JAQUE AL PROCESO DE PAZ
Venezuela negó dar apoyo a guerrillas, como denuncian el presidente Iván Duque y el gobierno de Estados Unidos.
La justicia de Colombia libró orden de captura contra los disidentes de las FARC que anunciaron el regreso a la lucha armada, entre ellos Iván Márquez y Jesús Santrich, al tiempo que crece la polémica entre los gobiernos de Iván Duque y del venezolano Nicolás Maduro sobre el apoyo que el régimen chavista le brinda a los movimientos guerrilleros.
Ayer viernes el canciller venezolano, Jorge Arreaza, dijo que el rearme de un grupo de disidentes de las FARC es “exclusiva responsabilidad” del presidente colombiano. “Resulta insólito que Iván Duque con absoluta desfachatez, en un acto deleznable, pretenda desplazar hacia terceros países y terceras personas su exclusiva responsabilidad en el planificado desmontaje del proceso de paz y el incumplimiento de los compromisos asumidos y firmados por el Estado colombiano”, indicó Arreaza.
El canciller venezolano dijo, además, que las “arbitrarias decisiones tomadas” por Duque burlaron “abiertamente los compromisos adquiridos” en el proceso de paz.
Por su parte, el número dos del régimen chavista, Diosdado Cabello, dijo el jueves que Venezuela no tiene “nada” que ver con lo que sucede en Colombia. “Lamentamos profundamente lo que está ocurriendo en Colombia (...) que continúe en el espiral de violencia que tiene 60 años, y eso no comenzó por culpa de Venezuela, eso comenzó porque en Colombia mataron, la oligarquía mató a Jorge Eliécer Gaitán (legislador y candidato presidencial asesinado en 1948), ahí empezó ¿qué tiene que ver Venezuela? Nada”, dijo Cabello.
El jueves, luego del anuncio de Márquez, Duque acusó al régimen de Maduro de apoyar a los subrevados. “No estamos ante el nacimiento de una nueva guerrilla, sino frente a las amenazas criminales de una banda de narcoterroristas que cuenta con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro”, aseveró Duque.
Las acusaciones contra Maduro también vinieron de parte de Elliott Abrams, representante especial de Estados Unidos para la crisis venezolana, quien sostuvo este jueves que guerrilleros del ELN y disidentes de las FARC operan en Venezuela con la complacencia del gobernante chavista.
El pasado 29 de julio, Maduro afirmó que Márquez y Jesús Santrich, cuyo paradero se desconocía entonces tras apartarse de los acuerdos de paz, eran “bienvenidos” a Venezuela cuando quisieran.
Según el gobierno colombiano, hay indicios de que el video de los disidentes de las FARC anunciando el regreso a la lucha armadas, se realizó en Venezuela.
El exgeneral chavista Hugo Carvajal, en tanto, dijo este jueves que la “reagrupación” de líderes disidentes de las FARC es parte de un plan de contingencia militar de Maduro contra Colombia. “Las FARC están en Venezuela y sin duda Maduro auspició su reagrupación. Esto es parte del plan de contingencia militar de Maduro contra Colombia”, dijo Carvajal, considerado uno de los hombres de confianza del fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, (1999-2013), a través de Twitter.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) dejó sin efecto la suspensión de las órdenes de captura en contra de los rebeldes, uno de los beneficios del acuerdo de paz de 2016.
La determinación de la JEP comprende a Márquez -ex número dos de la disuelta guerrilla-, Jesús Santrich, Henry Castellanos, José Vicente Lesmes y José Manuel Sierra. En el video también aparece Hernán Darío Velásquez (El Paisa), por quien la JEP ya había solicitado detención tras incumplir sus compromisos como firmante.
Caen los primeros sublevados
Nueve disidentes de las FARC, incluido un comandante, murieron ayer viernes en un bombardeo en una zona selvática del sur de Colombia.
La ofensiva militar, la primera desde el anuncio que hizo el jueves Iván Márquez de que regresarán a la lucha armada, se desarrolló cerca del municipio de San Vicente del Caguán, en el selvático departamento de Caquetá.
“Gracias a una labor estratégica, meticulosa, impecable y con todo el rigor, cayó Gildardo Cucho, cabecilla de esa organización”, dijo el presidente Iván Duque durante un acto de gobierno en la ciudad de Sincelejo al norte del país refiriéndose a la ofensiva militar en la que además de este líder de la disidencia murieron otros ocho combatientes.
“Este criminal estaba dedicado al narcotráfico, el secuestro, a la intimidación de líderes sociales y pretendía ser parte de esa estructura amenazante que ayer (por el jueves) se presentaba al país como una nueva guerrilla, cosa que no es, porque es una cuadrilla narcoterrorista”, agregó Duque.
El anuncio del jueves es el mayor golpe al acuerdo de paz y amenaza con aumentar la violencia y ataques de los grupos armados, pero también con incrementar los asesinatos y represalias contra los exguerrilleros devenidos en políticos que se integraron a la sociedad como parte del pacto.
Los líderes disidentes.
Su verdadero nombre es Luciano Marín (64) y antes de empuñar las armas, en la década de 1980, fue seminarista, estudió filosofía y militó en el Partido Comunista. Fue el jefe negociador de las FARC en el diálogo iniciada hace siete años por el gobierno de Santos y que culminaron con la firma del histórico pacto.
Era desconocido para los colombianos antes de la firma de la paz. Nacido en 1967, fue detenido en 2018 por traficar cocaína a Estados Unidos. Estuvo un año preso y desapareció en julio tras ser liberado. Siempre alegó inocencia y achacó los cargos a “montajes”. Contra él hay una orden de captura internacional.
El Paisa comandó durante más de dos décadas la principal fuerza de élite de las FARC, la columna Teófilo Forero. Tiene diez condenas por homicidio y terrorismo, y 27 por secuestro. Se le atribuye el peor atentado urbano de las FARC: un coche bomba en el club El Nogal, en Bogotá, que dejó 36 muertos en febrero de 2003.
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