EFE, AFP
El funeral del papa Francisco este sábado congregará en el Vaticano a los principales líderes de Occidente. La Plaza de San Pedro se convertirá ese día en un insólita cumbre de decenas de jefe jefes de Estado o de Gobierno llegados a Roma para despedir al pontífice, fallecido el lunes a los 88 años.
Francisco fue papa en un tiempo tenso en la diplomacia mundial y la voz de una profecía: la de una “Tercera Guerra Mundial por partes”, según advirtió en un discurso en agosto de 2014, un año después de su elección.
Este desvelo quedó plasmado en su último documento público, el mensaje para su bendición Urbi et Orb de esta Pascua. En el texto, Francisco llamaba a la paz entre Israel y Palestina, para la “martirizada” Ucrania, para Siria, Líbano, Yemen, el Cáucaso o el violento corazón africano, pero sobre todo exigía el desarme del mundo, especialmente de sus potencias. “Ninguna paz es posible sin un verdadero desarme”, avisó el domingo.
A la mañana siguiente moría de un ictus. Pero ahora, su último adiós servirá de ocasión para reunir a los grandes líderes de Occidente, aquellos a los que tantas veces amonestó, aunque indirectamente.

El más esperado es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en medio de la tempestad arancelaria que ha desencadenado incluso contra sus aliados de la Unión Europea (UE).
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, voló hace una semana a Washington en busca de una distensión e invitó a Trump a “hablar con franqueza” con los europeos en una cumbre en Roma, pero esta no será la ocasión para ello.
En el funeral estará la tríada europea: la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen; el del Consejo, Antonio Costa, y la del Parlamento, Roberta Metsola, así como el mandatario francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán en funciones, Olaf Scholz.
No faltará tampoco el primer ministro británico, Keir Starmer, ni el presidente de Argentina, la tierra natal de Francisco, Javier Milei.
También asistirá el presidente ucraniano, Volódimir Zelenski, mientras se buscan caminos para la paz tras más de tres años de invasión rusa y se explora la posibilidad de un alto el fuego en la guerra propuesto por los Estados Unidos.

Ayer miércoles Trump y Zelenski protagonizaron un cruce de reproches públicos a raíz del plan de paz que impulsa Estados Unidos para poner fin a la guerra con Rusia en Ucrania. Mientras Trump acusó a Zelenski de poner en peligro un posible acuerdo al rechazar reconocer la soberanía rusa sobre Crimea, el líder ucraniano replicó que su país no cederá ni renunciará a su integridad territorial, y recordó la posición oficial de Estados Unidos sobre Crimea durante la primera presidencia del republicano.
En la Plaza de San Pedro habrá saludos, seguramente gestos, y aún ni se ha confirmado ni descartado encuentros bilaterales.
Pero en las solemnes exequias se notarán también las ausencia de otros grandes líderes. Por ejemplo, del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), asistirá solo el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Rusia, más enfrentada que nunca a Occidente y hostigada por sus sanciones, no ha aclarado si enviará algún funcionario, pero es seguro que no estará Vladimir Putin.
Ni qué decir de China, país con el que el Vaticano no mantiene relaciones diplomáticas desde 1951, en los tiempos de la revolución comunista de Mao Zedong, aunque Francisco tendió puentes con Pekín con un histórico acuerdo para consensuar el nombramiento de obispos.

Roma blindada
Roma se encuentra en estado de máxima alerta y seguridad debido a la presencia de cientos de miles de fieles y figuras políticas de todo el mundo.
La capital italiana, conocida por su tráfico caótico y su infraestructura saturada, se prepara para semanas de intensa actividad que se prolongarán hasta el cónclave en mayo, donde los cardenales elegirán al nuevo papa.
El desafío logístico y de seguridad es colosal. Se estima la llegada de entre 150 y 170 delegaciones extranjeras.
Desde ayer miércoles, con la llegada del féretro del papa a la Basílica de San Pedro, las autoridades italianas cerraron completamente los accesos al Vaticano y las calles adyacentes. Se establecieron rigurosos controles de seguridad que incluyen revisiones de mochilas, escáneres de rayos X y patrullajes constantes por parte de la policía italiana, los carabineros y la gendarmería del Vaticano. Unos 2.000 agentes se encuentran desplegados de forma permanente en la zona.
Además de las medidas terrestres se impuso una zona de exclusión aérea sobre Roma, en funcionamiento las 24 horas, y se desplegaron unidades antidrones con sistemas de inhibición
La muerte del papa Francisco provocó escasas reacciones en Israel, donde el presidente Isaac Herzog fue el único funcionario en presentar sus condolencias, mientras que el primer ministro Benjamin Netanyahu permaneció en silencio. Herzog fue uno de los primeros dignatarios del mundo en reaccionar el lunes a la muerte del pontífice, saludando a “un hombre de profunda fe y compasión infinita”.

Silencio de Netanyahu por muerte de Francisco
Pero ni Netanyahu ni ninguno de sus principales ministros dijo algo. El Ministerio israelí de Relaciones Exteriores publicó un mensaje en X con la frase “Que descanse en paz”, pero luego lo retiró. Las relaciones entre el Vaticano e Israel se deterioraron tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 y la posterior ofensiva israelí en la Franja de Gaza. Hasta el día antes de su muerte el papa Francisco expresó reiteradas críticas a la guerra en Gaza, lo que irritó a las autoridades israelíes. “Israel no debe enviar un representante” al funeral de Francisco, publicó en X el exembajador israelí en Italia, Dror Eydar. Israel estará representada por su embajador ante el Vaticano.
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