EXPECTATIVA
Los resultados confirmaron una reducción de 27% del deterioro cognitivo de pacientes que recibieron lecanemab, un medicamento desarrollado por dos farmacéuticas, una japonesa y otra estadounidense.
Científicos acogieron con satisfacción, ayer miércoles, los resultados de un ensayo clínico que confirma que un nuevo fármaco ralentiza el deterioro cognitivo de pacientes con Alzheimer, pero advirtieron también acerca de efectos secundarios, a veces importantes.
Este ensayo clínico avanzado (fase III), publicado por The New England Journal of Medicne, fue llevado a cabo en diversos centros médicos durante 18 meses, con un total de 1.795 pacientes de entre 50 y 90 años y en las primeras etapas de la enfermedad.
Los resultados confirmaron una reducción de 27% del deterioro cognitivo de pacientes que recibieron lecanemab, un medicamento desarrollado por el grupo farmacéutico japonés Eisai y el estadounidense Biogen. Esta proporción “estadísticamente significativa” entre los dos grupos ya se había anunciado a finales de septiembre.
Los resultados detallados señalan también efectos secundarios, a veces graves.
En total, 17,3% de los pacientes que recibieron lecanemab sufrieron hemorragias cerebrales, frente a 9% de los pacientes del grupo placebo.
Un 12,6% de los pacientes tratados con lecanemab sufrieron edemas cerebrales contra solo 1,7% en el grupo placebo.
No obstante, la tasa global de mortalidad es casi la misma en los dos grupos (0,7% en las personas que recibieron lecanemab, 0,8% para aquellas que recibieron el placebo).
En suma, el estudio, que asegura que ninguna muerte estuvo relacionada con lecanemab, precisa que se produjeron efectos adversos graves en el 14% de los participantes del grupo del fármaco y en el 11,3% de los del grupo de placebo.
“Es el primer medicamento que ofrece una verdadera opción de tratamiento para las personas con Alzheimer“, estimó Bart De Strooper, director del Instituto británico de investigación sobre la demencia.
“Aunque los beneficios clínicos parecen algo limitados, cabe esperar que se hagan más evidentes si el fármaco se administra durante un periodo de tiempo más largo”, dijo.
La neuróloga y directora de la Unidad de Diagnóstico de Alzheimer Center Barcelona (ACE), Vanesa Pytel, valoró los resultados del estudio y, en diálogo con EFE, destacó que los efectos adversos están todos reportados en el estudio y que consisten en algunos casos en edemas o microsangrados. En todo caso, ha indicado que en los pacientes de ACE -centro de referencia de esta enfermedad con sede en Barcelona, que aportó para este ensayo inicialmente 28 pacientes- no se han observado efectos secundarios graves.
Incurable
En la enfermedad de Alzheimer, dos proteínas clave -la tau y otra llamada beta-amiloide- se acumulan gradualmente de forma anormal en el cerebro, provocando la muerte de las células cerebrales y el encogimiento del cerebro.
Esto provoca la pérdida de memoria y una creciente incapacidad para realizar las tareas cotidianas.
Esta enfermedad es uno de los principales problemas de salud pública y afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo.
El lecanemab apunta a los depósitos de la proteína beta amiloide, pero sólo en las primeras fases de la enfermedad, lo que puede limitar su uso, ya que el Alzheimer suele diagnosticarse tarde.
Otro fármaco contra el Alzheimer de Biogen y Eisai, bautizado Aduhelm (aducanumab), había despertado ya esperanzas en 2021. Fue el primer medicamento aprobado en Estados Unidos contra la enfermedad desde 2003.
Pero Aduhelm también provocó controversias ya que la agencia estadounidense del medicamento, la FDA, fue en contra de la opinión de un panel de expertos, que había considerado que el tratamiento no había demostrado suficientemente su eficacia en los ensayos clínicos. Posteriormente, la FDA restringió su uso.
Varios laboratorios farmacéuticos, como recientemente el gigante suizo Roche, han fracasado a la hora de encontrar un tratamiento contra el Alzheimer, que sigue siendo incurable por el momento y cuyas causas y mecanismos precisos siguen sin estar claros.
El nuevo fármaco de Eisai y Biogen tampoco cura la enfermedad y “no existe una definición aceptada de efectos clínicamente significativos en la prueba cognitiva” que utilizaron los autores del estudio, advirtió Tara Spires-Jones, subdirectora del Centre for Discovery Brain Sciences de la Universidad de Edimburgo (Escocia).
“Todavía no es seguro que la modesta reducción (en la velocidad del deterioro cognitivo) suponga una gran diferencia” para los pacientes, y “se necesitarán ensayos más largos para garantizar que los beneficios de este tratamiento superen los riesgos”, añadió la neurocientífica.