Los demócratas, furiosos por la transformación del gobierno y la sociedad estadounidenses llevada a cabo por el presidente Donald Trump, acudieron a las urnas en cantidades extraordinarias en unas elecciones de mitad de mandato para arrasar prácticamente en todas las elecciones competitivas del país.
Los resultados sirvieron como un revés para Trump, su Partido Republicano y un alivio para los demócratas, que no han tenido muchas victorias en el último año. A continuación, se avecina una dura batalla de un año -primero en las disputas por la redistribución de distritos y luego en las elecciones de mitad de mandato-, por el control de la Cámara de Representantes y el destino de la agenda de Trump durante los dos últimos años de su mandato. Estas son algunas conclusiones de las primeras elecciones importantes de la segunda era Trump.
Resistencia
Los demócratas han pasado el último año excluidos del poder en Washington, buscando con ahínco, pero en su mayoría en vano, maneras de impedir que Trump expanda su poder. Realizaron protestas, hablaron toda la noche en el Senado y organizaron mítines de “No a los reyes” que atrajeron a millones de personas en todo el país. El martes, finalmente contraatacaron de forma más concreta. Los demócratas ganaron las elecciones estatales en Virginia, Nueva Jersey, California y Pensilvania.
En la ciudad de Nueva York, Zohran Mamdani rondaba el 50% de los votos en la carrera por la alcaldía, superando con facilidad al exgobernador Andrew Cuomo, quien obtuvo el apoyo de Trump y otros republicanos. La contundente victoria demócrata de 2017, durante el primer mandato de Trump, presagió una victoria arrolladora en las elecciones de mitad de mandato un año después. El martes por la noche, los dirigentes demócratas de la Cámara de Representantes celebraban que los resultados de este año les ayudarían a reclutar candidatos fuertes para desafiar a los republicanos el próximo año.
Mala noche para Trump
En Virginia, Abigail Spanberger ganó la contienda por la gobernación centrándose en el despido de trabajadores federales por parte de Trump y en el impacto del cierre del gobierno en su estado. En Nueva Jersey, la representante Mikie Sherrill culminó su exitosa campaña arremetiendo contra la exigencia de Trump de que se “cancelara” un túnel clave del río Hudson.
En la ciudad de Nueva York, el respaldo de Trump a Cuomo en la víspera de las elecciones provocó que los republicanos se inclinaran hacia el exgobernador, pero no logró frenar a Mamdani. Y en California, los votantes respondieron a los llamados a salvar a la nación de Trump aprobando una medida electoral para rediseñar los distritos congresionales del estado y transferir cinco de ellos de los republicanos a los demócratas.
El presidente no figuraba en la boleta electoral en ninguno de estos lugares, pero en cada uno de ellos, los demócratas se opusieron a sus políticas y sometieron a sus oponentes a su causa.
Nuevo líder
En tan solo un año, Mamdani ha pasado de buscar neoyorquinos al azar para hablar con él a convertirse en una de las mayores estrellas de la política estadounidense. Ahora, a sus 34 años, es el alcalde electo de la ciudad de Nueva York y representa la vanguardia de la política demócrata. Es un progresista declarado y se autodefine como socialista democrático, además de simpatizar con la causa palestina.
También ofrece un nuevo plan estratégico a un Partido Demócrata que durante una década se ha definido principalmente por su oposición a Trump.
Al derrotar a Cuomo tanto en las primarias como en las elecciones generales, Mamdani ofreció a los neoyorquinos una alternativa clara con una visión definida. Se centró incansablemente en el coste de la vida, habló sin cesar sobre los precios de prácticamente todo y expresó una admiración por la ciudad de Nueva York que pocos políticos demuestran por los lugares que consideran su hogar.
La política progresista de Mamdani puede no tener tanta acogida fuera de la ciudad de Nueva York, y los republicanos ya han indicado que intentarán vincular a los candidatos del partido con un inmigrante musulmán, pero es probable que los demócratas que se presenten a las elecciones de mitad de mandato copien sus tácticas y su disciplina de mensaje.
La papeleta
Trump moviliza a los votantes republicanos a las urnas, pero solo cuando su nombre aparece en la papeleta.
En tanto, los demócratas han superado las expectativas en todos los años electorales no presidenciales desde 2017.
Sus votantes son ahora los que acuden a las urnas en las elecciones de medio término y de mitad de mandato, mientras que la base republicana leal a Trump solo acude en grandes cantidades en los años presidenciales. Esto se evidenció este año en la contienda por la Corte Suprema de Wisconsin, donde el candidato liberal obtuvo una victoria aplastante, y en una serie de elecciones especiales.
Trump no estará en la boleta electoral en las elecciones de mitad de mandato del próximo año, pero es casi seguro que los demócratas intentarán nuevamente convertirlo en el eje central de sus campañas. Reid J. Epstein / The New York Times
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