Con información de EFE y AFP
Esta semana será crucial para determinar si Rusia y Ucrania están listas para llegar a un acuerdo que ponga fin a la guerra, declaró ayer domingo el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, mientras Moscú lanzó un gran ataque con drones y bombas sobre Ucrania durante la noche, matando al menos a cuatro personas. Estados Unidos ha declarado que podría retirarse de la mediación en caso de no constatar avances para el final de la guerra.
Según la administración Trump y la Unión Europea (UE), Ucrania está preparada para negociar un final, pero no están claras las intenciones de Rusia, por lo que piden pruebas al Kremlin en ese sentido. Si EE.UU. da un paso al costado, se agravaría el conflicto.
El presidente Trump está ejerciendo una intensa presión para lograr un cese de hostilidades en Ucrania lo antes posible y muestra cada vez más impaciencia con Kiev y Moscú.
Trump se reunió con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, en Roma, el pasado sábado, al margen del funeral del papa Francisco, y expresó sus dudas sobre la disposición del presidente ruso, Vladimir Putin, para resolver el conflicto en Ucrania. “Estamos cerca (de un acuerdo), pero no lo suficiente”, dijo Rubio ayer una entrevista con la NBC.
“Creo que esta semana será crucial (...); tendremos que decidir si queremos seguir participando en este esfuerzo o si es hora de centrarnos en otros asuntos igual de importantes, o incluso más importantes en algunos casos”, agregó.
El jefe de la diplomacia estadounidense volvió a considerar que existen “razones para el optimismo, pero también para el realismo” sobre las posibilidades de alcanzar un acuerdo, tres años después de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. Reiteró igualmente que “no hay una solución militar” a esta guerra. “La única solución es un acuerdo negociado”, en el que cada parte tendrá que hacer concesiones, dijo.
El asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, entrevistado ayer domingo en Fox News, coincidió en que “se han mantenido varias conversaciones sobre el terreno” con Kiev y Moscú, sin proporcionar más detalles.
Trump aseguró a la revista Time en una entrevista emitida el viernes sobre que Rusia retendría Crimea, una península ucraniana que anexionó en 2014 y cuyo reconocimiento como territorio ruso se menciona, según informes de prensa, en la propuesta de acuerdo estadounidense. Sin embargo, Zelenski insistió el día anterior en que Crimea “pertenece” a Ucrania.
Cerca de 50 días
Zelenski recordó ayer en sus redes sociales que pronto se cumplirán 50 días desde que Rusia ignoró la propuesta estadounidense de un alto el fuego y pidió una mayor presión internacional.
“Pronto hará 50 días que Rusia ignoró la propuesta de Estados Unidos de un alto el fuego total e incondicional, propuesta que Ucrania aceptó el 11 de marzo. Se necesita una presión más tangible sobre Rusia para dar más oportunidades a una diplomacia real”, escribió. Agregó que “Ucrania sigue defendiendo su independencia y su territorio en combate” y subrayó que “la situación en la línea del frente y la actividad real del ejército ruso demuestran que la actual presión internacional sobre Rusia es insuficiente para poner fin a esta guerra”.
Al mismo tiempo dio las gracias “a todos los que en el mundo están con Ucrania”.
Indicó que el jefe del Estado Mayor, Oleksandr Sirski, ofreció información actualizada sobre la situación en la línea del frente, que en muchas zonas “sigue siendo difícil”.
“Sólo hasta el mediodía se habían producido ya casi 70 asaltos rusos contra nuestras posiciones. Los combates continúan. El ocupante continúa sus ofensiva”, precisó.
El mayor número de combates tiene lugar en Pokrovsk, Kramatorsk, Limán y Kursk, y según Zelenski, las fuerzas ucranianas “continúan las acciones defensivas activas en determinadas zonas de las regiones de Kursk y Bélgorod”, en territorio ruso.
La versión de que el ejército ucraniano continúa sus operaciones en la región rusa de Kursk contradice el anuncio de Moscú la víspera sobre la “liberación” completa por las tropas rusas de esta zona fronteriza.
Crimea
La intención de Trump de reconocer Crimea como territorio ruso parte de su plan de paz para Ucrania y, según los implicados, supone una grave amenaza para los tártaros de Crimea, el pueblo indígena de esta península, que se enfrenta a una represión implacable desde su anexión ilegal por Rusia en 2014.
Para los tártaros de Crimea, una minoría musulmana cuyas esperanzas de renacimiento cultural y nacional dependen de que Crimea vuelva a estar bajo control ucraniano, esa medida legitimaría las “políticas de etnocidio” de Rusia, según el Mejlis, su órgano representativo prohibido por Moscú.
La ocupación rusa ha supuesto la detención de cientos de activistas, la supresión de prácticas religiosas, la rusificación forzosa y la destrucción del patrimonio cultural. El traslado masivo de rusos a Crimea ha alterado su composición demográfica y marginado aún más a la población autóctona.
El Mejlis advierte de que el reconocimiento del dominio ruso también ignoraría la deportación soviética en 1944 del pueblo tártaro de Crimea, un genocidio que define su historia junto a la conquista rusa de su Estado en 1783.
Los tártaros de Crimea y los ucranianos comparten profundos lazos históricos y culturales, reforzados por sus heridas compartidas que no cicatrizan debido a la constante agresión de Rusia, según analistas.
“Escuchar del presidente de Ucrania que Ucrania no reconocerá Crimea ni ningún otro territorio ucraniano ocupado como ruso fue muy importante para mí personalmente”, declaró a Radio Svoboda el actual embajador de Ucrania en Turquía. También es vital para al menos 250.000 tártaros de Crimea que permanecen en Crimea, subrayó: “Están ansiosos por oír una y otra vez de nuestras autoridades que esta ‘línea roja’ no se cruzará”, concluyó.
Corea del Norte desplegó tropas en territorio ruso
Por otro lado, Corea del Norte confirmó ayer que ha desplegado tropas en Rusia, informó la agencia estatal de noticias KCNA al asegurar que sus soldados ayudaron a Moscú a recuperar territorio bajo control ucraniano en la región fronteriza de Kursk.
Esta confirmación se produce días después de que Rusia admitiera la participación de fuerzas de Pyongyang en su conflicto con Ucrania.
Las agencias de inteligencia de Corea del Sur y de varias potencias occidentales adelantaron hace meses que Corea del Norte había enviado 10.000 soldados a Kursk.
“Subunidades de las fuerzas armadas”, dijo la Comisión Militar Central del Norte en la información de la KCNA, habían “participado en las operaciones de liberación de las zonas de Kursk, de acuerdo con la orden del jefe de Estado”.
La decisión del líder norcoreano Kim Jong-un de desplegar las tropas, según la agencia, se enmarcaba en un tratado de defensa entre ambos países.
“Los que lucharon por la justicia son todos héroes y representantes del honor de la patria”, dijo Kim según la agencia KCNA, que añadió que pronto se construiría en la capital un monumento a las “hazañas de batalla”.
Según la Comisión Militar Central, “las operaciones de liberación de la zona de Kursk” de fuerzas ucranianas “concluyeron victoriosamente”. AFP