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Juicio político a Trump abre con dura discusión por citar a testigos

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El senador demócrata Michael Bennett asciende por la escalera mecánica hacia la sala de sesiones del Senado. Foto: AFP

ESTADOS UNIDOS

El senador Mitch McConnell introdujo un proyecto de resolución sobre las reglas del procedimiento con el que busca poner restricciones a la exposición de pruebas y a la presentación de testigos.

El histórico juicio político contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó ayer martes en el Senado con un enconado debate sobre las reglas del proceso en el que la oposición demócrata acusó a la mayoría republicana de “encubrimiento”.

Los senadores deberán decidir en un tribunal que preside el jefe de la Corte Suprema, John Roberts, sobre los cargos que la Cámara de Representantes -controlada por los demócratas- le imputó a Trump el mes pasado: abuso de poder y obstrucción al Congreso.

El juicio probablemente concluirá con la absolución del mandatario ante la mayoría oficialista en la Cámara alta de 53 bancas en 100. Los demócratas suman 45 bancas (43 de ese partido y dos independientes que votan con ellos), pero necesitan 67 votos para destituir al presidente Trump.

Mitch McConnell, jefe de la mayoría republicana, introdujo un proyecto de resolución sobre las reglas del procedimiento con el que busca poner restricciones a la exposición de pruebas y a la presentación de testigos, así como para acelerar el proceso.

Donald Trump. Foto: AFP
Donald Trump. Foto: AFP

La hoja de ruta de McConnell indica que los argumentos se presentarán en tandas de ocho horas para la acusación, un tiempo equivalente para la defensa y después 16 horas para los interrogatorios, cronograma que fue adaptado a último minuto tras la propuesta inicial de celebrar sesiones vespertinas de 12 horas que fue criticada duramente por los demócratas.

McConnell también dejó claro que piensa bloquear cualquier intento de los demócratas de cambiar su hoja de ruta.

“La estructura básica que estamos proponiendo es tanto justa como equilibrada”, dijo McConnell.

Cuatro meses después de que explotó el escándalo ucraniano que lastró al gobierno de Trump antes de las elecciones presidenciales de noviembre de este año, los senadores dieron comienzo al proceso que convirtió a Trump en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a juicio político, después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1999.

Según la acusación, Trump intentó presionar a Ucrania para que interfiriera en las elecciones de 2020 en su favor, sugiriendo a su par Volodimir Zelenski que investigara supuestos actos de corrupción de Joe Biden, quien podría ser su rival demócrata en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, y de su hijo Hunter, quien fue director de una empresa energética ucraniana.

Después, alegan, obstruyó el trabajó de la investigación en el Congreso al negarse a que sus principales asesores testificaran.

Según los demócratas que lideraron la investigación, Trump manipuló a Ucrania al retener cerca de 400 millones de dólares en ayuda militar para un país que tiene un conflicto con rebeldes prorusos en el este de su territorio.

Denuncian intento de ocultar pruebas.

Los demócratas no han escatimado en críticas contra McConnell. El legislador demócrata Adam Schiff, a cargo de la acusación contra Trump, dijo antes del inicio del proceso que los republicanos buscan celebrar un proceso “amañado”.

Después, en su alegato inaugural, el legislador afirmó que el esquema planteado por los republicanos “no tiene sentido” y está orientado a que no se expongan las pruebas y que Trump sea exculpado. Las reglas de McConnell apuntan a hacer que el caso “sea despachado lo antes posible para encubrir sus fechorías”.

“La mayoría de los estadounidenses no creen que vaya a haber un juicio justo”, agregó Schiff, que lideró la investigación en la Cámara de Representantes.

Si bien los republicanos cedieron en el cronograma y mostraron flexibilidad para la presentación de evidencia de la investigación al comienzo del juicio como quiere la oposición, no hay indicios de que McConnell ceda a las demandas demócratas para que se permita citar a testigos desde el principio.

Los demócratas quieren el testimonio de altos funcionarios, como el secretario de la Presidenciade, Mick Mulvaney, y el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton, con la expectativa de que aporten detalles de los intercambios del mandatario con Ucrania.

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