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El Papa y el liberalismo

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LA BITÁCORA

Se estaba buscando un camino hacia la Patria Grande y de golpe cruzamos hacia un capitalismo liberal inhumano que hace daño a la gente", dijo el Papa en Perú.

Fue su definición política más contundente. Con esa frase, más que explicar la verdadera situación de Latinoamérica, Francisco explicó algunas de sus actitudes más controversiales. Por caso, el frío saludo a Sebastián Piñera y la negativa a concederle la reunión que reclamó el presidente electo de Chile.

Es inevitable que la referencia al "capitalismo liberal inhumano" sea relacionada con la parquedad con que trató a Piñera. También es inevitable relacionarla con la insólita cara de enojado con que recibió a Macri, cuando este lo visitó, así como su demora en viajar a la Argentina y la falta de una explicación al respecto.

Con la alusión a la Patria Grande que "se estaba buscando" hasta que "de golpe cruzamos hacia" la vereda "que hace daño a la gen- te", Francisco se "confesó" ideológicamente. Aunque solo es así en teoría, porque en la práctica, su proclama exhibe extrañas contradicciones.

Si hace gestos de desprecio a Piñera y Macri por ser ricos empresarios liberales devenidos en presidentes, ¿por qué aceptó la invitación a visitar Paraguay que le hizo el mandatario guaraní, con el que se mostró muy a gusto? ¿Acaso no sabe que Horacio Cartes también es un rico empresario liberal?

Es igualmente extraño que, tras desairar a los "liberales" de Chile y Argentina, haya actuado muy cálidamente con su anfitrión peruano, tan liberal como los desairados. Con un agravante: Pedro Pablo Kuczynski acababa de indultar a Fujimori, liberando de cumplir la condena por graves violaciones a los derechos humanos al déspota que encaminó Perú por la senda libremercadista. Y lo hizo cumpliendo lo pactado con el hijo de Fujimori, para no ser destituido en un impeachment.

El contraste con sus gestos y silencios hacia los presidentes de Chile y Argentina, hace que los desaires a Piñera y Macri se vuelvan un misterio.

La aversión al capitalismo liberal está vinculada a la doctrina social de la iglesia. Lo extraño es que Francisco la haya proclamado explícitamente. Ni Karol Wojtila había sido tan explícito para referirse al enemigo que enfrentó desde el Vaticano. Y eso que aquel enemigo no era un gobernante surgido de las urnas, sino el totalitarismo.

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