Adiós a Robin Henderson: liderazgo “paternalista”, pelea por precio y calidad y su sucesión en Tienda Inglesa

El empresario que dio vida a Tienda Inglesa, falleció el jueves en Maldonado a los 87 años. Henderson amaba el supermercadismo, creía en el personal y en la calidad de los productos.

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Henderson falleció a los 87 años
Henderson falleció a los 87 años.
Foto: Familia Henderson

Redacción El País
El 2 de noviembre de 1962 un joven Robin Henderson tuvo la responsabilidad de mudar a Tienda Inglesa de Ciudad Vieja a Carrasco y transformarla de tienda por departamentos en una supermercado en avenida Italia y avenida Bolivia.

Ese amanecer selló el despegue de una de las marcas más emblemáticas del país. Ayer el ámbito empresarial se conmovió con el fallecimiento -en Maldonado el jueves- de Henderson a los 87 años, uno de los pilares de los negocios en Uruguay. El expropietario y ex director general de Tienda Inglesa deja todo un legado luego de más de medio siglo al frente de la cadena de supermercados que llevó su impronta.

Tienda Inglesa fue fundada en 1870 como una pequeña tienda en la calle Cámaras (actual Juan Carlos Gómez), en la Ciudad Vieja de Montevideo. Sus primeros directores fueron Antonio y Walter C. Amy, David Robertson y Juan P. Henderson, bisabuelo de Robin.

En 1930 pasó a ocupar cuatro plantas y se transformó en una tienda por departamentos donde se podía comprar telas, ropa, artículos de bazar, juguetes y comestibles; como parte de la tradición británica, incluía salón de té. Fue el primer comercio en Uruguay que contó con una escalera mecánica.

El 3 de noviembre de 1962 se dio la transformación a lo que es hoy: uno de los supermercados más grandes del país. Actualmente cuenta con 10 sucursales y emplea a más de 3.500 personas.

Robin Henderson, un visionario de sangre escocesa, le supo acuñar su estilo de liderazgo y gestión empresarial: perfil bajo, presencia permanente en los locales y “paternalista” con los empleados.

Mientras estuvo al frente de su empresa, recorría cada día las sucursales, los depósitos, las góndolas, la fábrica.

“Robin imaginó Tienda Inglesa e hizo de aquel sueño la gran obra de su vida. Como compañía, estamos orgullosos de los cimientos que nos forjaron, trazando los ideales de excelencia, calidad y servicio que brindan a nuestros clientes una experiencia única de compra. Ese es el ADN de Tienda Inglesa, el que construyó Robin, y sobre el que se proyecta la compañía hacia el futuro”, apuntó la compañía en un comunicado ayer tras conocerse su fallecimiento.

Así definía su impronta al frente de la empresa, en una entrevista con El País publicada el 28 de diciembre de 2007: “Siempre estoy peleando por la calidad y los precios, todos los días de mi vida”.

“Soy un convencido de que el mejor negocio para el cliente es comprar algo que le dure. Muchas veces la gente se engaña, por el bajo precio de algo que es de mala calidad. Nosotros siempre tratamos de vender cosas un poquito mejor. Nos ha ido bien, así que tan errada no era la idea. Nos matamos para que todo sea bueno”, definía Henderson.

La apertura del local de avenida Italia y avenida Bolivia, lo recordaba como un hito clave: “Veníamos mal de Ciudad Vieja y acá corrió bien desde el primer día”. Para la inauguración y por un tiempo tuvieron que apelar a grupos electrógenos porque no tenían la electricidad de UTE.

Su trato “paternalista” para con los empleados queda de manifiesto en algunas de su frases como que de sus empleados quería “saber sus nombres, qué les gusta, qué familias tienen”.

También se veía en los beneficios que tenían los empleados: una “tarjeta amarilla” (partida para adquirir mercadería); un medio aguinaldo extra abonado en diciembre; y un bono equivalente al 20% de los ingresos de octubre, que los empleados reciben ese mes.

Sucesión

Ya a fines de 2007, Henderson hablaba de su sucesión. “No me gusta vender, y el personal suplica que no lo haga. Pero algún día habrá que hacerlo porque no soy eterno, y mis hijos no tienen interés”, señaló en la mencionada entrevista.

Pese a varias ofertas y versiones de ofertas para comprarla (el Grupo Exxel, el empresario argentino Francisco De Narváez -dueño de TaTa-, el empresario uruguayo Juan Otegui y el grupo paraguayo Vierci), pasó casi una década para que se concretara. Previamente, a comienzos de 2016, incorporó al argentino Matías Allen con el cargo de gerente general. Pero, en otra entrevista con El País publicada el 12 de febrero de ese año era tajante: “Yo tengo la misma posición de siempre. Sigo al mando de esta compañía”.

La empresa venía de cuatro años consecutivos de pérdidas (pese a que las ventas crecían), algo inédito para Henderson.

En 2016 se concretó lo que Henderson ya tenía en mente desde 2007: Tienda Inglesa fue vendida a un grupo inversor. El precio se estimó en US$ 120 millones.

Los nuevos dueños encararon una reestructura para abatir las pérdidas que acumulaba.

Henderson ya no estaba al frente de la compañía que pasó por las manos de cuatro generaciones de su familia.

Además

Diferendo con DGI: “Me sacó cinco años”

Uno de los momentos clave para Henderson en su trayectoria fue la “pelea” que sostuvo con la Dirección General Impositiva (DGI), y con su entonces director general de Rentas, Eduardo Zaidensztat en 2006. La DGI acusó a la cadena de supermercados de defraudación tributaria y solicitó a la Justicia su clausura por seis días. En primera instancia, la Justicia dio la razón al organismo, pero Henderson apeló y tras un año y medio, llegó el fallo que desestimó la clausura de Tienda Inglesa. “He pasado cosas tristes en mi vida, pero esto me sacó cinco años. Todas las mañanas me despertaba y pensaba: ¿cómo trato de convencer a estos señores del gobierno de que pagamos todo lo que teníamos que pagar? Y todo ese proceso duró año y medio”, contaba Henderson a El País a fines de 2007. Esos cinco años “los envejecí. Me di cuenta que físicamente y mentalmente estaba destrozado”, agregaba. Pero al final, el saldo fue positivo: “Si hubieran cerrado la cadena, el daño económico habría sido importante. Pero, al margen de eso, la gente se solidarizó tanto que hicimos nuevos clientes. Nos aumentaron notoriamente las ventas”, señalaba. La situación cambió, a tal punto que el 26 de agos-to de 2012 con la presencia del entonces director de Rentas, Pablo Ferreri, y el propio Henderson, la sucursal de Tienda Inglesa de Montevideo Shopping emitió la primera factura electrónica.

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