Redacción El País
La Justicia brasileña comenzó a juzgar ayer a diez militares acusados de planificar el asesinato del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, y otras autoridades, en el marco del intento de golpe liderado por el exmandatario Jair Bolsonaro, ya condenado a 27 años de cárcel.
El caso está directamente vinculado con el proceso que llevó a la sentencia dictada en setiembre pasado contra Bolsonaro, hallado culpable de conspirar para intentar impedir la investidura de Lula tras la victoria del actual mandatario en las elecciones de octubre de 2022.
Según una investigación de la Policía Federal que sirvió de base para las acusaciones formuladas por la Fiscalía, los diez militares llegaron a planear asesinar a Lula, al actual vicepresidente Geraldo Alckmin y al magistrado Alexandre de Moraes, quien en la época era el jefe de la Justicia electoral y hoy es relator del proceso.
El juicio se desarrollará en la Primera Sala de la Corte Suprema, la misma que condenó a Bolsonaro, en cuatro sesiones que deberán concluir el próximo 19 de noviembre.
Los acusados de ese supuesto y frustrado magnicidio eran en su mayoría miembros de un grupo de élite del Ejército brasileño y, de acuerdo con la Fiscalía, llegaron a presentarle sus planes al propio Bolsonaro en noviembre de 2022, cuando este aún ocupaba la Presidencia.
La investigación se apoyó en “los registros de entrada y salida de visitantes al Palacio de la Alvorada”, residencia oficial de la Presidencia, en “el contenido de diálogos entre interlocutores del núcleo próximo” del líder opositor y en el “análisis de fechas y reuniones” celebradas en la época. EFE