El anuncio de “llegó el momento” de un primer recorte de las tasas de interés en Estados Unidos, que pronunció Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), ofició ayer de disparador inmediato en los mercados mundiales. Esta posibilidad ya había sido anticipada por los mercados internacionales pero se necesitaba la confirmación de la Fed, aunque aún queda pendiente cuán profundo será el ajuste.
Las tasas se mantuvieron altas durante mucho tiempo (unos dos años y medio) como estrategia para controlar la inflación en el país del norte, lo que ha tenido repercusión en todo el mundo, incluyendo Uruguay.
Todo indica que el ajuste a la política monetaria comenzará con la próxima reunión de la Fed el 27 de septiembre. Los mercados esperan que ocurran tres bajas de 25 puntos básicos en lo que queda del año, pero todo dependerá, en gran parte, de los datos de empleo a principios de ese mes, entre otros factores.
En todo caso, según analistas consultados por El País, la magnitud de la baja estará entre 25 y 50 puntos. Hoy las tasas están en 5,25%-5,5% y es probable que bajen a 3,5% a fines de 2025, según las expectativas.
La decisión de la Fed se basó fundamentalmente en que la inflación retomó la senda al 2%, que ha sido la meta de la institución.
Lo que pasará con el dólar
Sobre los impactos en Uruguay, El País consultó a Marcelo Sibille, gerente senior de Asesoramiento Económico y Financiero de KPMG, quien afirmó: “Por distintos motivos, la inminente reducción de la tasa de interés por parte de la Fed suele tener un impacto en el alza de títulos de renta variable y también en los bonos del Tesoro que son de renta fija”.
“En el caso de los bonos, ésto se debe al mayor atractivo de los títulos existentes frente a las emisiones futuras que serían a tasa más baja, con lo cual disminuye su rendimiento. No debería sorprender entonces que asistamos a una depreciación del dólar a nivel global por efecto de la búsqueda de activos financieros en otras monedas que sean más rentables”, fundamentó.
Según Sibille, en este contexto, es factible que se verifiquen “presiones a la baja en el tipo de cambio en Uruguay, o a lo sumo una estabilidad cambiaria tras la depreciación del peso verificada en los últimos tres meses”.
Sofía Harguindeguy, gerente del equipo de Consultoría Económica de Grant Thornton, fue por la misma línea en diálogo con El País, al considerar que la baja de las tasas de interés en EE.UU. generará apetito de búsqueda de una mayor rentabilidad, lo que llevará a más flujo de capitales a países emergentes, entre ellos Uruguay. Así se fortalecería el peso uruguayo, cayendo el dólar.
No obstante, matizó esta proyección al afirmar que “es complicado atribuir los posibles movimientos del tipo de cambio a un solo factor, como una caída de la tasa de interés, ya que existen múltiples elementos que influyen en el mercado”.
Asimismo, Harguindeguy observó que “las especulaciones sobre una reducción de tasa ha estado presente durante un tiempo considerable, lo que podría explicar por qué no se ve una gran volatilidad en el mercado cambiario”.
Siempre las proyecciones sobre el precio del dólar son complejas, sin embargo, en la medida en que ingresen más dólares a Uruguay (el flujo de capitales tenderá a ir a países emergentes en busca de mayor renta y Uruguay tiene el riesgo país más bajo de la región), el precio de la divisa tendería a bajar al haber mayor circulante en esta moneda.
“De ser así, se prolongaría la situación del tipo de cambio, lo que afecta a la competitividad dado que los exportadores ya tienen varios años con un dólar relativamente bajo, pero, por otro lado, habrá acceso a un mayor flujo de capitales y nos estaríamos financiando a menores tasas de interés”, sopesó la economista de Grant Thornton.
Por su parte, Ignacio Umpiérrez, economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), compartió muchos de estos argumentos sobre el tema cambiario, pero expresó mayor confianza en el dólar.
“Cuando hay procesos de baja de tasas de interés, los flujos de capitales van más a los países emergentes y el dólar no es tan fuerte, pero éste es un ciclo atípico: no hay que subestimar la resiliencia de EE.UU. ni las vulnerabilidades de los emergentes”, afirmó.
Umpiérrez destacó, en ese sentido, que los países de América Latina aún mantienen niveles de deuda altos después de la pandemia del covid-19, o un alto costo en la renovación de éstas, y que el promedio de las tasas de interés, si bien ahora a la baja, igual se mantienen altas, entre otras variables que muestran la vulnerabilidad regional. En cambio, la recesión de Estados Unidos —proyectada por algunos agentes económicos— no se concretó, notó Umpiérrez.
El economista del CED, arriesgó, entonces, su proyección: “Pensamos que habrá un fortalecimiento del dólar en los próximos 12 o 24 meses, pero no al ritmo de otras economías, como en Brasil o México”.
“Es probable que veamos un dólar fuerte, estable pero con volatilidad”, concluyó Umpiérrez, diferenciándose así en algo de los otros analistas.
Antecedentes e impacto en las bolsas
La bolsa de Nueva York terminó al alza el viernes entusiasmada por el anuncio de inminentes recortes en las tasas de interés de la Fed, que Wall Street espera desde hace meses.
El Dow Jones ganó 1,14%, el índice tecnológico Nasdaq 1,47% y el S&P 500 1,15%.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, abrió la puerta a un primer recorte de tasas de interés en la próxima reunión del organismo en setiembre. “Llegó el momento de un ajuste de (la) política” monetaria, declaró Powell durante su tradicional discurso en la reunión de banqueros centrales de Jackson Hole (Wyoming). “La dirección es clara”, añadió.
El abaratamiento del crédito que conllevaría un recorte de tasas de interés es un impulso al consumo en general y a las inversiones en particular.
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