El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro volvió a recluirse ayer domingo en su residencia en Brasilia siete horas después de haber visitado un hospital privado para un procedimiento médico, en la que fue su primera salida tras ser condenado a 27 años y tres meses de prisión por golpismo.
El exjefe de Estado regresó a su casa hacia las 14:30 hora local, con la misma caravana de carros y motos de la Policía Federal que lo escoltó horas antes al hospital.
Tres días después de que le fuera dictada la condena, el líder de 70 años, salió de su residencia, donde cumple prisión domiciliar desde el 4 de agosto por temores de fuga e incumplir medidas cautelares impuestas por el Supremo, para retirarse unas lesiones cutáneas.
Según el boletín médico divulgado tras el procedimiento, que se realizó bajo anestesia local y sin complicaciones, fueron retiradas quirúrgicamente ocho lesiones cutáneas, localizadas en el torso y en el miembro superior derecho del exmandatario, que serán enviadas a “análisis histopatológico” (biopsia). Bolsonaro, que tendrá que regresar al hospital en unos 15 días para retirar los puntos, recibió además una reposición intravenosa de hierro para tratar un cuadro de anemia.
Bolsonaristas
Desde primeras horas de la mañana de ayer el exmandatario era esperado en la entrada del hospital por unas cincuenta personas que, envueltas en banderas de Brasil y vistiendo camisas ‘verdeamarelas’, gritaban ovaciones para su líder y pedían su “amnistía” inmediata. Colgadas en una especie de calle de honor a la entrada del hospital, los simpatizantes colgaron varias banderas de Brasil e Israel, pero también de EE.UU, cuyo presidente, Donald Trump, ha impartido aranceles a productos brasileños y sanciones a varios jueces del Supremo, en represalia por el proceso contra Bolsonaro.
El grupo de bolsonaristas se aglutinó alrededor de su líder cuando salió de su vehículo esperando algunas palabras o un saludo, pero el ex jefe de Estado ingresó al hospital sin pronunciar palabra y casi sin pestañear.
El magistrado Alexandre de Moraes, juez instructor del caso de Bolsonaro, otorgó la semana pasada el permiso de salida para el exmandatario con condiciones. Además de exigir la custodia policial permanente y un fuerte cerco de seguridad en los alrededores del hospital, por el riesgo de fuga del líder ultraderechista, solicitó un parte médico máximo 48 horas después de realizado el procedimiento.
Lula acusa
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, acusó ayer domingo al Gobierno de Estados Unidos de “buscar la impunidad” para el exmandatario Jair Bolsonaro, condenado a más de 27 años de cárcel por intento de golpe de Estado, mediante sus aranceles y sanciones.
En un artículo de opinión en The New York Times, Lula denunció las “motivaciones políticas” de la Casa Blanca detrás de los aranceles del 50% a Brasil y de las sanciones contra jueces como Alexandre de Moraes, del Tribunal Supremo brasileño, por el caso contra Bolsonaro, aliado del presidente estadounidense, Donald Trump. También rechazó las acusaciones de que sea “una cacería de brujas” la sentencia contra Bolsonaro, como han señalado funcionarios estadounidenses.
“Presidente Trump, permanecemos abiertos a negociar cualquier cosa que pueda traer mutuos beneficios. Pero la democracia y la soberanía de Brasil no están sobre la mesa”, manifestó Lula.
EFE, AFP/ Brasilia, Miami