El exvicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney falleció a los 84 años, anunció el martes su familia, citada por medios estadounidenses.
Número dos durante los mandatos de George W. Bush (2001-2009), Cheney era conocido por su gran influencia tras bastidores y fue considerado uno de los vicepresidentes más poderosos de la historia de Estados Unidos.
Cheney fue el compañero de fórmula de George W. Bush en dos campañas presidenciales exitosas y su asesor más influyente en la Casa Blanca durante una época marcada por el terrorismo, la guerra y los cambios económicos.
Su muerte se debió a complicaciones relacionadas con una neumonía, así como a enfermedades cardíacas y vasculares, según declaró su familia.
Aquejado por problemas coronarios casi toda su vida adulta, sufrió cinco ataques cardíacos entre 1978 y 2010 y llevaba un marcapasos desde 2001.
El "decisor"
Dick Cheney, apodado el “decisor”, tomó el control de la crisis a la que se enfrentaba Estados Unidos cuando dos aviones impactaron contra las Torres Gemelas en Nueva York; otro contra el Pentágono, y un cuarto parecía dirigirse hacia Washington el 11 de septiembre de 2001. Aferrado al teléfono en el búnker de la Casa Blanca, el vicepresidente asumió un rol que nunca quiso abandonar.
Tras haber sido jefe de Gabinete de Gerald Ford, jefe del Pentágono durante la presidente de George Bush padre, Cheney pasó a ser consejero delegado de la multinacional de la exploración petrolera Halliburton durante la presidencia del demócrata Bill Clinton. Durante su campaña, George W. Bush le encargó ayudarle a seleccionar a su candidato a vicepresidente, algo que Cheney, famoso por su astucia, acabó por asumir él mismo.
Ya en el cargo adoptó una postura de “halcón” republicano y haciendo valer su experiencia y ante la ausencia de un Bush que prefería su rancho de Texas a la mansión presidencial, tomó el control de muchos de los quehaceres del Ejecutivo.
Durante los ataques del 11S, Cheney asumió un rol clave en la toma de decisiones junto con la asesora de Seguridad Nacional, Condolezza Rice. Con el impulso de Cheney y el apoyo de otros como el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, EE.UU. se metió de lleno en una “guerra contra el terror” en Oriente Medio que acabó por adoptar el nombre de las “guerras para siempre (forever wars)” y que llevaron a una generación estadounidenses a luchar en Irak, Afganistán, Yemen o Somalia por más de una década.
Pero Cheney también mostró el camino de algo que Donald Trump ha construido sobre la base del trabajo del fallecido viceexpresidente: el reforzamiento del poder Ejecutivo, como un poder unitario con más fuerza que el Legislativo y Judicial en situaciones excepcionales. La extensiva interpretación de Cheney llevó a Bush a asumir reformas de los derechos civiles de un gran calado y que hoy sirven de base a Trump en su política antinmigrante o para supeditar el poder del Congreso a sus decisiones por decreto.
La última decisión política de Cheney
Cheney había sorprendido a los estadounidenses durante las elecciones de 2024 al anunciar que votaría por la candidata demócrata, Kamala Harris, por considerar que Donald Trump no estaba apto para ocupar la Casa Blanca.
"Tenemos el deber de poner al país por encima de nuestras divisiones para defender la Constitución", declaró al apoyar a Harris.
AFP