Con información de EFE y AFP
Con una disertación encendida y plagada de guiños electorales, el presidente estadounidense Joe Biden se dirigió anoche a los miembros del Congreso -y a millones de televidentes- durante el tradicional discurso del estado de la Unión celebrado en el Capitolio. La presentación del mandatario se analiza con lupa desde ya, teniendo en cuenta que faltan solo ocho meses para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y que el miércoles quedó definido, de hecho, que la disputa de este año será una vez más entre él y el expresidente republicano Donald Trump.

El presidente comenzó su discurso hablando de los peligros para la democracia “fuera y dentro de Estados Unidos”, destacó logros de su mandato, presionó al Congreso en la aprobación de leyes como la de la inmigración y, finalmente, se dirigió a la guerra en Gaza, asegurando que la solución al conflicto entre Israel y Hamás es “una solución de dos Estados”.

A minutos de comenzar, Biden mencionó a su homólogo ruso Vladimir Putin y dijo que es “inaceptable” la noción de dejar que Putin “haga lo que quiera”. “Mi predecesor, un expresidente republicano (en referencia a Trump, a quien no mencionó por su nombre en ningún tramo del discurso), le dice a Putin: ‘Haz lo que quieras’. Yo no me inclinaré”, afirmó.

En la línea del “peligro” que corre la democracia, el presidente no tardó en mencionar el ataque al Capitolio del 6 de enero. “Los insurrecionistas no son patriotas”, dijo, y habló de las mentiras sobre las elecciones, que pusieron al país “en su mayor peligro desde la Guerra Civil”.

A continuación, y a horas del Día Internacional de la Mujer, el presidente se refirió al derecho al aborto. “Claramente aquellos que se jactan de revocar” esta garantía constitucional “no tienen idea del poder de las mujeres en Estados Unidos”, pero lo “descubrieron cuando la libertad reproductiva estuvo en las papeletas electorales y ganó en 2022 y 2023, y lo volverán a descubrir en 2024”, afirmó Biden.

El año pasado, el discurso del estado de la Unión se llevó a cabo en febrero. Entonces, el presidente Biden tenía una desaprobación del 54% entre los estadounidenses, de acuerdo a Gallup. Esta cifra ha caído todavía más. La misma casa encuestadora asegura que el 59% del país rechaza la gestión del presidente demócrata. En esa línea, hizo gala de algunos de sus logros de gestión. Biden mencionó, por ejemplo, el récord de creación de empleo durante su mandato. También, que la inflación cayó desde el 9% hasta el 3,1%. Destacó además su rasgo sindicalista: “Wall Street no construyó Estados Unidos. No son gente mala, pero no construyeron al país. La clase media construyó el país, y los sindicatos construyeron al país”, aseveró.

Una de las medidas estrella que Biden destacó fue los límites impuestos al precio de la insulina. Esa medida beneficia especialmente a los latinos, que tienen un 70% más de probabilidades de ser diagnosticados con diabetes y 1,3 veces más posibilidades de morir por esa enfermedad que sus contrapartes blancos, de acuerdo con datos del Departamento de Salud.

En el mismo sentido, otro de los logros que mencionó Biden fue el de la generación de empleo entre la comunidad hispana. Este electorado será especialmente importante para Biden de cara a las elecciones del 5 de noviembre.

Foto: AFP.

Por otro lado, se refirió a un punto débil de su mandato: la gestión de la migración. En este punto le pidió a Trump que permita a sus legisladores votar por la ley que destina millonarios recursos a la frontera.

Biden recordó a las 1.200 víctimas israelíes del ataque de Hamás, los rehenes en la Franja de Gaza, y los más de 30.000 muertos por la contraofensiva israelí y anunció: “Esta noche, estoy ordenando al Ejército estadounidense que dirija una misión de emergencia a establecer un muelle temporal en el Mediterráneo, en la costa de Gaza, que pueda recibir grandes barcos que transporten alimentos, agua, medicinas y refugios temporales”.

Además, mencionó con inusual énfasis el sufrimiento del pueblo gazatí. “Casas destruidas, barrios en ruinas, ciudades en ruinas. Familias sin comida, agua, medicinas. Es desgarrador”, afirmó. En ese sentido, dijo que Hamás “actúa entre los civiles, entre hospitales”, pero que “Israel tiene la responsabilidad de proteger los civiles inocentes en Gaza”, y que el Estado judío “debe permitir que ingrese más ayuda a Gaza”. Ante estos comentarios poco habituales, se atajó: “Digo esto como alguien que ha apoyado a Israel toda la vida. Soy el único presidente en visitar Israel en tiempo de guerra”. El presidente insistió en una solución de dos Estados. “No hay ningún otro camino que garantice la paz entre Israel y todos sus vecinos”, comentó.

El presidente terminó su discurso diciendo que ve un futuro en el que él sigue siendo presidente de Estados Unidos.

Foto: Chandan Khanna/AFP.