar mayores cantidades de carne en China, pasando entonces a competir más con la carne uruguaya en ese destino, conciden analistas y empresarios consultados porEl País.

Más allá de alguna oportunidad puntual que tenga Uruguay en esta coyuntura, un debilitamiento de la economía brasileña pegaría en la economía uruguaya. Es que Brasil es el segundo destino de exportaciones que tiene el país.

Por lo pronto, en medio de una reconfiguración comercial global que ya ha comenzado, productores agropecuarios esperan que Uruguay negocie con EE.UU. un aumento de su cupo para la exportación de carne, lo que ya está haciendo Argentina (ver nota aparte).

Consultado por El País, Marcos Soto, decano de la Universidad Católica (UCU) Business School, afirmó que “el nuevo arancel del 50% sobre la carne brasileña a EE.UU. hace que ese producto pierda competitividad frente a proveedores como Uruguay, Australia, Canadá y Argentina. Esto crea un espacio adicional del mercado estadounidense, lo que potencialmente permite a productores uruguayos incrementar ventas tanto en volumen como en precio”.

No obstante, el economista observó otra arista del asunto, al notar que el anuncio del nuevo arancel ya provocó una depreciación significativa del real brasileño, dado que redujo expectativas de ingresos en dólares y aumentó el riesgo país de Brasil. “Esa depreciación actúa como amortiguador frente al alto arancel: hace que sus exportaciones sean más baratas en términos de dólar, offset parcial del impacto negativo. Si en Uruguay el dólar no acompaña, podremos volvernos más caros aun en términos relativos con Brasil, lo que no sería para nada saludable”, advirtió.

Por su parte, Aldo Lema, socio de Vixion Consultores, fue cauto al plantear que el impacto de los aranceles está en desarrollo, pero —dijo a El País— “aun cuando no se concretaron los peores escenarios, el mundo emerge proteccionista, lejos de la apertura vigente hasta mitad de la década pasada. Eso tiene consecuencias generales sobre Brasil e indirectamente sobre Uruguay, más allá de las medidas específicas contra nuestro vecino del norte”.

Foto: Francisco Flores

A su entender, lo más relevante de todo esto es la perspectiva de menor crecimiento para la economía brasileña a largo plazo, lo que podría intensificar sus desequilibrios y cierta depreciación del real. Esto seguramente se potencie por el menor crecimiento global y los peores precios de exportaciones asociados a un mundo más proteccionista.

“Probablemente la economía brasileña pase de crecer al 3% en los años previos a cerca de 2% en 2025 y quizás cerca de 1% en 2026”, proyectó Lema.

Facundo Márquez, vicepresidente de la Unión de Exportadores (UEU), en diálogo con El País, fue por la misma línea al considerar que “lo que Brasil pueda dejar de vender en EE.UU., lo va a intentar colocar donde Uruguay vende también, y además se van a depreciar los precios internacionales”. Es decir, analizando las relaciones bilaterales con EE.UU, puede verse la ventaja de la situación de Uruguay en comparación con la de Brasil (nuevo arancel del 10% versus 50%), pero en el contexto global del comercio, no sería así. “Más que ver oportunidades comerciales puntuales para Uruguay en ésto, hay que pensar a largo plazo, mejorar internamente al Mercosur, buscar más alianzas globales”, propuso ante las medidas unilaterales de EE.UU.

Foto: Archivo El País.

De su lado, Rafael Normey, presidente de la Federación Rural del Uruguay, coincidió en diálogo con El País que las medidas arancelarias significarán un redireccionamiento en muchos sentidos, con mercados que buscarán nuevas opciones de valor, y que “habrá que ir evaluando el impacto de la moneda brasileña y cómo afecta a Uruguay en términos de competitividad en las exportaciones y turismo”.

Para exportar al mercado estadounidense, Uruguay cuenta con una cuota de 20.000 toneladas de carne, que antes era de arancel 1% y, con la decisión de Trump, saltó al 10%. Por fuera de esa cuota, el arancel que pagaba era 26% y ahora es 36% (sumando el 10% adicional impuesto por EE.UU.).

“A Brasil le será imposible pagar el nuevo arancel para ingresar al mercado estadounidense de manera rentable, y toda esa carne que exportaba a EE.UU, la va a terminar volcando al resto de los mercados internacionales, entre ellos el de China”, dijo a El País Ricardo Reilly, delegado por la Asociación Rural (ARU) en el Instituto Nacional de Carnes (INAC). Asimismo apuntó que el país asiático está visualizando desde hace tiempo una baja del precio de la carne por los aranceles de EE.UU. a Brasil.

Respecto a la cuota de EE.UU, Reilly opinó que “en estas circunstancias, está claro que Uruguay debería seguir los pasos de Argentina, que ya está renegociando su cuota, que es también de 20.000 toneladas con aranceles del 11%. Si Argentina logra ampliar esa cuota, nos va a dejar en desventaja”, alertó.

Actualmente EE.UU. y China representan alrededor del 45% de las importaciones de carne de todo el mundo, por lo cual cualquier evento abrupto en alguno de esos destinos, conlleva un impacto directo sobre el precio de la carne a nivel mundial.

Otro dato a tener en cuenta es que EE.UU. vive un déficit de carne muy importante en su mercado interno, por lo cual está obligado a importarla. “Uruguay debería ser inteligente y ver qué puede rescatar de toda esta situación”, afirmó Reilly, en relación fundamentalmente a una posible negociación de la ampliación de su cuota para la carne uruguaya en el mercado estadounidense.

Cabe mencionar que los aranceles no afectan directamente al Mercosur como bloque, pero ejercen presión para una mayor búsqueda de mercados alternativos y fuerzan alineaciones.

El País se comunicó con las autoridades de la Cámara de la Industria Frigorífica, quienes declinaron hacer declaraciones.