Redacción El País
En Nagorno Karabaj cesaron los combates pero no la tensión. Azerbaiyán y los separatistas armenios iniciaron ayer jueves las negociaciones sobre la reintegración de este territorio, tras la exitosa operación militar relámpago de esta semana que obligó a los cesionistas a rendirse.

Según los separatistas armenios, la ofensiva azerbaiyana dejó al menos 200 muertos y 400 heridos. Las autoridades azerbaiyanas lanzaron su operación tras la muerte de seis personas al estallar unas minas. Azerbaiyán culpó de ello a “saboteadores” armenios.

Ayer jueves Azerbaiyán calificó de “constructivas” las primeras conversaciones con los separatistas armenios y anunció que ambas partes volverán a reunirse “lo más pronto posible”. Esta primera reunión tuvo lugar en la ciudad azerbaiyana de Yevlax, a 295 km al oeste de la capital, Bakú.

Hikmet Hajiev, asesor del presidente de Azerbaiyán, aseguró el miércoles que el objetivo es “la reintegración pacífica de los armenios del Karabaj” y una “normalización” de las relaciones con Armenia tras dos conflictos en las últimas tres décadas.

Mientras tanto, las calles de Stepanakert, la capital separatista de los armenios de Nagorno Karabaj, están “llenas de desplazados, hambrientos y asustados”, denunció Gegham Stepanian, el defensor de los derechos humanos de las autoridades separatistas.

Armenia indicó que por el momento no está prevista ninguna evacuación masiva pero se dijo lista para recibir a “40.000 familias” de refugiados.

El primer ministro armenio Nikol Pashinyan acusó a Rusia de haber fracasado en sus “funciones de mantenimiento de la paz”. Asimismo, Armenia tachó de “crimen contra la humanidad” la operación de Azerbaiyán y aseguró ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que estaba “en curso” una “limpieza étnica”.

Nagorno Karabaj proclamó su independencia de Azerbaiyán (con el apoyo del gobierno de Armenia) en el momento de la desintegración de la Unión Soviética en 1991.

Con su ofensiva relámpago de esta semana, Aliyev consigue el control de este territorio ubicado dentro de las fronteras azerbaiyanas y objeto de dos guerras con Armenia entre 1988 y 1994 (30.000 muertos) y en 2020 (6.500 muertos).

Miles de armenios se concentraron ayer jueves en el centro de Ereván para pedir la dimisión del gobierno de Armenia tras la victoria relámpago de Azerbaiyán en Nagorno Karabaj, donde temen que se produzca un “genocidio”.

Muchos de los manifestantes tienen en el punto de mira al primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, al que tachan de “traidor” por no enviar tropas para ayudar a las fuerzas secesionistas.

En Nagorno Karabaj hay más de 100.000 personas sometidas a un estricto bloqueo por parte de Azerbaiyán desde diciembre de 2022, que solo reciben ayuda humanitaria en cuentagotas.

En boca de muchos habitantes en Ereván está la palabra “genocidio”, dado que temen que los habitantes del enclave sufran una limpieza étnica.

Los manifestantes en Ereván no escondían su resentimiento hacia Rusia y la Unión Europea, a las que reprochan que no los hayan ayudado. (AFP, EFE)