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Crisis humanitaria: cerca de la mitad de la población armenia abandonó Nagorno Karabaj, según Ereván

Ayer fue detenido un exlíder separatista armenio mientras se dirigía a Armenia por carretera, anunciaron las autoridades azerbaiyanas. La ciudad fronteriza de Goris, donde la mayoría efectúa su primera parada, está casi irreconocible.

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Casi 50.000 personas procedentes de Nagorno -Karabaj se refugiaron en Armenia
Casi 50.000 personas procedentes de Nagorno -Karabaj se refugiaron en Armenia.
Foto: AFP

AFP
Armenia indicó ayer miércoles que cerca de la mitad de la población de Nagorno Karabaj abandonó la región desde la ofensiva relámpago de Azerbaiyán la semana pasada, que puso fin a los sueños de independencia de los separatistas armenios.

Más de 50.000 personas procedentes del enclave se refugiaron en Armenia, según las últimas cifras brindadas ayer por las autoridades de Ereván, tras la operación militar de Azerbaiyán en la región que dejó más de 400 muertos entre los dos bandos.

En el enclave, reconocido por la comunidad internacional como parte integrante de Azerbaiyán, vivían hasta la semana pasada 120.000 armenios. Por otra parte, unas 100 fueron declaradas desaparecidas tras la explosión de un depósito de carburante el lunes por la noche en el enclave, una tragedia causó 68 muertos y 290 heridos.

El domingo, Azerbaiyán abrió a la circulación la única carretera que conecta Nagorno Karabaj con Armenia, cuatro días después de que los separatistas se rindieran y de que se firmara un acuerdo de alto el fuego que otorga a Bakú el control de la región.

En medio del éxodo, los guardias fronterizos azerbaiyanos tratan de detectar a presuntos “criminales de guerra”, explicó a AFP una fuente del gobierno de Bakú.

Ayer fue detenido un exlíder separatista armenio, Ruben Varadanyan, que dirigió el gobierno separatista de Nagorno Karabaj desde noviembre de 2022 a febrero de este año, mientras se dirigía a Armenia por carretera, anunciaron las autoridades azerbaiyanas.

Ante el paso de miles de refugiados, la ciudad fronteriza de Goris, donde la mayoría efectúa su primera parada, está casi irreconocible.

Cientos de autos invadieron sus calles, donde reina el caos, ante la mirada impotente de los policías, incapaces de dirigir el tráfico con sus megáfonos.

Muchos refugiados, hambrientos, pasaron la noche en sus vehículos. La mayoría explicó que no tenía ningún lugar en el que dormir ni adonde ir en Armenia.

Alekhan Hambardzyumyan, de 72 años, durmió en su camioneta. Según cuenta, escapó por poco a un bombardeo cuando iba a buscar a su hermano, herido en el frente el 20 de septiembre.

Su hijo murió en los últimos combates, que dejaron 213 muertos entre los separatistas armenios. Azerbaiyán, por su parte, informó ayer que 192 de sus soldados y un civil murieron en la operación militar.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, se declaró dispuesto a acoger a 40.000 refugiados en su país, de 2,9 millones de habitantes.

Pero, hasta ahora, el gobierno solo ha podido alojar a 2.850 personas, lo que hace temer una crisis humanitaria.

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