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“La diplomacia brasileña tiene problemas con un presidente Lula que improvisa”, dice analista desde San Pablo a El País

El politólogo y director ejecutivo de la asociación Livres de Brasil, Magno Karl, da a conocer el impacto que las declaraciones del mandatario tuvieron en su país al comparar el avance israelí en Gaza con Hitler y el holocausto.

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Magno Karl, analista político y director ejecutivo de Livres, una asociación de defensa de la libertad y la democracia de Brasil
Magno Karl, analista político y director ejecutivo de Livres, una asociación de defensa de la libertad y la democracia de Brasil.
Foto: Gustavo Oliveira

¿Cómo impactaron sus declaraciones en Brasil al comparar el avance israelí en Gaza con el de Hitler?

Las declaraciones de Lula comparando las acciones israelíes en Gaza con las acciones nazis durante la Segunda Guerra Mundial tuvieron un mal impacto en la opinión pública brasileña, incluso en los círculos donde habitualmente se encuentran partidarios del presidente. A pesar de haberse postulado para su tercer mandato presidencial prometiendo moderación en sus declaraciones, desde su regreso al poder, Lula se ha caracterizado por declaraciones desafortunadas, como cuando afirmó que el dictador venezolano Nicolás Maduro es un demócrata, víctima de las narrativas de sus oponentes. Incluso en este contexto, el uso de la imagen del Holocausto para atacar a Israel, un país lejano, con el que Brasil no tiene antecedentes de desacuerdos, fue visto como una acción imprudente, innecesaria y que coloca al país en el centro de un conflicto, un debate que no es el nuestro y sobre el que no tenemos mucha influencia.

 

¿Qué tanta influencia tiene la comunidad judía en Brasil y cómo reaccionó?

Brasil tiene la segunda comunidad judía más grande de América Latina, sólo detrás de Argentina. Las asociaciones judías desempeñan un papel activo en el debate público y reaccionaron negativamente a las declaraciones del presidente Lula, calificándolas de desequilibradas, extremas y de “distorsión perversa de la realidad”.

Aunque no son muy numerosos en relación con la población brasileña - se estima que en Brasil viven aproximadamente 120 mil judíos - la comunidad judía, muy concentrada en São Paulo, es relevante en la sociedad. Es probable que las recientes declaraciones de Lula sobre el conflicto en Gaza dificulten que su grupo político vuelva a conectarse con él en un futuro próximo.

 

Lula quiso mediar en la guerra de Ucrania y no lo consiguió. ¿Se podría afirmar que intentó mayor protagonismo global con estas declaraciones?

Lula ha buscado proyectarse como líder del Sur Global, ubicándose como mediador de conflictos lejanos, pero sólo ha logrado hacer propaganda al mundo de su distanciamiento de las democracias occidentales y su alineamiento, al menos en el terreno del discurso, con regímenes autoritarios, como el ruso y el chino. Brasil podría actuar como mediador en cuestiones internacionales en nuestro vecindario, donde, por ejemplo, el principal oponente de un régimen dictatorial no puede presentarse a las elecciones del país, pero Lula prefiere buscar las glorias de los titulares europeos, atacando un blanco fácil para su campo político: las políticas, muchas de las cuales están absolutamente sujetas a críticas, del gobierno de Netanyahu.

El problema, esta vez, es que Lula fue más allá de la crítica al invocar el Holocausto. Si no lo hubiera hecho, habría sido simplemente otro líder de izquierda que critica a un gobierno de derecha, y la repercusión habría sido mucho menos significativa.

La diplomacia brasileña es considerada altamente profesional, ¿cómo gestionará ahora esta situación, qué dice o qué está previsto?

El trabajo de la diplomacia profesional brasileña está actualmente eclipsado por el trabajo político y las declaraciones públicas del presidente Lula y de Celso Amorim, ex ministro de Relaciones Exteriores y actual asesor especial de la presidencia de la república. La diplomacia brasileña, que siempre se ha caracterizado por el profesionalismo y el no alineamiento automático con ninguna de las potencias mundiales, encuentra dificultades con un presidente que quiere participar activamente en la política internacional y que a menudo improvisa sus declaraciones. Lula y Amorim son políticos en sus declaraciones y han dejado en manos de la diplomacia brasileña la tarea de reparar la relación con nuestros socios internacionales más adelante.

¿Existe riesgo de recortar las inversiones israelíes en Brasil o reducir el intercambio comercial, u otro tipo de impacto económico?

Hoy, no hay perspectivas de que las declaraciones del Presidente Lula tengan un impacto económico. Pero, en los próximos días, se espera que miembros del gobierno, entre ellos Geraldo Alckmin, vicepresidente de la república y ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, actúen para mitigar el peso de las declaraciones del presidente.

Netanyahu dice que las declaraciones de Lula fueron "vergonzosas" y que había cruzado una línea roja, ¿qué podría pasar ahora? ¿Es una ruptura irreversible?

Las declaraciones de Lula ofrecieron una oportunidad para que el gobierno de Netanyahu actuara como víctima de ataques, en momentos en que la resistencia a apoyar sus políticas está creciendo, incluso entre los aliados de Israel. Esta semana, el embajador de Brasil en Israel fue llevado, avergonzado, a un recorrido público por el Museo del Holocausto, junto con el ministro de Asuntos Exteriores israelí. Mientras tanto, en Brasil se habla de la posibilidad de expulsión del embajador de Israel en el país. No veo la posibilidad de que la crisis entre los países se profundice, a menos que suceda algo nuevo. Tanto Lula como Netanyahu son políticos experimentados y conocen los límites de la “política de las palabras”, que es más fácil de llevar a cabo, en comparación con la “política de las acciones”. Es probable que los dos líderes nunca vuelvan a encontrarse como socios, pero no creo que profundicen la crisis entre los dos países más allá del punto en el que nos encontramos actualmente.

Estos días el canciller ruso Serguei Lavov viajará a Brasil. ¿El gobierno de Brasil se alineará más claramente con Rusia y China, como se proyecta, o habrá contrapesos internos?

El gobierno brasileño debería hacer un esfuerzo en los próximos días para ser un anfitrión neutral para los visitantes y mantenerse alejado de declaraciones fuertes en el campo geopolítico. Hoy temprano, Lula recibió a Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, en Brasilia, y se espera que se reúna con otros representantes extranjeros durante el resto de la semana. Es cierto que existe un deseo en el gobierno brasileño de que el país se alinee con las corrientes antioccidentales. El antiamericanismo está bastante vivo en la izquierda brasileña, pero creo que, en las próximas semanas, los movimientos del gobierno brasileño deberían tener lugar hacia un retorno al centro, con la diplomacia trabajando para enfriar la temperatura de las conversaciones sobre Israel, sin alimentar más controversias o estrés innecesario.

El G20 está por comenzar en Brasil, ¿cómo podría esto impactar en este evento?

Además de todos los problemas que ya hemos enumerado, las desastrosas declaraciones de Lula sobre el Holocausto y las acciones israelíes en Gaza también crean problemas a los representantes extranjeros que llegan a Brasil para las reuniones del G20. Aunque debe haber otros temas importantes en la agenda, como la preservación del medio ambiente, creo que las discusiones sobre los conflictos armados más importantes del mundo hoy deberían incluir las opiniones recientes del presidente brasileño. Si Lula ya estaba creando problemas a los países europeos por su dudosa postura frente a la invasión rusa de Ucrania, su mención al Holocausto lo sitúa como un líder excéntrico, alineado con visiones del mundo desgastadas desde hace muchas décadas.

¿Qué se está manejando en la interna de Brasil en relación a la amenaza al impeachment al presidente Lula?

Todos los presidentes brasileños elegidos desde la redemocratización del país han sufrido, en algún momento de su mandato, al menos un pedido de impeachment en el Congreso Nacional. En sus cuatro años de gobierno, Jair Bolsonaro recibió más de 150 solicitudes de impeachment. Así, la existencia de pedidos de impeachment es parte de la normalidad de las relaciones entre gobierno y oposición en el parlamento brasileño. Las declaraciones de Lula sobre el Holocausto movilizaron a los opositores para organizarse y pedir el impeachment del presidente. Hasta ahora, los organizadores de la acción dicen haber recogido poco más de 100 firmas de diputados, menos del 20% de los parlamentarios. La decisión de abrir o no un proceso de impeachment es prerrogativa exclusiva del presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, quien, a pesar de haber apoyado al expresidente Jair Bolsonaro, tiene una buena relación con el presidente Lula.

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