EFE
El presidente de Chile, Gabriel Boric, asumió ayer sus diferencias con otros líderes de la región y pidió una estrategia común para que la izquierda latinoamericana no acabe languideciendo como en Europa.

“Cuando hablamos de violaciones de los Derechos Humanos, por ejemplo, en Nicaragua, no podemos responder diciendo: ‘mira lo que hace Israel, mira lo que hace EEUU”, dijo Boric (37), en un discurso pronunciado en la Sorbona de París.

El mandatario chileno no nombró a un líder en concreto, aunque sus declaraciones suceden poco después de que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva (77), lo llamara “joven apresurado”.

Lula dijo que Boric estaba “nervioso” en la cumbre UE-Celac por mostrar una posición discordante, más categórica respecto al grueso de países de América Latina sobre la invasión rusa a Ucrania.

Lula y Boric también han mostrado roces sobre Venezuela y Nicaragua.

El jefe de Estado de Chile, recibido por los aplausos de unas 500 personas reunidas en el anfiteatro Richelieu de la Universidad de la Sorbona, centró parte de su discurso sobre la articulación regional de la izquierda.

“Esta gira europea me ha invitado a muchas reflexiones políticas de fondo y hay una que quiero destacar: necesidad de unidad de los sectores progresistas”, señaló.

Boric dijo temer que suceda a la izquierda latinoamericana lo que ha sucedido en Europa, donde actualmente, alertó, solo 5 de los 27 gobiernos de la UE son de cariz “progresista”.

“Hay que preguntarse cuál es nuestra táctica, si es que tenemos objetivos comunes desde América Latina”, señaló.

Para Boric, “la defensa ofensiva de lo que entendemos como democracia” y la “defensa categórica de los DDHH” deben vertebrar a la izquierda latinoamericana. “Nada justifica que se violen los derechos humanos de una persona”, incidió.

Boric estimó que su movimiento se correspondería a lo que representa Syriza en Grecia, Podemos en España o La Francia Insumisa en Francia, aunque recordó que él logró pactar con el centro y el centro-izquierda.

El presidente chileno dijo que ve la política como “el arte de ponerse de acuerdo con el que piensa distinto a uno” y criticó los algoritmos de redes sociales como Instagram. “Es terrible, porque sólo me llevan a más contenido de fútbol y política, cuando yo quiero saber de otras cosas”, refirió.